Desde 01 de enero hasta el 25 de noviembre de 2024, se registraron un total de 4.912 hurtos a personas, lo que equivale a más de 15 casos por día. Estos datos arrojan un promedio escalofriante, que evidencia una tendencia creciente de delitos a manos de delincuentes cada vez más audaces y violentos.
DIARIO DEL HUILA, INFORME
POR: ALEJANDRO POLANCO
Neiva, la capital del departamento del Huila, en los últimos meses enfrenta una alarmante ola de inseguridad que ha cobrado un alto costo en la vida diaria de sus habitantes. A lo largo de 2024, las estadísticas del Centro del Observatorio de Delito de la Policía Nacional Estadística Delictiva revelan un panorama preocupante: cada hora con 30 minutos, una persona es víctima de un hurto. Esta cifra refleja la fragilidad del sistema de seguridad en la ciudad, dejando a los ciudadanos en constante incertidumbre y temor.
Este fenómeno delictivo afecta a todos los sectores de la sociedad. La inseguridad es tal que incluso se registran hurtos a personas saliendo e ingresando a sus viviendas, en las calles, en restaurantes o en centros comerciales. La preocupación crece ante la falta de acciones efectivas para mitigar esta situación.
Modalidades del hurto
El análisis del hurto a personas en Neiva durante 2024 refleja una creciente diversidad en las modalidades delictivas. Entre ellas, destacan los robos con armas blancas y de fuego. Según las cifras del Observatorio de Delito, se registraron al menos 803 hurtos con armas blancas en lugares como el microcentro y distintos barrios de la ciudad. Adicionalmente, se documentaron 1.212 robos con armas de fuego.
Por ejemplo, se ha evidenciado prácticas como el “raponazo”, especialmente en espacios públicos con grandes multitudes y aglomeraciones que facilitan este tipo de hurtos, los delincuentes buscan despojar rápidamente a las personas sin necesidad de usar armas, confiando en la confusión para evadir la vigilancia. Tan solo en este contexto, se registraron 2.612 hurtos sin el empleo de armas.
Además, se identificaron al menos 13 casos de hurtos en los cuales las víctimas fueron escopolaminadas, una práctica utilizada generalmente contra personas mayores. Este tipo de delito evidencia la vulnerabilidad de ciertos grupos poblacionales.
Impacto social y económico
El impacto del hurto a personas no se limita solo a las víctimas directas. La inseguridad en Neiva ha generado una sensación generalizada de vulnerabilidad en toda la comunidad. Los ciudadanos enfrentan no solo la pérdida de bienes materiales, sino también daños emocionales y físicos. En muchos casos, las víctimas deben hacer frente a costos adicionales en salud para tratar heridas o trastornos psicológicos, lo que genera una carga adicional en los sistemas de atención médica.
Desde el punto de vista económico, los comercios y pequeños empresarios son los más afectados. La constante necesidad de invertir en sistemas de seguridad como cámaras de vigilancia, cercas eléctricas o seguridad privada eleva los costos operativos, trasladándose finalmente a los precios de los productos y servicios que los ciudadanos consumen. Además, la disminución de la confianza para salir a la calle y participar en actividades comerciales ha afecta negativamente el flujo económico en la ciudad.
La educación también se ha visto impactada pues los padres de familia se muestran cada vez más preocupados por la seguridad de sus hijos, lo que ha genera una creciente demanda de transporte escolar seguro y vigilancia en los planteles educativos.
La respuesta institucional
A pesar de los esfuerzos realizados por la Policía Metropolitana y la Alcaldía de Neiva, los resultados hasta ahora son insuficientes para mitigar el problema. Aunque se han implementado diversas acciones como operativos en zonas críticas, campañas de seguridad y el refuerzo de patrullajes, la delincuencia sigue avanzando a una velocidad preocupante.
Una de las principales debilidades es la falta de coordinación efectiva entre las diferentes entidades responsables de la seguridad pública. La Fiscalía, la Policía y las autoridades locales deben trabajar de manera conjunta para asegurar un enfoque integral que permita abordar las causas estructurales de la delincuencia. La presencia de más efectivos en las calles y un mejor equipamiento tecnológico son pasos necesarios, pero no suficientes.
Además, la falta de cultura de denuncia sigue siendo un obstáculo significativo. Muchos ciudadanos temen represalias o dudan de la efectividad de las investigaciones, lo que reduce el número de reportes, complicando así el proceso judicial y dejando impune a muchos delincuentes. Sin testigos ni evidencias, resulta difícil para las autoridades esclarecer los casos y llevar a cabo una verdadera justicia.
Un fenómeno preocupante: Justicia por mano propia
Durante 2024, los neivanos presenciaron cómo cada día los medios de comunicación registraban un hurto diferente, convirtiéndose poco a poco en espectadores del miedo y la desconfianza. La sensación de inseguridad creció hasta tal punto que muchos ciudadanos comenzaron a tomar medidas desesperadas, recurriendo a la justicia por mano propia.
La indignación y la impotencia llevaron a la ciudadanía a incendiar motocicletas, golpear a presuntos delincuentes e incluso a dejar gravemente heridos a los culpables de estos actos. La cifra de estos casos es preocupante, aunque no mayor a la de los hurtos, refleja el cansancio generalizado de una comunidad que se siente desprotegida por las autoridades.
Es evidente que la inseguridad ha llegado a niveles críticos en Neiva, afectando de manera directa la convivencia, la paz social y el respeto mutuo entre los ciudadanos. Esta realidad no solo pone en peligro la seguridad pública, sino también el desarrollo armonioso de la ciudad.
El Diario del Huila, en diversas oportunidades, ha registrado una infinidad de hurtos que se registran y continúan registrándose en la capital huilense. La repetición constante de estos eventos refleja una falta de soluciones efectivas a corto y mediano plazo.
¡Las acciones ya!
Aunque se ha observado un aumento en la presencia policial en ciertas zonas críticas, la tarea de reducir la cifra de hurtos sigue siendo un desafío. En 2025, se espera que las acciones sean más contundentes, promoviendo una mayor coordinación entre las fuerzas de seguridad y la comunidad para hacer frente a este flagelo.
Finalmente, las políticas públicas deben enfocarse en la inclusión social y la generación de empleo, ya que la exclusión social y la falta de oportunidades son factores que potencian la delincuencia. Proyectos comunitarios y programas educativos orientados a combatir las causas estructurales de la inseguridad son fundamentales para alcanzar un futuro más seguro para Neiva.
Mientras cada hora con treinta minutos una persona es víctima de un hurto, la ciudad sigue en una búsqueda constante de respuestas. La tarea es ardua, pero es vital que todas las entidades trabajen de manera unida y con compromiso para construir un entorno más seguro para hacer de Neiva un lugar en el que las personas puedan vivir tranquilamente, sin la constante amenaza de la inseguridad.









