Por: Oscar Eduardo Trujillo Cuenca
oscartrujillo79@gmail.com
Pocas instituciones educativas pueden hablar con tanto arraigo y orgullo como el Colegio Nacional Santa Librada; no se trata solo de una edificación de muros antiguos o un recinto académico más; el Santa Librada es un símbolo, una columna vertebral de la historia educativa, social y cultural del Huila, y especialmente de Neiva. Es memoria viva, semillero de generaciones que han forjado el pasado y presente de esta región.
Hablar de Santa Librada es hablar de una tradición que ha resistido el paso del tiempo, de un legado que se ha sembrado en personajes ilustres que hoy lideran, educan, emprenden y transforman. En sus aulas no solo se enseña ciencia o literatura, sino que se cultiva el carácter, se siembran valores y se despiertan vocaciones.
Por eso, su restauración y remodelación no puede verse como una simple inversión en infraestructura, sino como un acto de justicia histórica, un compromiso con la identidad huilense. Preservar al Santa Librada es defender la memoria colectiva de Neiva, es permitir que las nuevas generaciones sigan teniendo acceso a una formación de calidad, en un entorno digno, moderno y seguro, pero sin borrar las huellas del pasado.
La buena noticia es que este proyecto ha comenzado a tomar forma gracias al esfuerzo articulado de los diferentes niveles de gobierno, la asignación de recursos por parte de la Nación, el departamento y el municipio es una muestra clara de que cuando se piensa en grande y se trabaja en equipo, se logran transformaciones profundas; pero también es una invitación a no detenerse, a sumar más voluntades, a garantizar que la restauración se realice con criterios técnicos, patrimoniales y educativos, y a soñar con un Santa Librada renovado, que siga siendo faro y orgullo.
Hoy más que nunca, el Santa Librada necesita del compromiso de todos; exalumnos, comunidad educativa, líderes sociales, gobierno y ciudadanía, porque restaurarlo es también restaurar nuestra identidad. Porque el futuro se honra cuidando las raíces.
«Cuando una institución trasciende en el tiempo, deja de ser solo una escuela y se convierte en legado. Ese es el poder del Santa Librada, educar para siempre.»








