Durante la ceremonia de imposición de la Orden de Boyacá a los uniformados que participaron en la Operación Perseo —desarrollada en octubre de 2024 para recuperar el control de El Plateado, Cauca—, el presidente de la República se refirió a los lineamientos que rigen las acciones militares y al impacto del reclutamiento de menores en el conflicto.
En el evento realizado en la Escuela de Infantería de Bogotá, el jefe de Estado señaló que las operaciones no se ejecutan de manera indiscriminada. “Los ataques no se realizarían en ‘cualquier lugar, no en cualquier sitio’”, afirmó, y enfatizó que “no estamos desatando una tormenta desde arriba, no. No estamos en tierra arrasada, no”.
El mandatario recordó que en recientes bombardeos hubo menores combatientes entre las víctimas, y reiteró que esa situación responde a prácticas sistemáticas de los grupos ilegales. Indicó que estos menores son “reclutados masivamente, para evitar que el poder de la Nación caiga con contundencia sobre los grupos armados organizados”.
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Al insistir en que las Fuerzas Militares actúan bajo lo establecido por el Derecho Internacional Humanitario, sostuvo: “No somos nosotros los asesinos, no rompemos el Derecho Internacional Humanitario que ha construido la categoría de menor combatiente y señala nuestras responsabilidades hacia ellos, y señala lo que tiene que hacerse en caso de una acción directa contra la Nación, contra su Ejército o su Policía. Los asesinos son quienes los reclutan; en esa medida, no puede servir de excusa el reclutamiento de menores”.
Así mismo, afirmó que los jefes de organizaciones criminales han utilizado a menores como escudo ante las operaciones armadas. Según dijo, estos capos creen que teniendo menores combatientes “se iban a defender de la Nación, y yo sé que mientras más permanezca esa visión en la mentalidad de los capos, más menores van a reclutar: porque creen que les son funcionales”.
El presidente concluyó que las operaciones del Estado continuarán bajo los protocolos establecidos, mientras las autoridades mantienen las investigaciones por reclutamiento forzado de menores, una de las prácticas más graves dentro del conflicto armado.
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