DIARIO DEL HUILA, POLITICA
La instalación de la última legislatura del Congreso de la República dejó en evidencia el complejo panorama político que enfrentará el presidente Gustavo Petro durante su último año de mandato. Aunque logró asegurar la presidencia de la Cámara de Representantes con Julián López (Partido de la U) y la segunda vicepresidencia del Senado con Ana María Castañeda (Cambio Radical), el Ejecutivo no logró consolidar una mayoría sólida en las mesas directivas, perdiendo varias dignidades clave.
En la Cámara, la elección de López fue una jugada directa del gobierno, con el respaldo del Ministerio del Interior y el apoyo del propio presidente. Sin embargo, el oficialismo no logró imponer a sus candidatos para las vicepresidencias. En la primera, Norman Bañol, representante indígena apoyado por el Pacto Histórico, fue derrotado por Juan Sebastián Gómez, del Nuevo Liberalismo, con una amplia diferencia: 108 votos frente a 72.
El revés se repitió en la segunda vicepresidencia, donde Daniel Carvalho se impuso sobre Juan Manuel Cortés, exmiembro de la Liga de Gobernantes Anticorrupción y cercano al gobierno. Estos resultados evidenciaron que el Ejecutivo no cuenta con las mayorías necesarias para controlar plenamente la Cámara.
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En el Senado, la situación fue similar. Aunque desde el inicio se asumía que el gobierno no tendría la presidencia, que quedó en manos de Lidio García (Partido Liberal), el Ejecutivo intentó ganar espacio en las vicepresidencias. La segunda fue para Ana María Castañeda, quien, a pesar de ser de oposición, es cercana al gobierno. Su elección fue interpretada como un voto de castigo al liderazgo de Germán Vargas Lleras en Cambio Radical, tras la sanción que impuso a Castañeda por su alineación con el gobierno.
No obstante, la primera vicepresidencia del Senado quedó en manos de Ana Paola Agudelo, del partido Mira, quien derrotó al oficialista Antonio Correa (Partido de la U) por apenas dos votos. Correa, inicialmente favorito, enfrentó cuestionamientos por su elegibilidad, lo que debilitó su candidatura a última hora.
En resumen, el gobierno Petro logró posicionar solo dos fichas propias entre seis cargos clave en las mesas directivas del Congreso. Esto anticipa un escenario complicado para sus principales proyectos legislativos, como la reforma a la salud, la tributaria y la ley de sometimiento. La falta de gobernabilidad legislativa podría obligar al Ejecutivo a replantear sus estrategias políticas o buscar nuevas alianzas para evitar bloqueos.
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