El color que nos une, una exposición abierta al público que integra obras de artistas huilenses, obras nacionales e internacionales, desde una narrativa del arte para construir paz.
DIARIO DEL HUILA, CULTURA
Por: Niyireth Cruz García
El arte como un escenario de encuentro y construcción de narrativas de paz. Bajo el nombre “Semillas de Armonía 2025: El color que nos une”, la Asamblea Departamental se convirtió en una gran galería pública donde confluyen obras de más de 250 artistas de 10 países, entre ellos Colombia, Argentina, Perú, México, Brasil, España, Chile, Líbano, Alemania y Nepal.
La muestra, que reúne pintura, fotografía, dibujo, arte textil y técnicas mixtas, tiene un propósito que trasciende la estética: sembrar mensajes de convivencia, inclusión y respeto por la diversidad, desde el lenguaje universal del arte.
“Queremos que la comunidad reflexione, que el arte deje de ser un privilegio de unos pocos y se convierta en un espacio de encuentro y diálogo social”, afirma César Rincón González, gestor cultural, abogado y director de la organización Artes y Fronteras por la Paz, entidad sin ánimo de lucro que lidera esta iniciativa junto a gestores de varios países iberoamericanos.
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Una red de artistas que siembra paz
El proyecto Semillas de Armonía nació de una alianza entre gestores culturales de Argentina, Perú, México, Brasil, España y Colombia, quienes decidieron unir esfuerzos para visibilizar el trabajo de artistas contemporáneos que abordan temas relacionados con el medio ambiente, la paz y la unión entre los pueblos, es una actividad sin ánimo de lucro.
Cada país vincula cerca de 50 artistas que exhiben sus obras a través de reproducciones digitales impresas sobre lienzos, una solución creativa frente a las dificultades logísticas y los altos costos que implica el traslado físico de las piezas entre fronteras.
“En muchos países, enviar una obra original es casi imposible por los trámites aduaneros o los costos. Por eso, decidimos imprimir las obras en lonas o lienzos de gran formato, de modo que las personas puedan conocer lo que se está creando en otros territorios sin las barreras materiales”, explica Rincón.
La propuesta no solo democratiza el acceso a las obras, sino que también fomenta la interacción entre artistas de distintas latitudes, generando un intercambio simbólico y creativo en torno a la diversidad cultural.
Huila: un territorio que florece en arte
Entre los participantes destacan reconocidos artistas huilenses como Margarita Rosa Gómez Vélez, Martín Borrero Urbanski, Jayro Osorio, Nenfis Perilla, Nelson Tovar García, Roberto Londoño Uribe, Sergio Reyes, Guillermo Martín Moreno, Melba Perdomo Mosquera, Reynaldo Tamayo, Juan Javier Suárez Botía, Edwin López, Bertha Paloma, Luis Losada, María Heriberta Vega, Fidela Losada Flórez, Jorge Jojoa, Alex Rivera y Gabriel Nieto, entre otros.
Su participación evidencia la riqueza artística del departamento y la diversidad de estilos que caracterizan a la región: desde la pintura figurativa y los retratos costumbristas, hasta las abstracciones geométricas y las exploraciones realistas que evocan el paisaje huilense.
Uno de los casos más inspiradores es el de Luis Eduardo Bravo Artunduaga, un joven fotógrafo y ambientalista de una vereda de Palestina, Huila, que ha participado activamente en las exposiciones de Artes y Fronteras por la Paz. Con apenas 16 años, Bravo ha documentado aves y ecosistemas de su entorno, convirtiendo su cámara en una herramienta de educación ambiental.
“Luis es un ejemplo de cómo el arte puede conectar con la naturaleza y generar conciencia. Es un chico apasionado por las aves, conoce sus nombres científicos y siempre está enseñando a otros sobre la importancia de cuidar el hábitat”, cuenta Rincón.
Arte, ciudadanía y espacio público
Durante el acto inaugural, desarrollado en la Asamblea del Huila los diputados manifestaron su compromiso para seguir impulsando estas iniciativas artísticas, que permiten fortalecer el tejido social. Uno de los anuncios más celebrados fue el respaldo institucional al proyecto “Neiva – Arte,al Parque”, propuesto por el propio César Rincón, que busca transformar el Parque Santander en un escenario mensual de arte y encuentro ciudadano.
El proyecto contempla la realización de jornadas artísticas con exposiciones de pintura, escultura, danza, música, poesía, teatro, fotografía y artesanías, en un espacio abierto al público. La meta es promover el arte huilense, resignificar el espacio público y fortalecer la economía cultural local.
“El arte debe salir de las galerías y encontrarse con la gente. El parque, como corazón de la ciudad, puede ser el punto donde el arte y la comunidad se abracen”, afirmó Rincón durante el evento, resaltando la importancia de democratizar el acceso a la cultura.
Una agenda que recorre Iberoamérica
La muestra “Semillas de Armonía”emprenderá una agenda itinerante internacional que la llevará a recorrer distintos países de Iberoamérica, promoviendo el arte, la naturaleza y la conexión cultural entre territorios. El recorrido inicia en Neiva, Colombia, y continuará por Lima (Perú) el 14 de noviembre de 2025, Morelia (México) el 17 de enero de 2026, São Paulo (Brasil) el 27 de enero de 2026 y Merlo (Argentina) el 14 de marzo de 2026. La itinerancia cerrará en España, en una fecha aún por confirmar, consolidando así un circuito que busca sembrar sensibilidad y armonía a través del arte en cada país participante. Cada país será anfitrión de una nueva versión de la exposición, permitiendo que las obras viajen simbólicamente y se transformen en embajadoras de la paz, la diversidad y la esperanza.
“El arte tiene la capacidad de unir a los pueblos más allá de sus fronteras. Por eso, esta muestra se llama Semillas de Armonía: porque cada obra es una semilla que germina en otro territorio”, dice Rincón.
Un trabajo en red
Este evento fue posible gracias al trabajo articulado de gestores culturales internacionales como Mónica Luna (Argentina), Sandra Moretti (Perú), Herminia Cruz Recinos y Mary Carmen Vázquez Moreno (México), Luzia Moraes y Sayder SDR (Brasil), César Rincón (Colombia) y Eliana Pedroza (España).
Cada uno lidera organizaciones sin ánimo de lucro dedicadas a promover el arte como herramienta de transformación social. Su trabajo conjunto demuestra que la cooperación cultural puede derribar fronteras simbólicas y abrir espacios de encuentro entre artistas y comunidades.
La Asamblea: un museo vivo hasta el próximo viernes
Convertir la Asamblea Departamental del Huila en galería no es un hecho menor. En un contexto donde Neiva carece actualmente de museos de arte contemporáneo, esta exposición representa una reapropiación simbólica del espacio institucional por parte de la cultura.
“El Museo de Arte Contemporáneo del Huila desapareció, las salas que existían fueron ocupadas por otras dependencias y hoy los artistas no tienen un lugar donde exponer”, lamenta Rincón. “Por eso, la apertura de la Asamblea a este tipo de muestras es un acto de sensibilidad y compromiso con la cultura.”
La mesa directiva, al notar la acogida del público, decidió extender la exposición hasta el viernes 14 de noviembre, una semana más, permitiendo que más ciudadanos puedan visitarla y adquirir obras directamente de los artistas.
Arte y conciencia ambiental
Además de promover la convivencia y la paz, “Semillas de Armonía” también invita a reflexionar sobre el medio ambiente y la sostenibilidad. Muchas de las obras exhibidas abordan la relación entre el ser humano y la naturaleza, la pérdida de biodiversidad o el impacto del cambio climático.
“Siempre hemos insistido en estos temas: queremos que la gente piense, que analice lo que estamos viviendo, sobre todo frente a la contaminación ambiental y la falta de conciencia colectiva”, explica Rincón.
Desde esta perspectiva, el arte se convierte en un lenguaje de alerta y esperanza, que busca despertar la sensibilidad ecológica y reconectar a las comunidades con su entorno.
Un llamado a la institucionalidad cultural
El gestor cultural aprovechó el espacio para hacer un llamado a las autoridades locales y nacionales:
“Es urgente recuperar los espacios culturales perdidos y crear nuevos escenarios para la exposición, formación y circulación artística. Los artistas huilenses necesitan del apoyo institucional para visibilizar y comercializar su obra.”
Rincón insistió en la importancia de que la Secretaría de Cultura Departamental, la Gobernación del Huila y el Ministerio de Cultura trabajen conjuntamente para fortalecer la infraestructura cultural, apoyar la economía creativa y reconocer el aporte de los artistas al desarrollo social.
“Es triste que en el Huila los pintores, fotógrafos y artesanos tengan tan pocas oportunidades. Se necesita sensibilidad institucional y voluntad política para que el arte vuelva a ocupar el lugar que merece”, concluyó.
Semillas que seguirán germinando
“Semillas de Armonía 2025” no solo es una exposición: es un movimiento cultural transnacional, una experiencia que entrelaza talento, compromiso social y arte. Desde el Huila, esta iniciativa proyecta al mundo un mensaje cultural: la paz también se construye con pinceles, colores y sueños compartidos.
En cada lienzo, florece una semilla de armonía que recuerda que el arte sigue siendo uno de los caminos más fértiles para cultivar humanidad. Como dijo el joven Luis Eduardo, cada fotografía cuenta una historia más allá de lo que se ve.
Luis Eduardo Bravo: el joven de Palestina Huila que encontró en las aves su forma de mirar el mundo
En Palestina, un municipio del sur del Huila rodeado de montañas, cafetales y el canto constante de los pájaros, creció Luis Eduardo Bravo Artunduaga, un joven de apenas 16 años que encontró en la fotografía una manera de detener el vuelo y convertirlo en memoria. Su historia comienza casi por casualidad, con una invitación de un primo a “pajarear” en el corregimiento El Encanto, pero se ha transformado en una pasión que lo llevó a recorrer distintos rincones del país, a ganar concursos nacionales y, recientemente, a que su fotografía haga parte de la exposición “Semillas de Armonía 2025”.
“Todo empezó como un sueño loco”, recuerda Luis con una sonrisa tímida. Su primo, Maicol Molina, lo invitó una mañana a observar aves, y desde entonces nada volvió a ser igual. “Él me metió en ese mundo, y juntos fuimos aprendiendo, enamorándonos de las aves, conociendo sus sonidos, sus colores, sus nombres. Al principio solo las observábamos, pero luego conseguí una camarita y comencé a capturarlas en fotografía”.
La curiosidad de Luis Eduardo se convirtió pronto en vocación. Con su cámara al hombro y una paciencia admirable para esperar el momento perfecto, ha recorrido zonas de alto valor ecológico como el Parque Ecológico Cueva de los Guácharos, así como áreas de Putumayo, Cauca y el propio Encanto, un punto estratégico para la observación de aves en el sur del Huila. Cada salida, dice, le deja una enseñanza distinta: “No solo se trata de ver aves, sino de entender el entorno, de cuidar lo que tenemos y de mostrarle a otros la belleza que hay aquí”.
Su talento y compromiso no pasaron desapercibidos. En 2020 fue seleccionado entre diez jóvenes del país para participar en el concurso nacional “Guardianes de las Aves”, una experiencia que lo llevó hasta Cali. “Fue una oportunidad muy linda”, recuerda. “Escogían a muchachos de todo el país que estaban empezando en la pajarería, y me sentí feliz porque reconocieron el esfuerzo que uno hace. Fue una de las cosas más bonitas que me ha pasado, porque gracias a eso he conocido gente, lugares y he aprendido muchísimo”.
Hoy, varias de sus fotografías se exhiben en la Asamblea Departamental del Huila, como parte de una muestra que busca visibilizar a jóvenes artistas comprometidos con el medio ambiente. Luis habla de ello con una mezcla de asombro y gratitud. “Estoy muy emocionado, porque no es común que se dé una oportunidad así. Esa foto que está expuesta la tomé en un río, fue la primera vez que veía esa ave y logré capturarla justo en el momento. Para mí, cada fotografía tiene su propia historia”.
Detrás de su modestia se percibe la convicción de alguien que ha encontrado una causa. Su mirada es la de un observador sensible que entiende que cada especie, cada paisaje, cuenta una historia. En su lente no hay solo técnica, sino emoción; no hay solo aves, sino también un mensaje sobre el respeto por la vida y la importancia de conservar los ecosistemas que las albergan.
Una invitación a los jóvenes
Al cierre de la entrevista, Luis Eduardo, hizo una invitación especial a los jóvenes del Huila y del país para que se acerquen a la naturaleza y descubran en ella una fuente de aprendizaje, disfrute y conciencia ambiental. “La naturaleza es un espacio muy lindo, hay que cuidarla porque la estamos amenazando demasiado”, expresó. El joven fotógrafo resaltó la importancia de realizar actividades como la observación de aves y el ecoturismo, que permiten conectar con el entorno de una manera más sana y enriquecedora. “Es mejor estar en un cerro viendo aves que encerrado viendo el celular”, afirmó, convencido de que explorar y valorar la biodiversidad es una forma de construir un mundo mejor.
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