Aníbal Charry González
Ahora que el Consejo Nacional Electoral-CNE ha declarado responsable a la campaña -Petro Presidente 2022- por delitos electorales, surge nuevamente la controversia de nunca acabar sobre la transparencia electoral en nuestro país, que hay que decir de entrada, nunca se podrá lograr mientras tengamos un podrido sistema político electoral -que hace posible bajo la política envenenada del todo vale en la codicia por el poder-, que tengamos en todas las elecciones escándalos sobre la financiación de las campañas, donde los gobernantes de todo nivel que se ponen al servicio de sus espurios financiadores con cargo al presupuesto público como tenemos que verlo elección tras elección, hacen posible que tengamos un auténtico régimen de corrupción para el enriquecimiento ilícito de financiadores y elegidos pervirtiendo el ejercicio de la política, y por supuesto la democracia trocada en cacocracia, es decir, del gobierno de los bandidos.
Y a lo anterior hay que agregarle que tenemos como juez electoral un organismo deslegitimado y politizado como el CNE, elegido por los mismos que hacen posible esa cacocracia en su retorcido beneficio, que por esa misma circunstancia por sólidos que puedan ser los argumentos para proferir una condena como en el caso de la campaña de marras, carecen de credibilidad cuando sus integrantes como el presidente de ese organismo Álvaro Hernán Prada y uno de los ponentes del fallo de responsabilidad, tiene serios cuestionamientos judiciales al estar llamado a juicio por soborno en actuación penal por la Corte Suprema de Justicia que no ha resuelto oportunamente su situación, e integrante del partido político que hace oposición de jauría y se ha declarado enemigo de vieja data del presidente Petro.
Por eso resulta urgente una reforma integral a ese sistema político electoral -en la cual ningún politiquero está interesado-, hontanar de toda la podredumbre que ha convertido la política en una actividad mafiosa, y lo que es más importante, la creación de un verdadero juez electoral con facultades jurisdiccionales para que produzca fallos oportunos y con credibilidad e integrado por auténticos magistrados y no por mandaderos de esa clase politiquera, y por supuesto, una reforma a la justicia que haga posible la creación de un juez de aforados independiente que elimine la Comisión de Acusaciones de la Cámara, que como ya sabemos no ha condenado jamás a un presidente por graves que sean los crímenes cometidos en el ejercicio del cargo, y por eso estamos condenados a tener los mismos escándalos como va a ocurrir con el próximo presidente cualquiera sea el partido al que pertenezca, los cuales terminarán en nada producto de la impunidad.
