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Voces y Huellas: la escritura que transforma la identidad en Algeciras

Nov 22, 2025

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En Algeciras, un municipio marcado por estigmas históricos, estudiantes y docentes de la Institución Educativa Juan XXIII decidieron narrarse desde la esperanza. La revista Voces y Huellas se convirtió en un espacio para escribir la memoria colectiva y reconocer el valor cultural del territorio.

DIARIO DEL HUILA,

En el corazón del Huila, entre montañas profundas, caminos veredales y relatos que por años se han tejido entre la tradición campesina y las huellas del conflicto armado, Algeciras ha sido un territorio marcado por estigmas. Durante décadas, muchas de las historias que se contaron sobre el municipio procedían de voces ajenas, cargadas de prejuicios y reducidas a episodios de violencia. Pero en la Institución Educativa Juan XXIII, un grupo de docentes y estudiantes decidió cambiar esa narrativa, no negando el pasado, sino construyendo nuevas versiones desde la creatividad, el reconocimiento cultural y la memoria escrita.

Así nació «Revista Voces y Huellas», una experiencia pedagógica presentada en el Encuentro Departamental de Experiencias Pedagógicas Significativas 2025, que hoy acumula más de dos décadas de historia, convirtiéndose en una plataforma de expresión estudiantil, identidad territorial y producción textual colectiva.

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La docente Costanza Amon, una de las impulsoras de la iniciativa, recuerda que el proyecto no surgió con el nombre con que hoy es reconocido:

“La experiencia no comenzó como ‘Voces y Huellas’. Empezó con el nombre Panorama. Hicimos cuatro ediciones donde los profesores trabajamos con los estudiantes para rescatar elementos de la cultura algecireña.”

Esos primeros números no solo fortalecieron habilidades comunicativas, también sembraron una semilla política y cultural: la necesidad de narrar el municipio desde adentro y no desde discursos externos.

Nombrarse para existir: la escritura como acto de identidad

Antes de la revista, muchos estudiantes eran lectores de textos ajenos, distantes de su cotidianidad. Había gusto por la lectura, pero no había escritura que hablara desde lo propio. Esa ausencia también era simbólica: si un territorio no se cuenta a sí mismo, otros lo contarán.

Amon lo resume con profunda carga histórica:

“Los algecireños hemos sido estigmatizados muchos años. Leíamos otros textos, pero no nos conocíamos a nosotros mismos ni a nuestra identidad.”

La Revista Voces y Huellas permitió que estudiantes y docentes descubrieran que Algeciras no solo tiene capítulos dolorosos, sino también:

  • una banda musical reconocida a nivel nacional,
  • una tradición deportiva destacada,
  • jóvenes escritores y artistas,
  • historias familiares que merecen preservarse,
  • expresiones culturales ancladas al territorio.

La escritura se convirtió entonces en un acto de reivindicación colectiva:

“Ahora muchos alumnos son escritores, guionistas, publican. Nosotros como docentes también escribimos. La revista nos ha permitido reconocernos como algecireños capaces de nombrar el mundo.”

El proyecto convirtió la producción textual en una herramienta de agencia personal y territorial.

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Una propuesta pedagógica que se construye con la comunidad

La revista no es un proyecto aislado ni exclusivo de un área. Es una apuesta institucional que involucra estudiantes de distintas sedes, maestros, familias, directivos y egresados.

Desde su enfoque pedagógico, se basa en:

Investigación-acción
Participación comunitaria
Escritura creativa y libre
Desarrollo de habilidades discursivas
Pensamiento crítico y construcción de ciudadanía
Trabajo colaborativo interdisciplinar

Esta metodología responde a una necesidad detectada desde el aula: muchos estudiantes podían escribir formalmente, pero no sentían la escritura como herramienta expresiva ni reflexiva. Por eso, la experiencia decidió priorizar la imaginación, el estilo personal y el sentido social de la palabra.

Según el archivo institucional, Voces y Huellas busca:

  • liberar la producción escrita,
  • generar espacios alternativos de escritura no evaluativa,
  • fortalecer el pensamiento crítico,
  • promover el arte como forma de lenguaje,
  • consolidar el trabajo colectivo en la escuela.

Con el paso de los años, la revista dejó de ser solo un medio de publicación y pasó a ser un proceso formativo continuo.

De cuatro ediciones a una memoria de más de veinte publicaciones

Uno de los logros más visibles del proyecto es su permanencia. No se trata de un ejercicio temporal, sino de una tradición escolar sostenible que ha logrado permanecer aun con cambios de docentes, generaciones y contextos.

La docente Luz Estela Sánchez lo presenta así:

“Venimos con más de 20 ediciones, toda una memoria histórica del municipio. Es una ventana del área de Humanidades para desarrollar competencias en los estudiantes.”

Mientras que el docente Juan Andrés Jaime Sotomayor complementa:

“La experiencia deja como resultado la publicación de 22 ediciones. Además, muchos egresados continúan escribiendo gracias a esta experiencia.”

Este logro demuestra continuidad pedagógica, algo poco habitual en proyectos escolares que suelen depender de uno o dos docentes.

Escribir desde las voces del territorio

La revista también documenta acontecimientos comunitarios, perfiles culturales y relatos de vida que no suelen aparecer en fuentes oficiales. Así, cada edición funciona como archivo social que recoge aquello que suele quedar fuera de la historia institucional: relatos deportivos, tradiciones familiares, crónicas escolares, semblanzas culturales, poemas, cuentos y memoria del conflicto.

La docente Ángela Andrea Rojas enfatiza su función archivística y participativa:

“La revista deja el legado de la historia del municipio, de sus jóvenes, de lo que hacen en deporte y literatura. Participa toda la comunidad educativa: estudiantes, padres, docentes, todas las sedes.”

Esto convierte la publicación en un repositorio cultural, pero también en una herramienta democratizadora de la palabra.

Cuando escribir es sanar el territorio

En municipios marcados por violencia, la palabra no es solo instrumento de aprendizaje: es un medio para resignificar la identidad. La experiencia reconoce que la estigmatización histórica afectó el sentido de pertenencia de sus habitantes.

“No teníamos el valor porque siempre estábamos estigmatizados por nuestra región y nuestro conflicto.” —Costanza Amon

La escritura permitió:

  • procesar el pasado desde perspectivas propias,
  • mostrar narrativas positivas y propositivas,
  • dar voz a niños y jóvenes que históricamente fueron espectadores,
  • transformar el lenguaje para transformar la memoria.

La revista no borra el conflicto, pero no deja que defina la esencia del municipio.

Innovación: conectar la palabra con la tecnología

El proyecto no se detuvo en el formato impreso. Hoy, sus ediciones incorporan acceso digital a través de códigos QR, permitiendo consultar la revista en línea, compartirla y fortalecer su archivo.

La docente Melinda Ruiz explica:

“Tenemos un código QR donde las personas interesadas pueden entrar y navegar en esos sitios.”

Esto permite que el legado no se pierda y pueda trascender el contexto escolar.

Resultados pedagógicos concretos

Los logros abarcan distintas dimensiones:

Académicos

  • Mejora en competencias comunicativas.
  • Fortalecimiento de escritura narrativa, argumentativa y lírica.
  • Desarrollo de pensamiento crítico.

Humanos y sociales

  • Recuperación del orgullo identitario.
  • Construcción de memoria histórica desde la infancia y juventud.
  • Mayor sentido de pertenencia al municipio.

Proyección personal

  • Estudiantes convertidos en escritores, guionistas y autores.
  • Docentes que publican textos propios.

Institucionales

  • Consolidación de un proceso continuo y sostenible.
  • Participación de toda la comunidad educativa.

Proyección: que la palabra siga caminando

El equipo docente reconoce que la experiencia puede inspirar a otras instituciones del Huila. La escritura puede convertirse en política educativa si se articula con proyectos de lectura, historia local y comunicación escolar.

“Es importante que otras instituciones sigan este ejemplo y puedan hacer proyectos así, con apoyo de toda la comunidad.” —Ángela Rojas

Entre las metas futuras están:

  • fortalecer circulación digital,
  • aumentar participación de familias,
  • sistematizar archivos históricos,
  • vincular nuevos formatos audiovisuales.

Escribir es existir: cierre

«Revista Voces y Huellas» demuestra que la educación no solo enseña contenidos: forma identidades. Escribir es reconocerse, y reconocerse es el primer paso para transformar un territorio.

En Algeciras, la palabra dejó de ser eco ajeno para convertirse en voz propia.

Allí, la memoria se escribe con tinta, pero también con orgullo.

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