Diario del Huila

Tres años tristemente desperdiciados

Ago 12, 2025

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Por: Carlos Tobar

Muchas fueron las expectativas que generó en el Huila la elección como presidente de la república de Gustavo Petro. Aunque no ganó en el resultado electoral en ninguna de las dos vueltas de esos comicios, el volumen total de votos en segunda vuelta fue significativo: 247.537 sufragios.

Así como en el país, millares de huilenses depositaron su confianza en la promesa de cambio que ofreció. Frustrados por la sucesión de gobiernos que han incumplido con la aspiración de superar la pobreza secular y encontrar finalmente el sendero seguro del progreso social y económico, abrieron sus esperanzas al gobierno del “cambio”.

Cuando posteriormente se le dio cuerpo a esas aspiraciones en programas y proyectos que quedaron contenidos en el Plan Nacional de Desarrollo “Colombia potencia mundial de la vida” con su respectivo Plan Plurianual de Inversiones, se asumieron formalmente compromisos que hoy se pueden evaluar.

Para no ponerlo en nuestras palabras veamos como resumía parte de esos compromisos un artículo del diario La Nación: “Obras en infraestructura y vías, ambiente, agro y demás proyectos ‘gaseosos’ hacen parte de las promesas incumplidas, entre ellos: la construcción del distrito de riego El Venado Boquerón de los municipios de Baraya, Tello y Villavieja; la construcción de seis centrales o plantas comunitarias para los procesos de beneficio, secado, trillado y transformación de café; la construcción de cuatro plantas de mezclas de fertilizantes regionales; la construcción de la Planta de Tratamiento de Agua Residual para Algeciras y también para Neiva; la continuación de la tercera fase La Plata – Belén – Popayán; y la creación y dotación de una unidad de neuropsiquiatría para el Hospital Universitario Hernando Moncaleano Perdomo del municipio de Neiva.”

Promesas que al contrastarlas con la realidad se quedaron como reseña el periódico en proyectos “gaseosos”. Por ejemplo, una de las más sentidas aspiraciones de todas las municipalidades, las vías terciarias, son un espejismo que ni siquiera figura en proyectos con diseños y presupuestos.

Las pocas inversiones realizadas en salud y los programas de tierras son pequeños paños de agua tibia en el mar de ilusiones despertadas. Lo peor, muchas de ellas en veremos.

Quienes conocemos el país, que sabemos de sus necesidades por décadas aplazadas, de las enormes dificultades que entrañan superarlas en un mundo donde las reglas económicas juegan en contra nuestra, dudábamos con razón de las ligeras e insustanciales propuestas del gobierno Petro.

Luego, con el transcurso del tiempo y los hechos concretos que mostraban, de manera palpable las inconsistencias gubernamentales, con funcionarios despistados e incapaces que asumían responsabilidades para las que no estaban preparados, pero, sobre todo, con una cabeza que no orientaba, se podía prever el fracaso de una propuesta que nunca debió ser.

Se han perdido tres años y hay otro en camino en iguales o peores circunstancias. Ojalá el país sepa sacar las lecciones pertinentes, no para volver al pasado fallido, sino para buscar el camino cierto del desarrollo autónomo y soberano. Un camino que sepa unir a los colombianos para ser un país próspero entre prósperos.

P.S. Ha muerto Miguel Uribe Turbay, un magnicidio doloroso para el país, otro fracaso del gobierno.

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