ERNESTO CARDOSO CAMACHO
La consabida dinámica de la política sigue su marcha inexorable. Esto permitirá que el panorama electoral se vaya decantando, luego de la incertidumbre originada por la confusión de tantos precandidatos presidenciales y de la aguda polarización que por desgracia irá en aumento hasta que se realice la elección presidencial.
Las inconsistencias presentadas por la decisión del C.N.E en relación con la consulta interna de los partidos y movimientos afines al gobierno, programada para el domingo 26 de octubre; después de la revocatoria de la medida cautelar otorgada por el Tribunal; de la renuncia de Quintero y de la decisión de la Registraduría en el sentido que habrá consulta; ha permitido que frente a los reclamos jurídicos de tales partidos y movimientos, el C.N.E anuncie nuevas decisiones administrativas que probablemente aclaren la legitimidad legal de la consulta y para que no se atropelle el derecho constitucional que les asiste para unificarse en el Pacto Histórico como partido político.
La realidad es que estas decisiones adoptadas por las mayorías del C.N.E cuyos magistrados pertenecen a partidos de oposición, ha generado choques innecesarios que desgastan su credibilidad por la evidente demora en tomar las decisiones administrativas que, si bien es cierto son de su competencia; pero que al mismo tiempo se perciben en la opinión como palos en la rueda para que la oposición se unifique en un solo partido con personería jurídica, lo que les despejará el camino para que quien gane la consulta entre Corcho y Cepeda, pueda competir en la consulta interpartidista de marzo/26 simultánea con la elección de congreso.
Por otra parte, avanzan a paso de tortuga los acercamientos entre los partidos y candidatos de la derecha, hecho que sin duda genera cierto escozor en sus militantes, dado que no se percibe con claridad la voluntad real de unificarse y de esta manera despejar el panorama electoral a su favor. Mientras esto ocurre, el precandidato De la Espriella inunda las redes sociales presentándose como el antipetro y además como uribista pero no militante del C.D; hecho que sin duda alguna le ocasiona serios problemas a los precandidatos de este partido, a quienes la opinión parece no contemplarlos con posibilidades reales de competir por la presidencia. Al parecer por este hecho inocultable, el presidente Uribe ha decidido adelantar el resultado de la encuesta para el próximo 28 de noviembre. Lo que si es evidente es que para el presidente Uribe las precandidaturas de De la Espriella; Viky Dávila; y de Juan Carlos Pinzón, le están enredando su estrategia de posicionar a uno de los cinco del CD.
En este crudo escenario, el anuncio de la Sala 19 del Tribunal Superior de Bogotá en el sentido que el martes 21 dará a conocer el fallo de segunda instancia, genera gran expectativa en el desarrollo de esta dinámica electoral, pues si es absuelto o se confirma el fallo, aún modificado en relación con el quantum de la pena y de la eventual restricción de su libertad, las consecuencias se harán notar para bien o para mal en las expectativas electorales del C.D
En días recientes se ha conocido también otro hecho significativo. Los precandidatos de la llamada centro derecha; Cárdenas, Oviedo, los exgobernadores Gaviria y Zuluaga, entre otros; han anunciado acercamientos para dirimir entre ellos quien los representará en la consulta de marzo.
Y como si esto fuera poco, el expresidente Santos a salido al ruedo electoral, anunciando que su postura política se casa con el centro izquierda, como una alternativa ante la polarización de los extremos que considera como un peligro latente contra el sistema democrático. Su afirmación según la cual, un eventual gobierno de los extremos ideológicos en disputa, generaría ingobernabilidad y más violencia política. Su apuesta parecería ubicarse hacia la segunda vuelta electoral en la que de ir a ella el señor De la Espriella, en confrontación abierta con un candidato petrista, seguramente tomaría partido en favor del petrismo, escenario en el cual la centro izquierda inclinaría la balanza.
Por su puesto la enérgica y contundente reacción del expresidente Uribe no se hizo esperar, hecho que permite presumir que seguirán siendo el agua y el aceite.
Lo que se observa finalmente es que se va aclarando el panorama, aunque aún permanece la incertidumbre ocasionada por una paradoja política. La izquierda buscando superar su histórica falta de consensos mientras la derecha no parece superar sus personalismos y mezquindades.
