El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha decidido continuar las negociaciones con Vladimir Putin para alcanzar una tregua en la guerra de Ucrania, pero ha excluido al presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, como interlocutor en el proceso. En su lugar, busca un representante alternativo para defender los intereses de Kiev en la mesa de diálogo con Moscú.
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La decisión ha generado inquietud en Europa, donde líderes como el primer ministro británico, Keir Starmer, intentan mediar en la crisis diplomática. Sin embargo, Trump ha reafirmado su postura, lo que podría modificar la dinámica de las relaciones entre Estados Unidos, Ucrania y la Unión Europea.
Además, el mandatario estadounidense ha ordenado una auditoría sobre los 180 billones de dólares que su país ha destinado a Ucrania en asistencia militar y humanitaria. Para ello, ha encargado a Elon Musk la revisión de estos fondos con el objetivo de esclarecer su uso y determinar posibles irregularidades.
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Como parte de su estrategia, Trump también ha pausado el envío de armas a Ucrania y reducido la cooperación en inteligencia, lo que podría debilitar la capacidad defensiva de Kiev frente a Rusia. Su postura marca un cambio en la política exterior de Estados Unidos y genera incertidumbre sobre el futuro del conflicto.
