Alfonso Vélez Jaramillo
El convenio que suscribieron el gobernador del Huila Rodrigo Villalba Mosquera y el alcalde de Neiva German Casagua Bonilla, para recuperar el estadio Guillermo Plazas Alcid, es acertado
Es el principio del cumplimiento de un compromiso que adquirieron durante sus respectivas campañas.
El gobernador y el alcalde, como no había ocurrido años atráse, se comprometieron a recuperar el estadio en sus respectivas administraciones y a fe de que están demostrándolo, uniendo voluntades.
Hacía años que el departamento no invertía tantos recursos en Neiva, como se viene haciendo en este periodo, inclusive está transformandola con la pavimentación de muchas calles y vías abandonadas de la periferia.
Hasta ahora, lo más importante, fue lograr los recursos por 56 mil millones de pesos para financiar la obra del estadio que consiste en la demolición y construcción de la tribuna occidental, de acuerdo con las recomendaciones de la Universidad Nacional de Manizales.
Se dejó claro que la prioridad es la comunidad deportiva y la recreación de los huilenses y en ningún momento ha existido competencia con Felipe Olave.
El señor Olave, está ambientando en los medios de comunicación, regional, nacional e internacional, un proyecto privado de estadio sobre una de las islas del Río Magdalena, frente a la ciudad de Neiva.
Muchas personas han quedado deslumbradas por la llamativa presentación de un proyecto de estadio privado en una isla del rio Magdalena, en donde las normas nacionales ambientales lo prohíben. A no ser que haya cambio de postura constitucional y legislativa.
Según Camilo Augusto Perdomo, director de la Cam, las islas del rio frente a la ciudad Neiva, tienen figuras de protección y los POT de Neiva y Palermo, no permiten que hoy se construya un estadio o una ciudadela, en áreas de protección por distintas condiciones, como riquezas biológicas que existen en el territorio y la alta amenaza, es una zona de protección ambiental.
La inversión privada es significativa en cualquier lugar del planeta y como el Huila no es la excepción bienvenida sea, pero no deja de sorprender su abrumadora publicidad en casi todos los medios.
Es tan imponente su campaña, que a ratos da la impresión de ser un avasallador medio de presión al nuevo Plan de Ordenamiento Territorial POT, de Neiva, que ni siquiera ha comenzado a ser formulado.
O, una plataforma mimetizada de campaña política futura para él o alguno de sus amigos a la gobernación u otro cargo de representación popular, aunque nadie aún, puede afirmarlo con certeza, solo el señor Olave y el tiempo lo dirán.
Para un mejor entendimiento a quienes creen que el gobierno está contra la inversión privada, es preciso aclarar la diferencia entre una obra publica y otra de carácter privada.
La recuperación del estadio Guillermo Plazas Alcid, es la repuesta a un derecho fundamental para el bienestar social y colectivo a través de proyectos de infraestructura y servicios para la comunidad, financiados con fondos públicos, en este caso el deporte y la recreación.
Es para el deporte en general, para el público, inclusive, cualquier persona podría interponer hasta una acción de tutela, si le niegan injustificadamente este servicio, mientras al privado no.
No solo es para partidos de futbol profesional, no es solo para el Atlético Huila, ese es un servicio más.
Por lo menos 5.000 deportistas entre niños, jóvenes y adultos practican el fútbol competitivo en clubes y en la selección Huila, que carece de escenarios aptos para la alta competencia.
Son más de 20 clubes deportivos de Neiva y el Huila que participan en torneos zonales, departamentales y nacionales.
Neiva y el Huila no cuentan con otra cancha que cumpla los reglamentos y las normas deportivas para el entrenamiento y la competencia.
La liga de fútbol del Huila requiere de escenarios decentes para todas sus categorías de 13, 15,17, 19, 20 y 21 años, y los deportistas rondan buscando las canchas menos deterioradas de la ciudad, preparándose para representar al Huila con decoro.
El estadio publico facilita la realización de estos torneos o certámenes de carácter lúdico, artístico y hasta religiosos, que dinamizan la economía local a través del turismo deportiva, la religiosidad o y la recreación.
El inversionista privado, así lo plantee de diferentes maneras, pretende el control, el poder y el monopolio de una actividad pública, la rentabilidad económica y ganancias, que no es ilegal, pues está utilizando sus recursos propios.
Sin embargo, es necesario levantar la voz, porque es inoportuno y hasta molesto, por la manera como dan a entender que quieren imponer, como dice el señor Olave “Yo pienso”.
Como si nadie más de la comunidad, ni el gobierno tiene gente que igual piensa, aunque creo que nadie ha dicho que tiene plata para invertir como lo manifiesta el empresario Olave.
Es innegable que la inversión pública inspira el interés social, la inversión privada no es gratuita tiene interés de lucro, se busca un retorno financiero, aunque ambas son necesarias para el desarrollo.
Gustó bastante que tanto el gobernador como el alcalde hicieron un llamado a la comunidad a estar vigilantes de la inversión y el desarrollo de la obra que debe estar lista en menos de 2 años al servicio de los huilenses.
Inclusive, el atletismo en todas sus categorías volverá con la pista atlética, por cuya razón debemos ser solidarios con este nuevo paso de recuperar el estadio Guillermo Plazas Alcid, nuestro estadio público, luego la Villa Olímpica.
