Esperanza llegó a los Estados Unidos de América por “el hueco”, así se le conoce de manera coloquial la frontera entre Estados Unidos y Méjico, por donde han pasado migrantes de todos los continentes.
DIARIO DEL HUILA, ESPECIALES
Por: Alfonso Vélez Jaramillo
Asegura que fue muy arriesgado, pero valió la pena su esfuerzo. Luchando logró estabilidad laboral y mejores condiciones económicas para su familia y, sobre todo, aprendió a servir a la comunidad.
La frontera tiene una longitud de 3.170 Km, en la que las personas exponen la vida a manos de bandas criminales que roban, matan, secuestran y desaparecen personas y nadie sabe nada, sin descontar que puede ser detenido.
Con Esperanza se recuerda el refrán bíblico “nadie es profeta en su tierra”, se refiere a aquel que abandona el calor de su patria, buscando mejorar sus condiciones de vida, trabajo y reconocimiento social.
Este personaje, 24 más tarde es una líder cívica en San Antonio, Texas, y la imagen de la mayoría de los buenos colombianos que han salido al exterior en busca de otra oportunidad de vida.
Ayuda a sus compatriotas y se solidariza con ellos, no es codiciosa con las cosas materiales y trabaja sin descanso todos los días.
Esperanza Álvarez Córdoba, es huilense de pura cepa, nació en el tradicional barrio Los Mártires, de Neiva, Huila, lo afirma con orgullo “opita”, (gentilicio tradicional de los huilenses)
Es prima del compositor Álvaro Córdoba Farfán Q.E.P.D., autor de la canción “Veinte años menos “, popularizada en la voz de Rómulo Caicedo, de imborrable recordación en Colombia y Latinoamérica.
Se siente orgullosa de su tierra, evoca con nostalgia su infancia, recuerda a sus familiares y vecinos con alegría, y le alcanza el tiempo para servirle a sus compatriotas en el Sur de Estados Unidos.
Muchos malinterpretan el “sueño americano”, no tienen paciencia y prefieren vivir de las fantasías, los placeres y llegan sin metas, toman la vida de manera deportiva, desconocen que hay que trabajar y servir para convertir ese “sueño” en realidad.
Su cercanía con los médicos de San Antonio, le permite desde hace 4 años trabajar con adultos mayores.
Asegura que “los ancianos no se vuelven niños”, “algunos sí llegan a tener comportamientos infantiles por achaques y alteraciones mentales”. El cuidado de personas de la tercera edad es de gran valor y mucha responsabilidad y se recompensa bien en Estados Unidos.
Esperanza, se mueve “como pez en el agua” en San Antonio, Dallas, Houston, Austin, San Marcos, del Sur de Estados Unidos y no cobra un peso, ni lo tiene como negocio.
“La Madrina de los colombianos”
Es conocida por las autoridades y las personas más influyentes, como “la madrina de los colombianos”.
Hizo campaña recolectando ayudas para los damnificados del Chocó y la avalancha de Mocoa, Putumayo, que dejó más de 330 muertos, 400 heridos y centenares de desparecidos y damnificados, en el año 2017.
Hasta el Putumayo llegaron los aportes de empresarios y de la gente generosa de San Antonio, gestionadas por Esperanza junto con la “Asociación de Amigos de Colombia”.
“Amigos de Colombia” es una organización benéfica que integran profesionales y empresarios colombianos a quienes Esperanza considera su mayor apoyo, aunque no se atrevió a dar nombres para evitar dolorosas omisiones.
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“Compren ustedes y yo recojo”
Para los damnificados de Mocoa, Esperanza y la Asociación recolectaron regalos de navidad, ropa, juguetes, 7 toneladas de alimentos, medicinas, incluso 3 plantas eléctricas y un total de 1.800 dólares.
Llevó a Colombia parques infantiles para las escuelas, con su lema, “Compren ustedes y yo recojo”, y para ello ha contado con la colaboración muy oportuna de la Fuerza Aérea Colombiana.
Es visible en los despachos públicos y privados de “La ciudad de los Álamos”, apelativo que refleja el amor el vínculo sociológico con San Antonio, Texas, una hermosa, pujante y desarrollada urbe “…que alguna vez fue asentamiento fronterizo en el Salvaje Oeste, y se convirtió en centro lleno de comodidades modernas”.
San Antonio, fue fundada hace apenas 306 años de vida institucional y cuenta con 1 millón 500 mil habitantes. En esa ciudad tiene sede la organización Healing The Children, que preside el doctor Roberto Fajardo Blanco, cuyos médicos le han devuelto la sonrisa a más de 5.000 mil niños huilenses, les corrigieron malformaciones congénitas, como labio y paladar hendido, desviaciones de caderas, entre otras enfermedades.
A Esperanza no le gusta hablar de sus gestas, por tal razón acudimos al doctor Fajardo Blanco, el único hijo norteamericano de Carlos Fajardo Rodríguez, quien llevó al Huila a Healing The Children hace 30 años, quien la conoce y la tiene como “un referente muy valioso”.
Esperanza es de recia personalidad, dice sí o no, es de una sola pieza, pero a la vez es sensible.
No es adinerada, vive de manera decorosa y goza de prestigio, es persona seria que cumple sus deberes y ayuda a muchas otras personas.
Aseguró Fajardo, que Esperanza “no vive en el Huila, pero está pendiente y se desvela por ayudar a los compatriotas más necesitados”.
Esperanza Álvarez Córdoba, en su función cívica integra delegaciones a reuniones en Washington, Dallas, Austin, la capital de Texas y Houston, en la sede del consulado de Colombia, con jurisdicción funcional en Texas, y en los Estados de Arkansas, Oklahoma y Louisiana.
Inclusive, estudiantes colombianos de la Academia Interamericana de las Fuerzas Aéreas, IAAFA, la más importante del continente con sede en San Antonio, Texas, le han tributado reconocimientos.
Y como Esperanza “la madrina de los colombianos en Texas” hay muchos, otros titanes anónimos que con sacrificio siguen escalando en el mercado laboral, la investigación científica, el comercio, el empresariado y hasta en la actividad política y de los Estados Unidos, ejemplos hay muchos y este es uno para mostrar.
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