DESHOJANDO MARGARITAS
Por Margarita Suárez
Continúo hoy con datos de reportajes que le hice en vida a nuestro máximo compositor, Jorge Villamil Cordovez. Siendo presidente de Sayco, viajó a Argentina a un homenaje y en el vuelo estaba Helmut Bellingrodt, quien se desplazaba al campeonato mundial de Tiro en ese país. “¿Aquí va algún médico?” Preguntó la azafata. El deportista colombiano se había intoxicado con unos mariscos que comió en Barranquilla. Jorge ya no ejercía como médico, pero siempre cargaba botiquín. Lo atendió y lo entregó aliviado apenas aterrizó el avión. En la entrevista le pregunté ¿Cuánto demora componiendo una canción? “Minutos, horas, días o años, cada tema es diferente”, dijo. La que más tiempo necesitó fue Los Guaduales. “La compuse, pero me faltaba algo, la última parte. Después de mucho darle vueltas logré la frase de remate que dice …Y todos vamos llorando y cantando por la vida”. Componía “a pura memoria, de oído, silbando”. No manejaba ni celular ni computador, tocaba tiple. Una de las últimas canciones que compuso, el Rajaleña “Me gusta que me lo cojan”, a última hora le cambió el nombre por “El pájaro copetón”. Una de sus canciones preferidas, sobre la cual incluso se hizo una película, fue “Me llevarás en Ti”. Le gustó mucho la versión de “Espumas” que hizo Javier Solis. “Me iba a grabar tres más, pero se murió, quedaron los arreglos hechos”, contó. También le encantó la versión de Julio Iglesias con su tema “Oropel”. Su obra musical en ocasiones era picaresca o dedicada al amor, pero fundamentalmente se basaba en el paisaje. Se definía como “el pintor del paisaje… yo lo describo con música… soy paisajista”. Consideraba su talento “un don que Dios me dio, todo el mundo vemos y algunos lo describimos”. Mermado por su enfermedad que soportó durante 40 años, se despidió de la vida diciendo: “Sólo me resta darle gracias a Dios y al pueblo colombiano porque han hecho posible, a través de mis composiciones, retratar los paisajes de la patria, que han sido expresiones del alma nacional”. A Jorge Villamil lo acompañé en Nueva York cuando la APE lo premió como el mejor compositor de América. Sentí gran orgullo de ver a las máximas figuras del espectáculo aplaudiéndolo en el imponente Auditorio del New York Hilton.
