Por: Hugo Fernando Cabrera Ochoa
Ante la coyuntura que se presenta actualmente, en momentos en que los partidos políticos barajan sus cartas y tratan de organizar las fichas de ese ajedrez en el que varios contendores desean participar creyendo poder ganar, moviendo sus piezas sagazmente en el tablero variopinto en el que cualquier movimiento mal hecho puede ser nefasto para el futuro de las colectividades, se genera un ambiente de incertidumbre en cada rincón del territorio patrio.
Y es que no es para menos porque el 2026 viene cargado de presiones y de sorpresas, que pueden generar nuevos cambios en la dinámica de la política del país, que, sin lugar a dudas, pueden producir un reacomodo estatal que de origen a nuevas coyunturas para las que debemos estar preparados.
El acrecentamiento de la violencia en nuestro territorio patrio no deja de ocasionar gran escozor entre los nacionales, así como la inestabilidad económica, la preocupación por el futuro del servicio de salud en los regímenes contributivo y subsidiado, que además presenta un gran deterioro, y la efervescencia en la relación con los Estados unidos, incrementan la tirantez, manteniendo al pueblo a la expectativa, con innegable nerviosismo.
Algunos actores sumamente importantes en el contexto, como lo son los medios de comunicación, juegan un papel protagónico y asumen un liderazgo poco constructivo, sin hacer una contribución que ayude a sosegar los ánimos, por el contrario, pareciera que trataran de exacerbar los pensamientos, buscando la manera de incidir en el futuro político de nuestra nación.
En las grandes ciudades en donde tal vez hay mayor acceso a la información la gente no come tanto cuento, pero en los territorios apartados a donde llegan las señales, canales, ejemplares y ondas, de los informativos, la influencia es muy grande y la gente cree demasiado en lo que dicen ellos, junto a sus noticiarios y opinadores calificados.
Por otra parte, no deja de generar preocupación las advertencias del presidente norteamericano Donald Trump en cuanto a sus serias intenciones de generar una intervención en Venezuela y de paso atacar a Colombia si llega a interponerse. No sería inteligente de parte de nuestro gobierno meter la mano en ese tire y afloje gringo/venezolano, porque esto generaría efectos adversos para la economía colombiana; no podemos desestimar la importancia del país del norte, sobre todo en este campo.
Adenda:
Agradezco infinitamente al escritor Salín Polanía Amézquita por su generosidad al poner en mis manos la novela de su autoría “Romance en la Manigua”, la cual fue publicada por la editorial Tierra de Palabras, una obra que nos ofrece “una dolorosa historia de amor que inicia en Catinga, una ciudad habitada por colonos y nativos en la entrada de la extensa selva de la Amazonía Colombiana. La intriga, el amor, el deseo y la aventura son los protagonistas que nos entretiene en el recorrido por las páginas de la novela”.
Después de leer su anterior producción literaria, “El padre Nelson y el tesoro de las Amazonas”, he quedado inmensamente motivado para introducirme en la espesura de esta nueva historia y así disfrutar de ella, tanto o más de lo que saboreé las aventuras del padre Nelson.
