La ESAP y Enterritorio confirmaron que la sede proyectada en la antigua Licorera del Huila reiniciará obras en febrero de 2026 y será entregada entre agosto y noviembre de 2027, luego de resolver los ajustes contractuales, la disponibilidad presupuestal y el cronograma pendiente desde hace más de una década.
DIARIO DEL HUILA, PANORAMA
La construcción de la sede de la Escuela Superior de Administración Pública en Neiva, ubicada en el predio de la antigua Licorera del Huila, tendrá un nuevo comienzo luego de 14 años marcada por retrasos, trámites inconclusos y dificultades administrativas. Las entidades responsables confirmaron el cronograma para el reinicio de los trabajos y aseguraron la disponibilidad financiera necesaria para llevar la obra hasta su culminación. Con esta definición, la sede que durante años permaneció abandonada y expuesta al deterioro vuelve a estar en la agenda pública con fechas claras para su ejecución.
El proyecto había sido anunciado hace más de una década como una apuesta para consolidar una infraestructura académica que fortaleciera la formación de servidores públicos en Huila, Caquetá y Putumayo. Sin embargo, las dificultades acumuladas impidieron que la obra avanzara con continuidad. Varias administraciones pasaron sin lograr destrabar la construcción, mientras que veedurías ciudadanas, docentes y estudiantes insistían en la necesidad de reactivar la ejecución y evitar que el predio se convirtiera en un caso perdido.
La reciente decisión de las entidades involucradas se da después de un amplio proceso de seguimiento, mesas técnicas y un debate de control político en el Congreso que buscaba explicaciones y compromisos concretos. Estas gestiones permitieron que los actores responsables llegaran a acuerdos sobre los ajustes contractuales, las pólizas necesarias y la confirmación de recursos para garantizar la intervención.
La sede que nunca avanzó
La obra comenzó a plantearse hace más de diez años con el propósito de dotar a la ESAP de una sede moderna y funcional en Neiva. La infraestructura proyectada incluía aulas, auditorios, espacios administrativos, zonas de bienestar estudiantil y áreas complementarias para fortalecer la oferta académica de la entidad en la región sur del país. Sin embargo, los avances fueron mínimos y pronto aparecieron los obstáculos que terminaron por detener la construcción.
Cambios normativos, replanteamientos de contratación, modificaciones en los estudios técnicos, problemas con las pólizas exigidas, discusiones jurídicas y ausencia de disponibilidad presupuestal fueron algunos de los factores que hicieron que la obra quedara paralizada. El tiempo siguió pasando y el deterioro físico del predio se volvió evidente. Mientras tanto, la comunidad académica continuó funcionando en instalaciones improvisadas, alejadas del proyecto que se había anunciado como una apuesta estratégica.
A lo largo de los años, las veedurías ciudadanas adquirieron un papel central en el seguimiento del caso. Varias organizaciones insistieron en mantener el tema en la agenda pública, promovieron espacios de control social y solicitaron explicaciones sobre las demoras. Paralelamente, las autoridades locales buscaban reactivar el proceso, aunque las limitaciones contractuales y financieras impedían que se lograran avances reales.
El impulso final llegó desde el Congreso, donde un debate de control político abrió nuevamente el expediente de la obra. En ese escenario, las entidades responsables entregaron respuestas y asumieron compromisos. La diligencia derivó en una serie de decisiones administrativas que permitieron destrabar los temas pendientes.
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El cronograma que faltaba
Una de las novedades más esperadas fue la definición del cronograma de ejecución. Las entidades acordaron que los trabajos se reiniciarán en febrero de 2026 y que el proceso constructivo se extenderá hasta un punto estimado entre agosto y noviembre de 2027. Este margen responde a ajustes técnicos que podrán surgir durante la fase de obra.
Antes del reinicio en terreno, la ESAP y Enterritorio realizarán entre diciembre de 2025 y enero de 2026 la actualización de los contratos y la reorganización administrativa indispensable para que el proyecto pueda avanzar sin nuevos tropiezos. Estas labores incluyen modificaciones contractuales, revisión de la interventoría, reestructuración del plan de obra y actualización de las pólizas.
El director territorial (e) de la ESAP, Breidy Castro, explicó que estos pasos eran indispensables. Según dijo, durante los próximos meses se terminarán de ajustar los contratos de obra y de interventoría y se completará el proceso para que las pólizas cumplan con las exigencias vigentes. Afirmó que los retrasos asociados a este tema ya fueron superados gracias a las gestiones realizadas. Indicó que el inicio formal de obras se mantiene para febrero de 2026 y que la ejecución se extenderá hasta agosto de 2027, con la posibilidad de que llegue hasta noviembre según los ritmos de construcción.
Señaló que la expedición del Certificado de Disponibilidad Presupuestal, CDP, fue el avance más significativo para poder seguir adelante. “Es un documento que respalda financieramente todo el contrato y que durante años había sido un freno para el proyecto. Con esta confirmación, los recursos necesarios para la ejecución están garantizados para la vigencia 2025 y para las siguientes etapas”.
La disponibilidad de recursos, un paso clave
La confirmación presupuestal fue uno de los anuncios más destacados para la comunidad académica y para las organizaciones de seguimiento. Durante años, la falta de recursos asegurados había sido una de las principales causas de la parálisis de la obra. Aunque existían estudios y proyecciones, el financiamiento nunca terminó de consolidarse.
El director nacional de la ESAP, Jorge Iván Bula, explicó que tanto la entidad como Enterritorio ya cuentan con los recursos necesarios para culminar la obra en los tiempos establecidos. El funcionario señaló que las dos partes ya certificaron la disponibilidad presupuestal para la vigencia 2025 y que el proyecto podrá avanzar sin la incertidumbre que caracterizó los años anteriores. Según dijo, la proyección es entregar la infraestructura entre agosto y septiembre de 2027, aunque se mantiene un margen de unos meses de acuerdo con los ajustes que surjan durante la construcción.
Asimismo, resaltó también el acompañamiento preventivo de la Procuraduría, que ejercerá seguimiento permanente al desarrollo del proyecto. Indicó que este acompañamiento permitirá verificar que los pasos establecidos se cumplan sin desviar los plazos y sin incurrir en nuevos retrasos administrativos o jurídicos.
El anuncio de la disponibilidad presupuestal es un avance determinante en la medida en que despeja una de las dudas más persistentes de la comunidad académica. Tanto docentes como estudiantes habían expresado su preocupación por la falta de certeza financiera. Con este respaldo, el proyecto entra en una etapa en la que los compromisos ya se encuentran documentados y formalizados.

Dinamización de la economía
Desde la Alcaldía de Neiva, el anuncio fue recibido como una oportunidad para fortalecer la oferta educativa del municipio y para dinamizar la economía local. El alcalde German Casagua destacó la importancia de recuperar una obra que había quedado abandonada por años. Según dijo, la culminación del proyecto permitirá ampliar la oferta de programas de formación, especializaciones y maestrías en la ciudad.
“Esta sede permitirá que estudiantes de otros departamentos lleguen a Neiva a capacitarse y que esto significará un impacto positivo en la economía local. Señaló que estos estudiantes utilizarán el transporte público, los restaurantes y servicios de la ciudad y contribuirán a dinamizar distintas actividades económicas”. También expresó que la ESAP no solo beneficia a quienes buscan formación académica sino también a los servidores públicos del territorio, que reciben capacitaciones gratuitas.
El mandatario afirmó que la confirmación de que las obras comenzarán en febrero de 2026 y culminarán en 2027 representa un avance significativo para el municipio, ya que permitirá concretar un proyecto que había sido ampliamente solicitado por la ciudadanía.
El seguimiento desde el Congreso
El proceso de reactivación del proyecto fue impulsado desde el Congreso, donde el senador Pedro Flórez convocó un debate de control político para revisar las razones que habían llevado a más de una década de retrasos. Según explicó, esta iniciativa permitió que las entidades responsables asumieran compromisos y presentaran soluciones. Dijo que la jornada permitió llegar a coincidencias entre los distintos actores que venían haciendo seguimiento al incumplimiento de la obra.
El senador afirmó que este avance es resultado del trabajo continuo de las veedurías ciudadanas, de la voluntad institucional de la ESAP y de Enterritorio y del acompañamiento del Congreso de la República. Consideró que se lograron tres anuncios centrales. El primero fue el cierre financiero de la fase uno, que corresponde a la etapa de preconstrucción. El segundo fue la certificación de que ambas entidades cuentan con los recursos necesarios para garantizar la obra. El tercero fue la socialización del cronograma que va de 2026 a 2027 y que define la fase de construcción propiamente dicha.
Para el congresista, estos pasos permiten entregar un mensaje de tranquilidad a la comunidad académica de Huila, Caquetá y Putumayo. Indicó que después de tantos años de retrasos, la definición de un cronograma claro y la disponibilidad de recursos representan un compromiso que debe mantenerse vigilado.
Veedurías y órganos de control
Las veedurías ciudadanas que durante años han seguido el caso participaron en el encuentro y destacaron la importancia de que finalmente se hayan definido fechas de inicio y entrega. Representantes de estos espacios de control social señalaron que mantendrán el seguimiento a cada fase de la ejecución y que continuarán acompañando las reuniones técnicas y los procesos administrativos del proyecto.
La Personería de Neiva y la Procuraduría Regional reiteraron que continuará el acompañamiento preventivo que se inició meses atrás. Este seguimiento busca asegurar que el desarrollo del proyecto cumpla con los estándares de transparencia y con los tiempos acordados.

Una obra que busca dejar atrás su historia de retrasos
Con los compromisos establecidos, la sede de la ESAP en Neiva entra en una etapa determinante. La construcción, que permaneció durante años detenida, cuenta ahora con un calendario definido, con recursos garantizados y con un esquema de seguimiento y control. Las entidades involucradas señalaron que se realizarán los ajustes técnicos durante los próximos meses para garantizar que el inicio de obras en febrero de 2026 se cumpla conforme a lo previsto.
Para la comunidad académica, este anuncio es una posibilidad de contar finalmente con una infraestructura adecuada y moderna. En temas de ciudad, constituye una oportunidad para fortalecer la oferta educativa y para dinamizar la economía local. Respecto a las veedurías y los órganos de control, significa el inicio de una nueva etapa de vigilancia permanente.
Después de más de catorce años de avances mínimos y de incertidumbre, la sede de la ESAP en Neiva vuelve a estar en la ruta de ejecución. Las fechas de inicio y entrega ya están definidas. El reto ahora es que este compromiso se mantenga hasta completar la obra y entregarla a los estudiantes, docentes y servidores públicos de la región.









