Diario del Huila

Salir de la burbuja

Abr 19, 2025

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ERNESTO CARDOSO CAMACHO

Según el diccionario de la lengua castellana la expresión burbuja refiere a  “ glóbulo de aire u otro gas que se forma en el interior de algún líquido y sale a la superficie”. En el sentido figurado de contenido social y político, la burbuja se refiere a estar encerrado en una visión ficticia o aparente donde se pierde la conexión con la realidad circundante.

En estos días de reflexión profunda a que se nos convoca por la fe de los creyentes, para rememorar y agradecer el sacrificio en la cruz del Dios humano pero de naturaleza divina; es oportunidad propicia para recordar que debemos esforzarnos en romper esa burbuja que nos aisla, nos distancia y nos envuelve en la indiferencia frente al sufrimiento del hermano, pero que finalmente nos conduce a la agresión, la intolerancia y la violencia.

La sociedad colombiana empieza a reaccionar con mayor lucides acerca del destino común, rompiendo esa burbuja ideológica entre ricos y pobres, entre negros y blancos, entre los de izquierda y los de derecha; conceptos con los cuales se nos ha manipulado por quienes en nombre de los liderazgos políticos nos han utilizado para sus mezquinos y personales intereses. La experiencia que estamos viviendo con el gobierno del presidente Petro, constituye la mejor evidencia acerca de que es indispensable salir cada uno de su propia burbuja personal para aceptar que somos hermanos en Cristo y que tenemos un destino común, el cual debemos construir diariamente con esfuerzo y dedicación para alcanzar el progreso, el desarrollo y la sana convivencia.

No podemos aceptar que, a estas alturas del desarrollo cultural, tecnológico y científico, donde paradójicamente se han incrementado las desigualdades y la inequidad social; sigamos creyendo ciegamente y sin suficiente discernimiento; en ciertos liderazgos sociales y políticos que si bien es cierto han construido bases importantes de nuestra realidad institucional, también es cierto que con honrosas excepciones nos han conducido por el despeñadero de la violencia, la discriminación y la corrupción herencias nefastas que debemos desterrar de una vez y para siempre de nuestras realidades sociales y políticas.

Estamos abocados los colombianos a corregir el rumbo personal, única manera eficaz de alcanzar el verdadero cambio estructural que exige la sociedad en todos sus aspectos; pero principalmente a rescatar la vigencia de los valores y principios que nos han identificado como nación; abandonando el sectarismo partidista, así como el fanatismo ideológico que pretende dividirnos entre buenos y malos, mientras  la corrupción que ha caracterizado a muchos de nuestros gobernantes y dirigentes ha sido el caldo de cultivo para las inequidades sociales, la violencia y la inseguridad ciudadana en campos y ciudades.

Ha llegado la hora de la conversión personal frente a los conceptos morales y religiosos que hemos heredado de nuestros mayores. Pero también ha llegado el momento histórico de unirnos como nación en torno a los ideales que nos han conducido a construir un Estado Social de Derecho donde la igualdad, la libertad y la democracia seguirán siendo el soporte del progreso individual y colectivo.

Los persistentes actos de los actores armados criminales y violentos como el ocurrido recientemente en La Plata, nos convocan a rechazarlos con contundencia y específicamente a exigirles al Presidente Petro y al gobernador Villalva, acciones concretas y eficaces que garanticen el derecho constitucional a la vida y la seguridad de los ciudadanos. No más demagogia ni promesas incumplidas. Exigimos resultados contundentes y no más populismo de la llamada “paz total”.             

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