Alvaro Hernando Cardona González
Las ciudades son un componente importante, pero descuidado, en los análisis y estrategias para la transición ecológica. Y es curioso porque desde varias perspectivas, las infraestructuras verdes dentro de los entornos urbanos proporcionan unas soluciones costo-efectivas al abordar los principales retos ambientales, sociales y económicos de un ente territorial y por supuesto de la Nación ¿Acaso es imposible pensar que las ciudades se vuelvan conectores ecológicos?
En un número creciente de naciones, la relación entre naturaleza y ciudad se ha vuelto un aspecto recurrente en los debates sobre los modelos urbanos desde el siglo XX. Siempre se menciona en estos que distanciar la naturaleza del entorno urbano ha supuesto unos costos económicos, en salud y en calidad de vida, inmensurables, lo que a su vez a supuesto traer de nuevo la naturaleza a la ciudad y volverla aliada de nuevos modelos urbanos; pues admitamos, al menos en el caso de Neiva, el imperante fracasó.
Lo mejor del modelo es que asegura traer asociado, además, una importante oportunidad de incidir positivamente en el desarrollo humano, gracias a una mayor exposición a la naturaleza y a una amplia posibilidad a los ciudadanos que redundan en su bienestar psicosocial. No hay duda que habilitar espacios verdes y azules en el ámbito urbano ofrece una sensación de bienestar, seguridad y de calidad de vida. También trae consigo una inigualable oportunidad para la redistribución y equidad del espacio público.
Muchas ciudades de Colombia y el planeta, muestran hoy a Neiva cuánto trae de bien recuperar los canales hídricos (Rio del Oro, La Toma, Las Ceibas, luego, el mismo Magdalena); se trata de acciones que prevén unir senderos verdes, carriles para caminar, recorrer en bicicletas o motocicletas (siempre hemos promovido los carriles exclusivos) que además de mejorar el entorno, aumentar el espacio público disfrutable, la permeabilidad de los ejes hídricos, sea diseñada para favorecer la movilidad sostenible y mejore la movilidad transversal.
Neiva era una bella ciudad principalmente porque la inmensa mayoría de las casas y edificios tenían antejardines con árboles (y ahora se organizan conflictos por tumbar un árbol), flores, pastos bien mantenidos. Dieron paso a encerramientos, garajes, almacenes, parqueaderos, ventas de toda índole (tanto que ahora la moda es invadir las vías con ellas). Los peatones fuimos obligados a transitar en automotores y pronto a pelearnos y aumentar los conflictos por las calles ¿para qué las pavimentamos?
Estamos en un circulo vicioso de menos espacio público-menos espacios ecológicos y peor movilidad; más contaminación-menos salud; más inseguridad-más violencia; menos calidad de vida-más inequidad. Torpes.








