La negociación del salario mínimo para 2025 en Colombia tuvo su final agridulce para empresarios y centrales obreras con el decreto presidencial este 24 de diciembre, promulgado por el mismo presidente Gustavo Petro quien se refirio al aumento como un «regalo» para la clase obrera del pais. El decretó incremento un 9,54% el salario mínimo, que pasa de $1.300.000 a $1.423.000 mensuales. Con el auxilio de transporte, la cifra asciende a $1.623.500.
DIARIO DEL HUILA, ECONOMÍA
En un anuncio realizado el martes 24 de diciembre desde Zipaquirá, el presidente Gustavo Petro confirmó un incremento del 9,54% en el salario mínimo para 2025. Este ajuste, que se aplicará a partir del 1 de enero, eleva la remuneración base mensual a 1.423.500 pesos. Además, al sumar el auxilio de transporte, obligatorio para los trabajadores que lo requieran, la cifra total será de 1.623.500 pesos mensuales. Cabe resaltar que este auxilio no influye en las prestaciones sociales como primas y cesantías.
La declaración oficial se llevó a cabo durante la última jornada de la tradicional novena de aguinaldos, en compañía de la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez. Zipaquirá, el municipio donde Petro pasó su infancia y juventud, fue el escenario de este anuncio que busca mejorar la calidad de vida de millones de colombianos. Según el mandatario, este aumento representa un crecimiento real del 4,54% en el salario mínimo, teniendo en cuenta que la inflación de este año cerrará en aproximadamente un 5%.
Ajuste por decreto: una medida ante la falta de consenso
El incremento se oficializó mediante decreto, debido a la ausencia de un acuerdo entre las partes involucradas: empresarios, sindicatos y el Gobierno. El plazo límite para llegar a un consenso se agotaba en menos de una semana, lo que llevó a la administración a tomar esta decisión de manera unilateral.
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En su discurso, Petro destacó la importancia de este incremento como una herramienta para mejorar el nivel de vida de los trabajadores que dependen del salario mínimo. “Es un crecimiento del nivel de vida de todas las personas que ligan su ingreso al salario mínimo”, aseguró el mandatario, subrayando el esfuerzo de su gobierno por equilibrar las condiciones laborales en un contexto económico desafiante.
Comparado con el ajuste de 2023, que fue del 12,07%, el aumento para 2025 es más moderado en términos nominales. Sin embargo, el crecimiento real del salario mínimo este año, que fue del 2,79% debido a una inflación del 9,28%, quedó por debajo del ajuste previsto para el próximo año.
Opiniones divididas: Banco de la República y gremios empresariales
El anuncio del aumento no estuvo exento de controversias. A inicios de diciembre, Leonardo Villar, gerente del Banco de la República, había evitado precisar cuál debía ser el porcentaje del incremento, pero enfatizó que debía manejarse con cautela para evitar efectos adversos en las pequeñas empresas. Según Villar, un aumento desproporcionado podría perjudicar a los negocios más vulnerables, aunque reconoció la necesidad de compensar la pérdida de poder adquisitivo acumulada en años anteriores.
Por otro lado, la Asociación Nacional de Empresarios (ANDI) expresó su preocupación por las implicaciones económicas que podría generar este aumento. Bruce Mac Master, presidente de la ANDI, advirtió sobre posibles efectos negativos, como el aumento de costos operativos y la reducción de la capacidad de contratación en algunos sectores.
En respuesta, Petro desestimó las críticas y las calificó como infundadas. Durante su intervención, aseguró que “el salario mínimo sí hace crecer la economía, no al contrario, no es con trabajadores esclavos como la economía de un país crece”. Estas declaraciones reflejan el compromiso del Gobierno de priorizar el bienestar de los trabajadores como motor para impulsar la economía nacional.
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Balance entre trabajadores y empresarios
El incremento salarial representa un avance significativo para los trabajadores, quienes buscan recuperar parte del poder adquisitivo perdido por la inflación en los últimos años. Sin embargo, el desafío radica en equilibrar este beneficio con las necesidades y limitaciones de las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, que podrían enfrentar dificultades para absorber los costos adicionales.
A pesar de las diferencias entre los sectores implicados, el aumento del salario mínimo busca atender las necesidades de una amplia población trabajadora en Colombia, promoviendo una mejora en su calidad de vida y, al mismo tiempo, incentivando la economía del país.
Con este ajuste, el salario mínimo en Colombia se convierte en una herramienta clave para fortalecer el consumo interno y reducir las brechas de desigualdad. A medida que se implemente esta medida, será crucial evaluar su impacto real tanto en la economía nacional como en los niveles de empleo.
Mientras el debate continúa, el incremento del salario mínimo para 2025 se posiciona como uno de los movimientos más destacados en la agenda económica del Gobierno de Gustavo Petro, marcando un punto de inflexión en las políticas laborales y sociales del país.
