Hoy conmemoramos cuarenta años del asalto terrorista del grupo subversivo del M19, que durante dos días las Altas Cortes fueron objeto de este macabro hecho, donde fueron asesinados de manera salvaje, los magistrados de la Corte Constitucional y de la Corte Suprema de Justicia y a los servidores públicos, visitantes y personal que trabajaban en las cafeterías, dejando una herida que no sana todavía. Después de cuatro décadas, la justicia sigue asediada por las organizaciones delincuenciales. Consideramos inaudito, que el presidente de la República siga insistiendo a través de sus alocuciones intergalácticas y fuera del contexto real como ocurrieron los hechos, que los integrantes de las Altas Cortes no fueron masacrados por la organización criminal a la cual perteneció, en contradicción con lo establecido por el informe de la Comisión de la Verdad y los relatos de algunos sobrevivientes. Solo se lo creen sus áulicos, y los movimientos políticos afectos al ejecutivo. El resto de la opinión pública no cree que los criminales que entraron al edificio fueran los angelitos de la guarda. Entraron a asesinarlos y a destruir todos los expedientes judiciales que reposaban en sus despachos, como lo demuestran las diferentes investigaciones judiciales. Entraron a sangre y fuego, asesinando de entrada a dos vigilantes apenas armados con revólveres y al administrador del Palacio.
De acuerdo con las publicaciones difundidas por algunos medios de comunicación, asaltaron la sede máxima de la Justicia Colombiana con el supuesto con el supuesto e inaceptable cometido de realizar un juicio contra el entonces presidente de la República, Belisario Betancur, por la crisis del proceso de paz iniciado un año antes. Lo hicieron tomando como rehenes a los magistrados de la Corte Suprema y el Consejo de Estado y a cerca de 250 personas más, entre funcionarios y visitantes del edificio. Durante la apertura de los actos conmemorativos por los 40 años del asalto y recuperación del Palacio de Justicia, realizado en la Universidad de los Andes, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Octavio Augusto Tejeiro, hizo un llamado a que este momento sea un espacio de memoria y reflexión, lejos de discursos que profundicen divisiones o reabran heridas del pasado. Totalmente de acuerdo.
Este debe ser un momento para que todos reflexionemos con fundamento en la memoria, en ese país donde cesen las agresiones, donde cese el fuego, el fuego del irrespeto, donde cese el fuego de la agresión, de la acusación infundada, donde cese el fuego de la desinformación. A este acto solemne, no fue invitado el primer mandatario de los colombianos. Así, los presidentes de la Corte Suprema y la Corte Constitucional respondieron al presidente Gustavo Petro tras sus declaraciones sobre la toma del Palacio de Justicia, recordando que la verdad sobre los hechos de 1985 está sustentada en decisiones judiciales y documentos oficiales.







