Por: Oscar Eduardo Trujillo Cuenca
oscartrujillo79@gmail.com
«No importa cuán lejano parezca el horizonte, siempre hay caminos que llevan hasta él.» #LaFraseDeOscarT
¿Quién dijo que solo desde Bogotá, Medellín o Cali se podía innovar a gran escala?
El Huila vibra con una energía emprendedora que merece ser celebrada, pero también fortalecida. Cada semana emergen nuevos emprendimientos que sueñan en grande, que apuestan por la innovación y que, con visión, entusiasmo y valentía, buscan escalar desde lo que muchos aún consideran una región intermedia.
Hoy más que nunca, los emprendimientos huilenses tienen en sus manos la posibilidad y la responsabilidad de trascender los límites geográficos y mentales que durante años nos dijeron que no se podía. La tecnología ha democratizado el acceso al conocimiento, la inversión y los mercados globales, abriendo el camino para que hoy los emprendedores persigan su propósito con decisión.
Ahora bien, la pregunta que nos debemos hacer es, ¿cómo lograr que esas buenas ideas trasciendan las fronteras departamentales y se conviertan en referentes nacionales e internacionales?
El primer gran paso es entender que la distancia geográfica no es una barrera insuperable, pero sí un desafío que exige estrategias inteligentes. Escalar un emprendimiento desde el Huila implica construir ecosistemas colaborativos fuertes, apostar a construir propuestas de valor verdaderamente diferenciales, ancladas en nuestras fortalezas, pero diseñadas para el mundo, donde universidades, entidades públicas, empresas privadas e inversionistas hablen el mismo lenguaje de innovación y crecimiento; sin un ecosistema de apoyo sólido, las buenas ideas corren el riesgo de marchitarse antes de florecer.
Otro factor clave es la conexión con redes nacionales e internacionales de comercialización e inversión, desde programas de aceleración hasta ferias de innovación y rondas de inversión, nuestros emprendedores deben ser acompañados para salir al mundo, aprender de los mejores y mostrar lo que somos capaces de construir desde nuestro territorio. El Huila no puede quedarse como un actor pasivo esperando que las oportunidades lleguen, debe ser un protagonista que sale a buscarlas.
También es necesario la especialización, no podemos ni debemos competir en todo, debemos de especializarnos en lo que realmente somos buenos, identificar nuestros nichos de ventaja, como el caso de la agroindustria sostenible, el turismo de naturaleza, las tecnologías aplicadas al café, cacao, piscicultura, a los alimentos funcionales, a las energías renovables, y desde allí desarrollar esos nuevos emprendimientos que se volverán startups o unicornios, que sean verdaderamente competitivas en esos sectores; la innovación en el Huila debe tener enfoque territorial, pero con visión global.
Desde las alianzas público-privadas también se necesita una nueva actitud, donde se generen menos trámites al momento de crear empresa, más acompañamiento, menos eventos aislados de comercialización, más planes de largo plazo; se debe avanzar hacia la creación de fondos de capital de riesgo regional, fortalecer las políticas de compras públicas para emprendimientos locales, impulsar educación en habilidades digitales y de emprendimiento desde edades tempranas; todas estas acciones concretas pueden marcar la diferencia.
En últimas, escalar desde una región intermedia como el Huila no es solo un asunto de estrategia empresarial, sino también, un acto de creer profundamente en el talento propio, de convencernos de que desde aquí también podemos innovar, competir y ganar; cada emprendimiento que rompe esa barrera imaginaria no solo está construyendo su futuro, sino también redefiniendo el mapa de oportunidades para las nuevas generaciones huilenses.
Hoy, más que nunca, el Huila necesita apostar por su talento emprendedor como un pilar de desarrollo y orgullo regional. No hay tiempo que perder, necesitamos una sociedad que celebre a sus emprendedores como celebramos a nuestros artistas y a nuestros deportistas.
¿Estamos listos para dar el salto?
