La actividad navideña en Neiva atrae comercio, turismo y movimiento de calle, pero también revela una realidad que suele pasar inadvertida. La presencia de niños y adolescentes trabajando en semáforos, parques, mercados o ventas informales se incrementa una vez terminan las clases del calendario escolar.
DIARIO DEL HUILA, PANORAMA
Diciembre se convierte en una ventana en la que la ciudad exhibe con mayor claridad un fenómeno que permanece latente todo el año, la vinculación de menores a actividades laborales. Los datos más recientes del DANE muestran que el país mantiene indicadores que permiten dimensionar la magnitud del problema y entender por qué en ciudades intermedias como Neiva esta situación tiende a crecer en épocas de vacaciones y alta demanda comercial.
Durante el 2024 fueron detectados 36 menores realizando alguna actividad económica en distintos puntos del municipio de Neiva, y en lo corrido de este año se han registrado 11 casos. Las instituciones aclaran que estas cifras no necesariamente representan la totalidad de situaciones existentes, pero sí evidencian que el problema persiste y que la ciudad requiere más mecanismos de detección y seguimiento.
La secretaria de la Mujer, Infancia y Adolescencia de Neiva, Clara Peña, explicó que los equipos de la entidad realizan jornadas constantes de verificación en diferentes sectores donde suele presentarse mayor riesgo. Según indicó, los recorridos abarcan semáforos, gastrobares, mercados campesinos, la Central de Abastos y, en temporadas específicas como diciembre, y el parque Santander. Señaló que el propósito es ubicar a los niños que puedan estar vinculados a actividades laborales, activar las rutas de protección y orientar a las familias sobre los riesgos que implica que un menor participe en este tipo de prácticas.
Un repunte estacional que cada diciembre se repite en Neiva
Habitualmente, entre finales de noviembre y las primeras semanas de enero es posible observar a menores en actividades que van desde ventas ambulantes hasta el acompañamiento a familiares en oficios informales. Varios funcionarios que trabajan en programas de prevención en la ciudad confirman que esta temporada representa un desafío particular porque las dinámicas familiares cambian y muchos adultos ven en el espacio navideño una oportunidad para aumentar ingresos, lo cual también puede involucrar a los niños. La ausencia temporal de clases elimina una barrera de protección natural y multiplica la probabilidad de que los menores terminen en actividades de riesgo.
Con las cifras nacionales del trimestre octubre a diciembre de 2024, de acuerdo a los informes oficiales del DANE, es posible aproximarse a la dimensión del problema y comprender que la ciudad no es ajena a una dinámica nacional que sigue siendo preocupante.
Cifras revelan estabilidad en el trabajo infantil
El boletín técnico del DANE sobre trabajo infantil correspondiente al periodo octubre a diciembre de 2024 confirma que el país mantiene una tendencia estable. La tasa nacional se ubicó en 2,9 por ciento, la misma registrada un año atrás, lo que refleja que el fenómeno permanece sin variaciones significativas a pesar de múltiples intervenciones institucionales. Los datos muestran que en el trimestre analizado había 311 mil menores entre los 5 y los 17 años vinculados a actividades laborales, una cifra prácticamente igual a la reportada en 2023.
La estabilidad numérica no implica mejoría. El DANE confirma que la mayor carga del trabajo infantil se concentra en los centros poblados y en las zonas rurales dispersas, donde el indicador llegó al 6,0 por ciento. En contraste, las cabeceras urbanas mantuvieron una tasa de 1,7 por ciento, lo cual indica que las ciudades capitales tienen menor incidencia relativa pero no están libres del fenómeno. Neiva aparece en este conjunto urbano, con una cobertura de recolección superior al 94 por ciento, lo que respalda la confiabilidad estadística de la información para este dominio geográfico.
Estas cifras nacionales permiten entender por qué diciembre resulta crítico en Neiva. Aunque la ciudad no refleja las tasas más altas del país, sí concentra dinámicas propias de las áreas urbanas donde la actividad económica se amplifica en temporadas específicas. La venta callejera, el comercio informal, los espectáculos públicos y la movilidad por celebración incrementan las interacciones entre menores y entornos laborales no regulados.
Diciembre y vacaciones una combinación que expone más a los menores
Diversos programas de infancia coinciden en que las vacaciones escolares representan un punto de inflexión porque disminuye la supervisión permanente y se amplía el tiempo libre. En Neiva, donde miles de familias dependen de oficios informales y de ingresos diarios, esta pausa académica se convierte en un incentivo para involucrar a los menores en actividades económicas. En el centro de la ciudad, en los alrededores de los mercados y en los barrios más concurridos, se hacen frecuentes las escenas de niños vendiendo dulces, participando en actividades de reciclaje o acompañando a adultos en labores que exigen esfuerzo físico.
El boletín del DANE detalla que la población de 5 a 14 años tiene una tasa nacional de trabajo infantil de 1,1 %, mientras que en el grupo de 15 a 17 años el indicador asciende a 8,7 %. El comportamiento por edad confirma que los adolescentes son quienes más terminan vinculados a actividades laborales, lo que coincide con lo que se observa en la ciudad durante diciembre, cuando los jóvenes mayores suelen asumir mayores responsabilidades dentro de los hogares que viven del rebusque.
La brecha de género también se replica en Neiva
El informe oficial evidencia que los hombres presentan una tasa de trabajo infantil de 3,8 %, mientras las mujeres están en 1,9 %. Sin embargo, al considerar el trabajo infantil ampliado que incluye labores domésticas y de cuidado no remunerado durante 15 horas o más a la semana, las mujeres superan ampliamente a los hombres en esta categoría. Las niñas y adolescentes alcanzan un 13,6 % frente a un 8,0 % en los hombres, lo que confirma que las cargas invisibles recaen principalmente sobre ellas.
En Neiva esta brecha también se percibe. Organizaciones advierten que muchas niñas asumen funciones domésticas intensivas en sus hogares mientras sus familiares trabajan en el comercio navideño. Aunque estas labores no se realizan en la calle, sí constituyen una forma de trabajo infantil según la medición ampliada del DANE, lo que indica que la ciudad enfrenta una realidad que no siempre es visible para el público.

Las razones que llevan a los menores a trabajar
El gusto por obtener dinero propio sigue siendo la principal razón para que un menor trabaje. Le siguen motivos relacionados con la necesidad de aportar a la economía familiar y con la obligación de ayudar en los gastos del hogar. En Neiva estas motivaciones son habituales. Las familias que dependen de actividades informales suelen aumentar sus ingresos en diciembre gracias a la dinámica comercial. La ciudad registra altos niveles de informalidad laboral y ello incentiva que los niños participen de estas actividades para obtener ingresos adicionales. También se da el caso de adolescentes que trabajan para cubrir sus propios gastos escolares o para apoyar a sus familias cuando los costos aumentan por la temporada navideña.
Lo que ocurre en Neiva durante la temporada navideña
En las calles del centro, especialmente, la actividad de menores se vuelve más notoria en diciembre. Las ventas de dulces, los espectáculos callejeros, el acompañamiento a adultos en la venta de productos o la participación en actividades de reciclaje se incrementan. Aunque las autoridades realizan operativos de sensibilización y remisión a programas institucionales, la constante afluencia de personas dificulta la intervención.
En el Diario del Huila salimos a recorrer las calles del centro de la ciudad para observar de primera mano el panorama y escuchar a quienes diariamente conviven con estas dinámicas. En el parque Santander, frente a la Gobernación, Don ‘Arnulfo’, vendedor de tintos desde hace más de dos décadas, aseguró que en diciembre se nota con mayor fuerza la presencia de menores en las calles y que muchos terminan trabajando o pidiendo dinero, en la mayoría de los casos acompañando a adultos que buscan aprovechar la temporada para mejorar los ingresos del hogar.
Una mujer que comercializa achiras en la plaza cívicatambién describió una situación que considera frecuente. Señaló que “muchas madres que trabajan de manera informal no tienen con quién dejar a sus hijos cuando llegan las vacaciones escolares”, y que ante la imposibilidad de pagar un cuidado o dejarlos con personas desconocidas prefieren llevarlos con ellas durante la jornada. Explicó que no siempre los menores participan directamente en la venta, pero sí permanecen en el entorno laboral durante largas horas, expuestos a las dinámicas de la calle.
Por su parte, doña Leonor Salgado, vendedora de confitería en el sur de la ciudad, indicó que también se observa un aumento de adolescentes que buscan desempeñar alguna actividad para ayudar en sus casas. Aseguró que “muchos trabajan motivados por el deseo de sentirse útiles, aportar a los gastos de la temporada, guardar algo de dinero para sus necesidades personales o contribuir con los preparativos de fin de año, especialmente con la cena de Navidad y los compromisos familiares”.
Desde la Policía de Infancia y Adolescencia confirmaron que en coordinación con la Secretaría de Mujer, Infancia y Adolescencia de Neiva se pondrá en marcha una campaña especial durante la temporada decembrina. El propósito es reforzar la prevención, identificar situaciones de riesgo y garantizar que no se vulneren los derechos de niños y adolescentes que puedan estar expuestos a actividades laborales. Las autoridades señalaron que estas acciones incluirán presencia en puntos estratégicos de la ciudad, jornadas de sensibilización con familias y comerciantes y la activación de rutas de protección para los casos que lo requieran.
Los barrios periféricos también muestran dinámicas similares. Familias completas salen a las calles para realizar ventas temporales y en muchos casos los menores terminan cumpliendo funciones logísticas, de acompañamiento o de atención al público. Estas actividades, aunque no siempre representan un trabajo formal, sí constituyen una vinculación al mundo laboral que puede interferir con el descanso, la educación o la protección del menor.
Escuelas cerradas, comercio abierto y mayores riesgos
La combinación de escuelas cerradas y comercio creciente crea un escenario propicio para el trabajo infantil. Las jornadas extendidas de los adultos durante diciembre, especialmente en sectores como gastronomía, ferias temporales y ventas navideñas, hace que muchos niños pasen largos periodos en espacios públicos. Esta permanencia aumenta la posibilidad de que terminen participando en tareas que pueden considerarse trabajo según los criterios de la OIT y del DANE.
El reto para 2025 en Neiva
Con la publicación del boletín de trabajo infantil del DANE correspondiente al periodo octubre a diciembre de 2024, Neiva enfrenta el desafío de ajustar sus estrategias para la temporada decembrina de 2025. Las cifras nacionales permiten anticipar que el problema no desaparecerá sin intervenciones más profundas. La ciudad necesita fortalecer sistemas de identificación, aumentar la presencia institucional en espacios públicos y garantizar programas para niños durante las vacaciones.










