Por fin, el gobierno nacional se dio cuenta que la política antidrogas adoptada desde el inicio del presente mandato presidencial ha sido un fracaso, porque los cultivos de coca, se ha incrementado en más 300 mil hectáreas. De nada sirvió el favorecimiento para que las familias indígenas siguieran desarrollando estas prácticas, con el fin de garantizarles un ingreso permanente, quienes venían vendiéndole a los carteles mexicanos, de manera libre, aunque se desarrollaron operativos contundentes por parte de los organismos de seguridad que condujeron a darles contundentes golpes a estas estructuras criminales para incautarles algunos cargamentos. Se estima que de cada diez que salen a los mercados internacionales, solamente dos son incautados. Periódicamente el presidente Gustavo Petro Urrego, en diferentes escenarios, defendía los cultivos ilícitos que ejercían las comunidades indígenas. Esta decisión gubernamental errada, generó que las organizaciones narcoterroristas que operan en el país encontraran la mejor fuente de financiamiento para sus actividades criminales. Y la respuesta no se hizo esperar. Mas de 800 municipios están sumidos a la voluntad de esta criminalidad, que tienen desesperados a las familias colombianas y, por ende, una destrucción progresiva de la dinámica productiva del país, así los sectores políticos afectos al ejecutivo no lo quieran aceptar.
Pero desde el pasado 20 de enero, cuando se posesionó el presidente Donald Trump como presidente del país más poderoso del planeta, la geopolítica en el mundo ha empezado a cambiar. Las medidas adoptadas en materia política, comercial, migraciones y su lucha frontal contra el trafico de drogas, le empezó a generar al país, una mayúscula preocupación por sus efectos nefastos contra la dinámica económica del país. Con el gobierno norteamericano, no se puede seguir burlándose de su actuar gubernamental. Con ello, se le acabó el discurso retórico y descontextualizado del presidente Petro, que ha venido generando mas incertidumbres a la opinión pública. Además, para entrar a negociar la política arancelaria con los Estados Unidos, hay necesidad de cambiar este panorama que tienen sumidos a los campos colombianos, en unos completos plantíos de coca, con la anuencia del gobierno nacional.
Por fin se dieron cuenta del nuevo panorama internacional. Con la decisión de la Dirección Antinarcóticos de la Policía Nacional el pasado 26 de febrero, abrió oficialmente el proceso de contratación para comprar “Plaguicida químico de uso agrícola con composición garantizada de ingrediente activo: Glifosato”. Con esto se confirma que la promesa hecha por la ministra de Justicia, Angela María Buitrago de reanudar las aspersiones de cultivos ilícitos con un agente químico, pero no de forma aérea si no terrestre, ya está en marcha. El gobierno nacional volverá a fumigar la coca con glifosato. Los contratos que figuran el Secop 2, así lo demuestran. Se acerca la fecha de Certificación por la lucha antidrogas por parte del gobierno de Trump. Recuerden que con ellos no se juega.
