Un reciente estudio publicado en The Lancet advierte que los recortes en la financiación internacional para la prevención y tratamiento del VIH podrían desencadenar hasta 2,9 millones de muertes y más de 10 millones de nuevas infecciones en todo el mundo. La medida afectaría especialmente a poblaciones vulnerables en África subsahariana y otros países de bajos ingresos, poniendo en riesgo décadas de avances en la lucha contra el virus.
DIARIO DEL HUILA, SAUD
Un reciente estudio publicado en la revista ‘The Lancet’ advierte sobre los graves efectos que podrían derivarse de la reducción de la financiación internacional en los programas de prevención y tratamiento del VIH. Según los investigadores, estos recortes podrían provocar hasta 2,9 millones de muertes relacionadas con el virus en todo el mundo entre 2025 y 2030, así como entre 4,4 y 10,8 millones de nuevas infecciones.
El estudio estima el impacto de la disminución en los fondos provenientes de los cinco principales países donantes: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania y Países Bajos. Estos países representan más del 90% de la financiación internacional destinada a la lucha contra el VIH, con Estados Unidos a la cabeza, aportando cerca del 73% del total. Sin embargo, todos han anunciado recientemente recortes significativos en sus aportes a la ayuda exterior, lo que derivaría en una reducción estimada del 24% en la financiación global para el VIH en 2026.
Impacto en las poblaciones más vulnerables
Las consecuencias de esta reducción serían especialmente graves en África subsahariana y en los grupos más vulnerables, como personas que se inyectan drogas, profesionales del sexo y hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Los niños también se verían particularmente afectados, ya que muchos dependen de los programas de prevención y tratamiento financiados por estos fondos.
Desde 2015, los donantes internacionales han cubierto aproximadamente el 40% de la financiación en los países de renta baja y media, por lo que su papel es crucial para la continuidad de los esfuerzos globales contra el VIH. Con la disminución de estos fondos, se teme un retroceso en los avances logrados en la prevención y el tratamiento del virus.
Estados Unidos y la pausa en la financiación
Uno de los factores más preocupantes es la decisión del gobierno de Estados Unidos de pausar la financiación de la ayuda exterior desde el 20 de enero de 2025. Esto ha afectado al Plan de Emergencia del Presidente de Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR), uno de los programas más importantes a nivel mundial para la lucha contra el VIH.
PEPFAR y otros programas financiados por USAID han sido fundamentales en la provisión de tratamiento antirretrovírico (TAR), pruebas de detección del VIH y servicios sanitarios esenciales. Además, han contribuido al fortalecimiento de los sistemas de salud, la formación del personal médico y la integración de los servicios de VIH con otros programas de salud maternoinfantil y tratamiento de la tuberculosis.
“Estados Unidos ha sido históricamente el mayor contribuyente a los esfuerzos globales contra el VIH, pero los recortes actuales en el PEPFAR ya han interrumpido el acceso a servicios esenciales como la terapia antirretrovírica, las pruebas y la prevención del VIH. Si otros países también reducen su financiación, décadas de progreso podrían verse truncadas”, advirtió Debra ten Brink, coautora del estudio e investigadora del Instituto Burnet en Australia.
El impacto en niños y la propagación del VIH
Para evaluar las posibles consecuencias de estos recortes, los investigadores utilizaron un modelo matemático basado en datos de 26 países de ingresos bajos y medios. Descubrieron que la reducción en la financiación podría llevar a un aumento de hasta seis veces en las nuevas infecciones por VIH en poblaciones de alto riesgo.
En el caso de África subsahariana, los efectos serían devastadores. Las medidas de prevención como la distribución de preservativos y la profilaxis preexposición (PrEP) serían las primeras en verse afectadas. Además, las interrupciones en programas de pruebas y tratamiento podrían revertir los avances logrados en la reducción de la transmisión maternoinfantil del VIH y en la disminución de muertes pediátricas por la enfermedad.
“Las interrupciones en la financiación afectarían de manera desproporcionada a los niños, quienes dependen en gran medida de los programas de prevención maternoinfantil. Si estos programas se ven afectados, se corre el riesgo de aumentar significativamente la transmisión del virus de madres a hijos”, explicó Rowan Martin-Hughes, coautor del estudio.
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La urgencia de una financiación sostenible
Los investigadores advierten que si no se toman medidas para mitigar los efectos de los recortes, la lucha contra el VIH podría retroceder décadas. La interrupción de los programas de prevención y tratamiento no solo afectaría a las comunidades más vulnerables, sino que también podría provocar un resurgimiento del virus a nivel global.
El estudio reconoce que el panorama de la financiación internacional es incierto y que no se puede prever con exactitud hasta qué punto se materializarán los recortes. No obstante, los autores subrayan la necesidad de que los países donantes reconsideren sus decisiones y aseguren una financiación estable para evitar una crisis sanitaria de grandes proporciones.
“Es fundamental garantizar que la financiación para la lucha contra el VIH se mantenga a largo plazo. Un recorte en la ayuda no solo pondría en riesgo millones de vidas, sino que también incrementaría los costos de salud pública en el futuro, debido al aumento de nuevas infecciones y la necesidad de tratamientos más extensivos”, concluyó ten Brink.
En este contexto, se hace un llamado urgente a la comunidad internacional para redoblar los esfuerzos y asegurar que los avances en la lucha contra el VIH no se pierdan. La continuidad de la financiación y el compromiso de los países donantes serán clave para evitar una catástrofe sanitaria global.
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