El más reciente informe del Comité Internacional de la Cruz Roja reveló un preocupante panorama humanitario en Colombia durante 2025. Departamentos como Cauca, Norte de Santander y, de forma inesperada, el Huila, se han convertido en epicentros de afectaciones graves por el conflicto armado, especialmente por el uso de artefactos explosivos.
DIARIO DEL HUILA, ENFOQUE
El primer semestre de 2025 ha traído consigo un alarmante deterioro de la situación humanitaria en Colombia. Así lo advirtió el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en un reciente informe publicado este jueves, donde expone un incremento significativo de las consecuencias de la violencia armada sobre la población civil. De mantenerse esta tendencia, 2025 podría convertirse en el peor año en materia humanitaria en la última década.
El informe, basado en datos recogidos entre enero y mayo, muestra un preocupante aumento en fenómenos como el uso de artefactos explosivos, los desplazamientos forzados, los confinamientos, el reclutamiento de menores y las desapariciones forzadas. El CICR también documenta el impacto de estas dinámicas sobre el sistema penitenciario colombiano, particularmente en lo relacionado con el hacinamiento carcelario y la atención humanitaria en centros de reclusión.
Una violencia cada vez más agresiva
El informe subraya que el deterioro de la situación humanitaria responde al aumento de combates entre actores armados y la Fuerza Pública, sumado al creciente control territorial que ejercen diversos grupos ilegales. Esta combinación ha derivado en múltiples violaciones al derecho internacional humanitario, como el irrespeto a los principios de distinción, proporcionalidad y precaución.
“Las hostilidades generaron consecuencias especialmente graves para la población civil, debido a la reiterada falta de respeto por los principios del DIH”, señala el organismo. Estas consecuencias se expresan en amenazas, tratos indebidos, restricciones a la movilidad, confinamientos forzados y desplazamientos masivos, afectando gravemente la cotidianidad de miles de personas.
Artefactos explosivos: la amenaza que crece
Uno de los datos más preocupantes del informe es el relacionado con las víctimas de artefactos explosivos. Entre enero y mayo de este año, el CICR registró 524 personas heridas o fallecidas por estas armas, lo que representa un aumento del 145 % respecto al mismo periodo de 2024.
Del total, el 70 % fueron civiles, entre ellos 56 menores de edad. El departamento del Cauca concentró el 55 % de los casos, seguido por el Huila, que sorprendentemente pasó de no tener registros el año anterior a convertirse en el tercer departamento más afectado con 50 casos.
Según el informe, este incremento se debe al uso intensivo de artefactos explosivos improvisados, lanzados con drones o mediante mecanismos controlados remotamente. Este patrón preocupa, ya que evidencia una sofisticación creciente en el armamento de los actores armados ilegales, lo cual agrava el riesgo para la población.
Confinamientos y desplazamientos: cifras en ascenso
El fenómeno del confinamiento forzado también muestra una tendencia al alza. En los primeros cinco meses del año, 85.760 personas fueron confinadas en 13 departamentos, un incremento del 169 % en comparación con 2024. Los territorios más afectados fueron Norte de Santander (30.213 personas), Chocó (19.706), Guaviare y Amazonas.
Paralelamente, el desplazamiento masivo ha vuelto a ocupar titulares. Según el CICR, 58.160 personas fueron desplazadas entre enero y mayo, lo que representa un incremento del 117 % respecto al mismo periodo del año pasado. Norte de Santander, con 49.808 desplazados, lidera el listado, desplazando a Nariño, tradicionalmente el más afectado, que en esta ocasión reportó una inusual disminución del 92 %.
Desapariciones forzadas: una sombra persistente
A pesar de los esfuerzos por esclarecer y reducir los casos, la desaparición de personas sigue siendo una constante. En lo corrido del año, el CICR documentó 136 nuevos casos relacionados con el conflicto armado, de los cuales el 79 % corresponde a civiles. Entre las víctimas se encuentran 26 menores de edad.
Estas cifras confirman que, aunque algunas regiones del país han mostrado mejoras puntuales, la violencia estructural y el conflicto armado siguen marcando el destino de miles de familias, especialmente en zonas rurales o periféricas donde el Estado mantiene una débil presencia institucional.
Reclutamiento forzado: niños atrapados por la guerra
Aunque el CICR no publica cifras exactas sobre el reclutamiento de menores, reconoce que el fenómeno ha aumentado en 2025. Según el informe, el trabajo territorial del organismo y el diálogo con comunidades permiten concluir que niños, niñas y adolescentes siguen siendo reclutados, usados y utilizados por grupos armados.
“Este fenómeno interrumpe las trayectorias de vida, expone a los menores a múltiples formas de violencia y deja huellas profundas en las comunidades”, señala el CICR. La situación se agrava por la falta de respuestas efectivas del Estado para prevenir el reclutamiento y garantizar el restablecimiento de derechos de los menores afectados.
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Hacinamiento carcelario: otra crisis humanitaria
El informe no se limita a la violencia armada en los territorios. También alerta sobre las condiciones de reclusión en Colombia, particularmente en los establecimientos del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) y en los centros de detención transitoria.
El CICR denuncia que el hacinamiento en cárceles del Inpec llegó al 28 %, mientras que en unidades policiales alcanzó el 122 % y en las Unidades de Reacción Inmediata (URI) se ubicó en 15 %. Este panorama afecta el acceso a la salud, la alimentación y condiciones mínimas de dignidad, convirtiendo las cárceles en escenarios de vulneración de derechos fundamentales.
El Huila, foco emergente de violencia con explosivos
Uno de los datos que más sorprendió del informe del CICR fue el ascenso del departamento del Huila como uno de los más afectados por artefactos explosivos en 2025. Mientras en años anteriores no se registraban víctimas por este tipo de armas en el territorio huilense, en solo cinco meses de este año se reportaron 50 personas heridas o fallecidas, lo que lo ubica como el tercer departamento más impactado del país.
Este giro inesperado ha generado preocupación entre organismos humanitarios y autoridades locales, ya que evidencia un creciente riesgo de confrontación armada en la región, posiblemente asociado al reacomodo de estructuras armadas ilegales o el fortalecimiento de su capacidad bélica.
El informe del CICR relaciona estos hechos con el uso de drones armados y artefactos improvisados lanzados a distancia, lo cual representa un desafío mayúsculo para las autoridades civiles y militares encargadas de garantizar la seguridad en el Huila.
La presencia activa de actores armados ilegales, especialmente en zonas rurales del sur del departamento, así como la limitada respuesta estatal, han contribuido a que este territorio tradicionalmente tranquilo esté comenzando a figurar en los listados de mayor afectación humanitaria del país.

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