Alfonso Vélez Jaramillo
La intención de recuperar, de manera plena, la legitimidad y la armonía con todos los estamentos de la Universidad Surcolombiana, Usco, propuesta por su nuevo rector Rubén Darío Valbuena Villarreal, es plausible y vale la pena apoyar esta iniciativa por el bien del Huila.
Soplan buenos aires para la Usco, porque si hay entendimiento, se acabaría “la guerra” que desde hace décadas afecta y tiene frenado de alguna manera el normal desarrollo académico y administrativo de la institución.
En algo avanzó la saliente rectora Nidia Guzmán Durán, quien a propósito es la segunda mujer que ocupa el cargo, y la primera que logra terminar su periodo, atacada de manera incesante todo el tiempo.
Recordemos que hace 24 años Aura Helena Bernal salió de la rectoría obligada por un fallo del Consejo de Estado, que anuló la Resolución del Consejo Superior, mediante la cual se había declarado su elección.
Además, en los últimos años, por lo menos otros seis rectores de la Universidad Surcolombiana han sido destituidos por el alto tribunal, por demandas relacionadas con el régimen de inhabilidades que les impedía acceder al cargo.
La elección y designación de rectores en la USCO históricamente ha generado inestabilidad y aunque no es el momento para buscar culpables, tampoco se puede tapar con las dos manos que estos hechos de alguna manera han frenado su desarrollo, especialmente, académico, tecnológico e investigativo.
En ese orden, el rector Valbuena Villarreal, se propone dialogar con los promotores del voto en blanco y la papeleta, cuyo fin es lograr cambios sustanciales en la estructura orgánica y la elección de directivos, que, para los entendidos, es antigua y anacrónica y raya con la democracia participativa.
Uno de los propósitos, según el rector, es recuperar credibilidad hacia el sector externo, hacia la comunidad, con base en la gobernanza y la gobernabilidad, la modernización del estatuto que rige la estructura, las funciones y la organización de la institución.
Esa norma fue creada por el Consejo Superior Universitario, cuyas circunstancias que generaron su aprobación han cambiado rápidamente en los últimos años, por tanto, se hace necesario la creación de políticas acordes con la realidad actual.
Aunque desestimó el nombre o la denominación del proceso, algunos hablan de constituyente, asegura que “el nombre es lo de menos, lo importante es el contenido.
Y en cuanto al crecimiento de la Usco, este tendrá su impulso mejorando la infraestructura tecnológica, desarrollando nuevos programas y currículos para hacer más llamativa la universidad y permita proyectarla a nivel nacional e internacional.
No es secreto para nadie en el Huila que el ambiente social al interior de la universidad es tenso y bastante difícil por la presencia de diferentes actores con inclinaciones e intereses muy disímiles y pocas posibilidades de concertar.
Con todo, el nuevo rector Rubén Darío Valbuena, tiene un reto enorme con el cual debe sacar a relucir su experiencia administrativa, el manejo adecuado de personal y la sutileza al escoger un buen equipo para afrontar las situaciones de manera positiva, pero ante todo debe tener olfato político, la esencia al interior del centro de una educación superior con ideas políticas.
La gestión de Nidia Guzmán Durán, como rectora, es satisfactoria en el plano del fortalecimiento institucional por la inversión social y la paz política, pero ante todo el hecho de haber terminado normalmente su periodo y hacer un empalme amistoso con su sucesor permite inferir que dejó el camino abonado.








