Por: Sergio Trujillo
Diputado Asamblea del Huila
La reciente aprobación del Acto Legislativo que reforma el Sistema General de Participaciones (SGP) no solo es una buena noticia para los departamentos, sino un verdadero triunfo para la descentralización y la autonomía territorial que tanto soñamos con la Constitución de 1991, la carta magna de los derechos y de la justicia social. Esta reforma, que aumenta progresivamente los recursos de las regiones del 32.5% al 39.5% de los ingresos corrientes de la nación durante los próximos 12 años, devuelve a las regiones las herramientas necesarias para forjar su desarrollo.
Para el Huila, esto significa la posibilidad de cerrar brechas históricas en sectores esenciales como la salud, la educación, el agua potable y el saneamiento básico, los cuales hoy sufren enormes déficits. Según datos recientes, cerca del 40% de la población rural del Huila aún no tiene acceso a sistemas de saneamiento adecuado, y las coberturas educativas en zonas rurales enfrentan serios desafíos. Este incremento gradual en los recursos permitirá que podamos afrontar estas problemáticas con mayor solvencia, asegurando derechos fundamentales que han sido relegados por décadas.
Sin embargo, debemos ser claros: estos recursos no se alcanzarán a ver reflejados en lo que queda de este cuatrienio. Será el próximo gobierno el que empiece a recibir estos ingresos, abriendo una nueva etapa de oportunidades para el Huila y para el país. Esta reforma es, por lo tanto, un legado que sentará las bases de un desarrollo más justo, equitativo y sostenible para las generaciones venideras.
Es importante destacar que, además de los recursos, esta reforma establece la necesidad de expedir una Ley de Competencias que clarifique las funciones y responsabilidades de cada nivel de gobierno. Sin esta ley, la transferencia de recursos corre el riesgo de quedar limitada en su impacto real. Por ello, debemos exigir desde ya un trabajo riguroso y técnico que asegure la adecuada planeación, ejecución y vigilancia del uso de estos recursos.
En términos fiscales, también debemos ser prudentes. Aunque la reforma amplía el margen financiero de las regiones, el Ministerio de Hacienda ha advertido sobre los riesgos de sostenibilidad fiscal que podrían surgir si no se acompañan de medidas responsables de manejo presupuestal. Los departamentos, incluido el Huila, deberán adoptar una postura de gestión eficiente, priorizando proyectos de alto impacto que transformen la calidad de vida de nuestra gente.
Para nuestra región, estos recursos podrían ser decisivos en proyectos estratégicos como el fortalecimiento del sistema educativo rural, la modernización de hospitales y centros de salud, y la solución de problemáticas de infraestructura. Este es el momento de soñar y planificar el Huila del futuro.
