Lo que empezó como un día de celebración para un cabo del Ejército Nacional terminó convirtiéndose en un acto de servicio y compromiso con la seguridad ciudadana. Minutos después de haber recibido su ascenso en una ceremonia oficial en la Novena Brigada, el uniformado frustró un presunto delito en pleno centro de Neiva.
El suboficial, que se encontraba de civil y salía de permiso tras el acto militar, advirtió una situación irregular en un sector comercial: un individuo entregaba panfletos a comerciantes. Al revisar el material, se percató de que se trataba de citaciones extorsivas atribuidas al grupo armado organizado residual Frente Iván Díaz.
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De inmediato, reaccionó y procedió a detener al hombre en flagrancia, poniéndolo a disposición de las autoridades competentes.
El comandante de la Novena Brigada, coronel Henry Herrera Arenas, destacó la acción: «No hay descanso para el soldado. El uniforme puede estar guardado, pero el compromiso con Colombia va en la sangre».
El hecho fue reconocido por superiores y civiles presentes como un ejemplo de disciplina, valentía y sentido del deber, valores que, según el Ejército, trascienden el uso del uniforme y reflejan la vocación de servicio de sus integrantes.
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