EDWIN FERNANDO PISSO ESCALANTE
El manejo adecuado de las aguas residuales es un desafío apremiante en el mundo actual, y Colombia no es la excepción. Con una biodiversidad rica y una geografía diversa, la calidad del agua es fundamental para la salud pública y el equilibrio ecológico. En este contexto, resulta alentador observar que, aunque todavía queda mucho por hacer, el país ha avanzado en la investigación y desarrollo de tecnologías para el tratamiento efectivo de aguas residuales. El reciente desarrollo de una patente por parte de la Universidad Los Libertadores para el saneamiento de aguas residuales se erige como un hito relevante en esta área, resaltando no solo la importancia de la innovación académica sino también su impacto en el desarrollo sostenible del país.
En el departamento del Huila, más de la mitad de los municipios, el 54%, cuentan con plantas de tratamiento de aguas residuales. Este dato es crucial, ya que refleja un compromiso local hacia la mejora de la gestión del agua. Las plantas de tratamiento son fundamentales no solo para procesar las aguas residuales antes de ser liberadas al medio ambiente; también actúan como barreras protectoras contra la contaminación que, de otro modo, afectaría ríos, quebradas y otros cuerpos de agua vitales. Al permitir una depuración efectiva, estas instalaciones contribuyen a la reducción de la carga contaminante, lo cual es esencial para preservar la calidad del agua y proteger la salud pública.
El impacto que estas plantas tienen en la salud de las comunidades es incuestionable. La exposición a aguas contaminadas puede causar una serie de problemas de salud, desde enfermedades gastrointestinales hasta afecciones más severas. Por ello, la existencia de plantas de tratamiento en más de la mitad de los municipios del Huila no solo es un avance en términos ambientales, sino que también representa un esfuerzo significativo para salvaguardar el bienestar de sus habitantes. Sin embargo, este progreso debe ser solo el comienzo. Es imperativo que los demás municipios sigan el ejemplo y desarrollen su propia infraestructura de tratamiento de aguas residuales. Esto no solo contribuirá a mejorar la calidad del agua en el departamento, sino que también abordará un problema crítico que ha sido ignorado durante demasiado tiempo.
El camino hacia un manejo eficiente de las aguas residuales no está exento de obstáculos. La falta de recursos, el desconocimiento y la escasa priorización de este problema en las agendas políticas pueden dificultar la implementación de plantas de tratamiento en los municipios que aún no cuentan con ellas. Sin embargo, la creación de nuevas patentes, como la de la Universidad Los Libertadores, muestra que existen soluciones innovadoras que pueden ser exploradas y adaptadas según las necesidades locales. Además, es esencial fomentar una cultura de conciencia ambiental entre la población. La educación juega un papel crucial en la promoción del uso responsable del agua y la comprensión de la importancia de las plantas de tratamiento. Las comunidades deben ser partícipes en la búsqueda de soluciones, exigiendo a sus autoridades locales la implementación de políticas que prioricen la sostenibilidad y la salud pública.
