El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció una nueva fase en las operaciones antidrogas de su país, centrada ahora en el control terrestre del narcotráfico, tras una serie de ataques navales en el mar Caribe que dejaron al menos 14 presuntos narcotraficantes muertos.
Durante declaraciones previas a una reunión con la cúpula militar estadounidense, Trump aseguró que los esfuerzos en el Caribe habían reducido significativamente el tránsito de droga por vía marítima.
“Teníamos muchas drogas que entraban por el mar. Ya no hay lanchas, no hay lanchas de pescadores, no hay nada. Ahora vamos a vigilar a los carteles por tierra”, afirmó el mandatario.
Los recientes ataques, que incluyeron la destrucción de tres embarcaciones, marcaron un cambio en el tipo de operaciones realizadas por la Guardia Costera y las fuerzas estadounidenses, tradicionalmente enfocadas en decomisos y detenciones.
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Trump hizo referencia directa a Venezuela, señalando que el país “ha sido muy peligroso en lo que se refiere a drogas y otras cosas”, lo que sugiere que Washington mantendrá una estrecha vigilancia sobre las rutas terrestres que conectan Sudamérica con el Caribe y Centroamérica.
Despliegue militar en el Caribe
Estados Unidos mantiene en la zona un amplio operativo naval, compuesto por ocho destructores, miles de marines y una decena de cazas F-35 estacionados en Puerto Rico. Este despliegue, considerado uno de los más grandes en la región en los últimos años, ha generado tensiones con el gobierno de Nicolás Maduro, que respondió movilizando al ejército venezolano y a las milicias populares.
Reunión con la cúpula militar
En un encuentro celebrado en Quantico, Virginia, Trump aseguró que su gobierno busca “resucitar el espíritu guerrero” de las fuerzas armadas estadounidenses.
“Juntos, en los próximos años, vamos a transformar a nuestras fuerzas armadas en algo más fuerte, más recio y más rápido”, expresó ante generales y almirantes.
Por su parte, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, señaló que las fuerzas armadas deben “acabar con décadas de decadencia” y recuperar estándares de entrenamiento y reclutamiento más estrictos.
“No se trata de impedir que las mujeres sirvan, pero los estándares deben ser neutrales y altos”, aclaró el funcionario.
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