Diariamente los padres de familia están denunciando ante las autoridades el reclutamiento forzado de sus hijos, que están siendo reclutados por las organizaciones narcoterroristas que se han venido fortaleciendo desde que asumió el actual primer mandatario de los colombianos. El silencio sepulcral del ejecutivo ante tales hechos es evidente. Nunca en sus discursos y trinos se manifiestan contra esta horrible y macabra práctica que están ocasionado unos desequilibrios familiares, por el actuar irracional de esta criminalidad rampante que nos tiene hastiados y que repudiamos desde todo punto de vista. La sociedad colombiana debe ser solidaria y debe rechazar de plano estas prácticas criminales, que están convirtiendo en máquinas de guerra a estos inocentes menores de edad. Así los áulicos del gobierno nacional tengan la desfachatez de negar estos actos delincuenciales, es real y verídico el desespero de los padres de familia, porque han sido raptados estos seres que apenas comienzan a vivir la vida y a escudriñar a través de la educación que perciben en sus etapas escolares, sus sueños en el futuro. Pero con estas actitudes de la subversión les cortan sus aspiraciones.
Durante los dos últimos dos años, han sido reclutados setenta adolescentes por las disidencias de las Farc en el Huila. Siendo las zonas más afectadas los municipios vecinos al departamento del Cauca. Muchos padres de familia, ante esta situación de zozobra que viven, prefieren sacar a sus hijos de las zonas donde residen, para no ser objeto de estos raptos forzados. Otros prefieren abandonar sus sitios de residencia, para vivir en otras regiones del país. Las autoridades se sienten impotentes para dar respuesta ante tales amenazas. El debilitamiento progresivo que han presentado los organismos de seguridad es latente. Todavía no nos explicamos como el gobierno nacional, haya disminuido el presupuesto para la defensa y la seguridad nacional para el presente año, en más de 800 mil millones de pesos, en medio de la creciente violencia terrorista que está viviendo el país. Muchos expertos consideran que estas decisiones gubernamentales erradas, obedecen a recomendaciones de las organizaciones terroristas cuando se sientan a conversar sobre la fracasada política de paz. Y los resultados los tenemos a la vista.
Los organismos de seguridad se encuentran desmotivados porque carecen de la inteligencia militar suficiente y de la dotación de equipos tecnológicos para dar los certeros golpes a estas estructuras criminales, como sucedía en otrora. Es absurdo que éstas posean armamento y drones de última generación, mientras nuestros soldados y policías se vean expuestos en condiciones inferiores, ante la arremetida de estos grupos demenciales, que diariamente los están asesinado e hiriendo en algunas zonas del país. Los medios de comunicación y las redes sociales diariamente informan sobre estos sucesos trágicos. Sería interesante que los candidatos aspirantes afectos al presidente de la República vayan a hacer proselitismo político en dichas regiones.
