Durante una entrevista con el programa 60 Minutes de la cadena CBS, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que no prevé una guerra con Venezuela, aunque mantuvo un tono desafiante hacia el gobierno de Nicolás Maduro, al afirmar que sus “días están contados”.
Consultado por la periodista Norah O’Donnell sobre la posibilidad de una intervención militar, el mandatario respondió: “Lo dudo. No lo creo”, agregando que su país ha sido “tratado muy mal” por el régimen venezolano, al que responsabilizó de problemas relacionados con el narcotráfico y la migración ilegal.
Sin embargo, cuando se le preguntó si consideraba que Maduro podría perder el poder próximamente, Trump fue contundente: “Diría que sí. Creo que sí”, una afirmación que reavivó las especulaciones sobre la estrategia de presión de Washington hacia Caracas.
Horas antes, al descender del avión presidencial Air Force One, el mandatario fue cuestionado nuevamente sobre eventuales planes de ataque. Con tono irónico, respondió: “¿Cómo puedo responder una pregunta como esa? ¿Hay planes de un ataque en Venezuela? ¿Quién diría eso? Suponiendo que los hubiera, ¿se lo diría yo a usted, honestamente? Sí, tenemos planes. Tenemos planes muy secretos”, sin ofrecer detalles adicionales.
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Trump también sostuvo que “ya veremos lo que pasa con Venezuela” y reiteró sus acusaciones contra el gobierno de Maduro, al que señaló —sin presentar pruebas— de haber enviado “miles de personas de cárceles e instituciones mentales” hacia Estados Unidos.
La entrevista abordó además el despliegue del portaaviones USS Gerald Ford, el más grande de la flota estadounidense, que actualmente se encuentra en aguas internacionales. Cuestionado sobre si su presencia podría interpretarse como una señal de una posible operación militar, el presidente esquivó la pregunta con una broma: “Tiene que estar en alguna parte, es muy grande”.
El viernes anterior, tanto Trump como el secretario de Estado Marco Rubio negaron que Estados Unidos estuviera preparando un ataque militar contra Venezuela. No obstante, el incremento de la presión diplomática y el despliegue de fuerzas en el Caribe mantienen la tensión en la región.
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