Descansar no es un lujo, es una necesidad. Diversos estudios científicos han demostrado que tomar vacaciones puede reducir el riesgo de enfermedades, mejorar el bienestar emocional e incluso alargar la vida. Sin embargo, en Colombia, miles de trabajadores siguen postergando este derecho, con consecuencias preocupantes para su salud física y mental.
DIARIO DEL HUILA, SALUD
La relación entre el descanso y la salud ha sido ampliamente estudiada por la ciencia. Recientes investigaciones muestran que tomarse un tiempo para desconectarse del trabajo no solo mejora el estado de ánimo, sino que puede prevenir enfermedades graves e incluso disminuir el riesgo de muerte. Sin embargo, en Colombia muchas personas continúan viendo las vacaciones como un lujo prescindible, ignorando las señales de agotamiento que su cuerpo y mente les envían.
Un estudio de la Universidad de Helsinki, que siguió durante 40 años a más de 1.200 ejecutivos con factores de riesgo cardiovascular, reveló que quienes se tomaban tres semanas o menos de vacaciones al año tenían un 37 % más de probabilidades de morir que aquellos que descansaban por periodos más prolongados. Los investigadores concluyeron que trabajar en exceso, incluso con buenos hábitos de vida, no basta para mantener una buena salud si no se descansa adecuadamente.
Los beneficios del descanso van más allá de evitar enfermedades cardíacas. Tomarse unos días libres también estimula la creatividad. Según diversos estudios, hasta el 40 % de las ideas innovadoras surgen en momentos de descanso, cuando el cerebro se permite divagar y pensar con libertad. Actividades simples como caminar, ducharse o salir de la rutina diaria pueden detonar procesos creativos que difícilmente se dan bajo presión.
Otro de los grandes beneficios del descanso es la reducción de los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Cuando esta sustancia se mantiene elevada durante largos periodos, puede desencadenar problemas como hipertensión, diabetes, ansiedad e incluso depresión. Tomarse vacaciones ayuda a restablecer ese equilibrio interno, mejorar la memoria, fortalecer el sistema inmunológico y regular el sueño.
En cuanto al estado emocional, la Universidad de Wisconsin realizó un estudio con más de 1.500 mujeres, encontrando que aquellas que tomaban vacaciones al menos dos veces al año tenían un menor riesgo de sufrir depresión, en comparación con quienes lo hacían solo cada dos años. La conclusión es clara: descansar no solo alivia el cuerpo, también protege la mente.
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Y aunque pueda parecer contradictorio, descansar mejora el rendimiento laboral. Una investigación de Ernst & Young reveló que por cada 10 horas adicionales de vacaciones tomadas por sus empleados, el desempeño laboral aumentaba un 8 %. Los trabajadores que descansaban con regularidad también mostraban mayor lealtad y satisfacción con su empleo.
Desde una perspectiva más integral, Harvard Business Review y Tony Schwartz, CEO de The Energy Project, analizaron a más de 12.000 profesionales y descubrieron que cubrir cuatro necesidades básicas —físicas, emocionales, mentales y espirituales— se traducía en mayor productividad y satisfacción. Las vacaciones ayudan precisamente a atender esas necesidades, al ofrecer una pausa para recargar energía, reconectar con uno mismo y hacer lo que se disfruta.
Planear un viaje también eleva la felicidad. Un estudio publicado en Applied Research in Quality of Life evidenció que los niveles de bienestar aumentan hasta ocho semanas antes de salir, solo con el hecho de anticipar el descanso.
Marta Grañó Calvete, profesora de OBS Business School, advierte que la fatiga laboral se manifiesta con síntomas como agotamiento físico, irritabilidad, olvidos frecuentes, pérdida de motivación, dolores inexplicables y aislamiento social. Ante estos signos, tomarse unas vacaciones no es una opción, es una necesidad urgente.
En Colombia, aunque la ley garantiza 15 días hábiles de vacaciones al año, aún persiste una cultura de exceso laboral. Según la OIT, el país está entre los primeros en número de horas trabajadas en el mundo, con un promedio de 46,6 horas semanales. Y, según un estudio de Picodi, el 40 % de los trabajadores estaría dispuesto a trabajar durante sus vacaciones, lo que pone en riesgo su salud y disminuye su productividad a largo plazo.
En palabras de la experta Marta Grañó: “No se trata solo de desconectar, sino de recargar, renovar y regresar con más energía. Las vacaciones son una inversión en nuestra salud, creatividad y felicidad, elementos clave para vivir mejor y trabajar con mayor efectividad”.
Así, tomar vacaciones no es un lujo ni una pérdida de tiempo, sino una decisión consciente de cuidar el cuerpo, la mente y la calidad de vida. En un mundo cada vez más exigente, aprender a pausar puede ser la mejor forma de avanzar.
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