Luego de días oscuros por el aumento del conflicto armado en zona rural de algunos municipios del Huila, el turismo se ha visto altamente afectado, sin embargo, los empresarios crean estrategias para incentivar a la ciudadanía a que los visiten y apoyen el turismo rural y de naturaleza.
DIARIO DEL HUILA, HUILA
Por: Leidy Catalina Durán Vásquez
El Huila se ha consolidado durante la última década como uno de los destinos emergentes de turismo rural y de naturaleza más importantes del suroccidente colombiano. Sus montañas, sus miradores, su riqueza hídrica y paisajística, y su diversa oferta de glamping, fincas agroturísticas, cavernas, rutas ecológicas y experiencias científicas lo habían posicionado como un atractivo creciente para viajeros nacionales y extranjeros.
Sin embargo, el aumento del conflicto armado, los fenómenos de extorsión carcelaria y el incremento de la delincuencia común han golpeado de manera contundente al sector, afectando la percepción de seguridad en los entornos rurales y frenando de manera evidente la llegada de turistas a estos lugares.
Así lo expresan empresarios, líderes gremiales y operadores turísticos del departamento, quienes advierten que el deterioro de la confianza y la incertidumbre generada por los recientes hechos de orden público están poniendo en riesgo la economía de decenas de municipios que dependen del turismo como actividad complementaria o principal.
Para Fabián Cortés, representante de la Asociación de Desarrollo Económico y Turístico del Huila, la situación se puede entender a partir de tres fenómenos centrales que hoy afectan la seguridad y, por ende, la actividad turística: la violencia en zonas rurales y el control territorial ejercido por grupos armados ilegales, la extorsión carcelaria que golpea a empresarios y operadores turísticos y la delincuencia común y los costos adicionales que generan la necesidad de proteger rutas y espacios naturales.
Según Cortés, las zonas más afectadas por el conflicto armado se ubican en las partes altas de las cordilleras y en áreas alejadas de la Ruta 45, donde el Estado tiene menor presencia y donde grupos ilegales buscan controlar corredores estratégicos para el tráfico de drogas, la minería ilegal y otras actividades delictivas.
“En zonas como La Plata y sectores cercanos a Isnos se están viendo afectaciones. Aunque el Ejército ha hecho un trabajo contundente, lo que sucede está relacionado con disputas por control territorial debido al narcotráfico y la minería ilegal”, explicó el representante de la Asociación de Desarrollo Económico y Turístico del Huila.
Estas confrontaciones han tenido un efecto directo: el turismo rural ha disminuido, especialmente en municipios que dependen casi por completo de visitantes que buscan experiencias en montaña, cavernas, reservas naturales y espacios comunitarios.
Aunque los hechos derivados del conflicto armado en zonas rurales son visibles, el fenómeno que, de acuerdo con los gremios, tiene mayor impacto estructural sobre el turismo es la extorsión. Una extorsión que, en la mayoría de los casos, tiene origen en las cárceles del país pero que pone en duda quienes son los que los está atormentando con llamadas misteriosas.
El empresario expresa que el sector turístico y en general todos los gremios comerciales del departamento se han visto expuestos a llamadas extorsivas que utilizan la suplantación de grupos ilegales para generar miedo y obligar a los empresarios a pagar sumas de dinero.
“La extorsión carcelaria es la mayor afectación. Desde las cárceles hacen llamadas haciéndose pasar por grupos al margen de la ley. Afecta la percepción de seguridad y genera pánico”, afirmó el representante.
Este escenario ha contribuido a que turistas de otras regiones descarten al Huila como destino, especialmente en sus zonas rurales.
A pesar de esto, Cortés destaca que el Ejército y la Policía de Turismo han emprendido campañas para que los empresarios presenten las denuncias correspondientes, y asegura que las unidades Gaula han obtenido resultados importantes en los últimos dos años mediante capturas y desarticulación de redes.
Aun así, la extorsión sigue siendo un obstáculo que debilita la seguridad económica del sector.
La delincuencia común eleva los gastos operativos
El tercer fenómeno descrito por Cortés es la delincuencia común, que se agudiza tanto en entornos urbanos como rurales. Para los operadores turísticos, esto significa una consecuencia directa la cual es el incremento en los costos operativos.
Muchos empresarios se han visto obligados a contratar vigilancia privada, reforzar los protocolos de seguridad en fincas, controlar horarios de ingreso o limitar actividades nocturnas en zonas rurales, lo que afecta la experiencia del visitante e incrementa el valor final de los paquetes turísticos.
“Las afectaciones obligan a tener vigilancias adicionales, a veces armadas, y esto aumenta los costos. Cuando algún turista o empresario se siente amenazado, la operación se vuelve más riesgosa y costosa”, expresó Cortés.
La percepción de inseguridad tiene un impacto tan fuerte como los hechos mismos, el miedo limita el desplazamiento, reduce las reservas y crea una cadena de pérdidas que afecta a guías, hoteleros, transportadores, artesanos, restaurantes y emprendimientos comunitarios.
El occidente del Huila, el más ‘golpeado’
Una de las zonas más afectadas ha sido el occidente del Huila, donde municipios como La Plata, Paicol e Isnos basan más del 90 % de su turismo en experiencias de naturaleza como los miradores, cavernas, rutas de senderismo, observación de aves, espeleología, hospedajes campestres y glamping.
El empresario Guillermo Alvira Guzmán, propietario de una reconocida agencia de viajes en La Plata, señala que los tiempos recientes han sido especialmente difíciles para la región debido al recrudecimiento del conflicto armado.
“El Huila y el occidente han estado en primeras planas por los acontecimientos del conflicto. Vivimos tiempos muy duros con noticias negativas que afectan el nivel de confianza”, sostuvo Alvira Guzmán.
Ese deterioro en la confianza se refleja en la caída de reservas, la cancelación de tours, el cierre temporal de algunas rutas turísticas rurales y la reducción de la economía que gira en torno al visitante.
Sin embargo, a pesar de la compleja situación, el sector turístico del Huila no se ha detenido. Empresarios, alcaldías, instituciones y la fuerza pública han trabajado en conjunto para reactivar actividades y atraer visitantes.
Según Alvira Guzmán, en La Plata se han realizado eventos deportivos y culturales con acompañamiento de Ejército y Policía, como carreras de running, ciclopaseos y encuentros de avistamiento de aves, lo que ha permitido unir a la comunidad y enviar un mensaje de resiliencia.
Además, para este mes, el municipio celebrará un gran concierto que busca dinamizar el consumo local, atraer visitantes y fortalecer la economía del occidente del departamento. Junto a eso, el Mirador Paraíso del Huila, en alianza con la alcaldía, lanzará la Copa Navideña de Fútbol, que inaugurará la cancha sintética de la Villa Deportiva, un escenario largamente esperado.
“Hay que seguir haciendo ferias, eventos, conciertos, seguir invirtiendo en la región. No podemos amedrentarnos; en las caídas nacen las oportunidades”, aseguró el empresario.
Incluso existe una propuesta para el próximo año: el Pueblito Sampedrino, un proyecto cultural que busca fortalecer la oferta turística durante las festividades de San Pedro, una de las celebraciones más importantes del departamento.
Un llamado a la resiliencia
La realidad del turismo rural en el Huila sigue marcada por dificultades, pero el sector insiste en que la clave es mantener la unión regional y fortalecer los lazos entre instituciones, empresarios y comunidad.
“Necesitamos un territorio controlado. Felicitamos al Ejército porque sabemos del esfuerzo, aunque suceden temas que se salen de control. También la Policía ha respondido. Debemos rodear a nuestras instituciones”, expresó Cortés.
Los gremios reconocen que la Gobernación y las autoridades municipales han diseñado estrategias para garantizar un flujo más seguro de turistas en diciembre y enero, temporada que suele ser crucial para la economía del sector.
Aunque los operadores turísticos afirman que las rutas principales como la Ruta 45 no presentan alteraciones graves y que en la mayoría de los municipios la movilidad es segura, el problema central está en las zonas alejadas donde se desarrollan buena parte de las actividades de turismo rural.
La percepción de riesgo se mantiene por:
- Presencia eventual de grupos armados ilegales.
- Rumores y noticias no verificadas que circulan en redes sociales.
- Llamadas de extorsión que aumentan el miedo.
- Casos esporádicos de hurto o intimidación en fincas rurales.
- Historial reciente de hechos violentos en municipios del occidente.
Esta percepción es suficiente para afectar las decisiones de viaje de turistas que buscan tranquilidad, contacto con la naturaleza y recorridos en zonas de montaña.
Una oportunidad para reinventarse
Pese a las adversidades, los líderes del sector coinciden en un punto: el turismo rural del Huila sigue siendo uno de los más ricos y diversos del país.
El departamento cuenta con ríos y cascadas, miradores de gran valor paisajístico, cavernas únicas en el suroccidente colombiano, reservas naturales y rutas ecológicas, fincas agroturísticas, miradores de avistamiento de aves y glamping y cabañas rurales que atraen turismo nacional e internacional.
Alvira Guzmán asegura que esta crisis representa también una oportunidad para reinventar la oferta turística, fortalecer la promoción territorial y construir nuevas narrativas que ayuden a recuperar la confianza.
“El turismo rural del Huila es inmenso. Esta es una oportunidad para unirnos, mostrar la riqueza natural y cultural del territorio y salir adelante”.
En conclusión
El turismo rural en el Huila atraviesa una de sus etapas más retadoras debido al conflicto armado, la extorsión y la delincuencia común. Sin embargo, lejos de resignarse, el sector empresarial y la comunidad turística han decidido unir fuerzas para mantener vivo el espíritu de un departamento que lo tiene todo para ser uno de los destinos verdes más destacados de Colombia.
La clave, coinciden los líderes, está en seguir trabajando en más presencia institucional, mayor confianza en la fuerza pública, un turismo organizado, seguro y sostenible, una promoción constante que permita cambiar la narrativa nacional sobre el Huila y eventos, ferias y actividades que mantengan el movimiento económico.
Mientras tanto, la invitación es clara de rodear al sector, respaldar a los empresarios locales y seguir visitando un territorio que, a pesar de las adversidades, continúa preparándose para recibir a los viajeros con hospitalidad, riqueza natural y tradición cultural.
Bloqueos en vías: un dolor de cabeza que empieza a disminuir
Durante años recientes, uno de los factores que frenó con mayor fuerza la llegada de turistas al Huila fueron los constantes bloqueos en la Ruta 45, especialmente en tiempos de protesta social. Estos paros prolongados generaron pérdidas millonarias en temporadas altas y afectaron a comunidades cuya economía depende de la movilidad del visitante.
Sin embargo, tras acuerdos impulsados por la Cámara de Comercio y otras entidades, la frecuencia de bloqueos ha disminuido, lo que mejora las condiciones para la llegada de turistas por carretera.
“Afortunadamente dejaron de hacerse bloqueos que afectaban muchísimo el turismo. Las comunidades llegaron a acuerdos y eso permitió bajar el impacto de los paros”, señaló Cortés.
Esto ha permitido que, a pesar de los problemas de seguridad en zonas rurales apartadas, las rutas principales mantengan condiciones aceptables para la movilidad de visitantes.
