Juana Valentina Cabezas, investigadora de Indepaz hace un recuento de la actual situación de orden público que vive el país, además de los departamentos más afectados por la presencia de grupos al margen de la ley. A su vez, da cifras importantes de líderes asesinados en los últimos años.
DIARIO DEL HUILA, HUILA
Por: Leidy Catalina Durán Vásquez
Colombia atraviesa un complejo panorama de orden público marcado por el recrudecimiento de la violencia en diversas regiones del país. A pesar de que el gobierno ha adelantado diálogos con diferentes grupos para negociar acuerdos que lleven al cese de un conflicto que se recrudece, los enfrentamientos entre grupos como el ELN, las disidencias de Iván Mordisco y de Calarcá Córdoba y el Clan del Golfo dejan ese panorama en vilo, generado un clima de inestabilidad que afecta tanto a las zonas rurales como a los principales centros urbanos.
“La situación del orden público en regiones del sur de Colombia y departamentos como Huila, Caquetá, Putumayo y Cauca tiene que ver con una reconfiguración del conflicto armado, particularmente acelerada por algunos factores al interior de los grupos armados y las disputas que se vienen dando desde años anteriores. Una de ellas, por ejemplo, que ha afectado Putumayo y parte del Caquetá ha sido precisamente la disputa entre los comandos de la frontera y lo que era en su momento el Estado Mayor Central, que hoy, digamos, con la división pues se enfrenta al Frente Carolina Ramírez, que hace parte del bloque Amazonas, que comanda Iván Lozada, y también se enfrenta al Frente Raúl Reyes, que hace parte del Estado Mayor de Bloques y Frentes”, dijo Juana Valentina Cabezas, investigadora de Indepaz.
De acuerdo con la investigadora, esta confrontación ha ocasionado no sólo el desplazamiento de miles de personas, sino también unas condiciones de riesgo sobre los liderazgos, sobre los firmantes y sobre la población en general, por los señalamientos que se hacen en estar con uno u otros grupos.
“La realidad es la coacción que sufre la población por parte de todos estos actores armados, digamos que eso es lo que vemos en el momento. También en el Cauca, una aceleración de las confrontaciones, primero en el norte, entre el Frente 57, lo que es el Frente Carlos Patiño. Esto, digamos, tiene que ver también o está relacionado con la toma del Cañón del Micay”, sostuvo.
Como lo indicó Cabezas, Huila es un epicentro de las confrontaciones y es como una zona alerta, “porque claro, hay un Estado Mayor de Bloques y Frentes, el que comanda Calarcá, que está avanzando, aunque su accionar ha sido repelido por la fuerza pública, pues no deja de tener afectaciones. Además, con un posible ingreso del ELN en la zona”.
El concepto de “paz total”, aunque ambicioso, ha sido criticado por carecer de una estrategia clara y medible. Expertos han argumentado que las negociaciones con actores múltiples, algunos de los cuales no tienen una estructura de mando unificada, han complicado los avances hacia acuerdos reales. Además, la falta de coordinación interinstitucional ha debilitado la capacidad del Estado para responder rápidamente a las crisis emergentes.
Panorama en La Plata
Recientemente la comunidad del occidente del Huila reportó presencia del ELN en la zona rural de La Plata, situación que confirmó el gobierno departamental, ante esto desde Indepaz manifiestan que tiene mucha conexión con lo que ocurre en el Cauca.
“Sobre lo que está ocurriendo en el municipio de La Plata, tiene mucha conexión precisamente con lo que ocurre en Cauca. Ahora, digamos que hay un ELN que se ubica sobre toda esa zona que colinda entre Huila y Cauca y que viene avanzando por el municipio de La Plata. Hay algunas también intenciones de ingresar por Nátaga, pero eso depende también de su planeación y de que tanto los grupos que se asientan en la zona, como el caso de la Segunda Marquetalia, bueno, hoy Segunda Marquetalia dividida y lo que es el Estado Mayor de Bloques y Frentes se lo permita”, expresó Juana Valentina Cabezas.
La investigadora también se refirió a unas posibles zonas en el Huila donde estarían conectando. “Ahí también hay una intención de concretar la zona del Huila, sobre todo el centro de Algeciras hasta La Plata y Nátaga, Iquira también, para conectar con el oriente del país. Entonces, digamos que hay unas intenciones claras que van a depender también de quién resulte ganador, de alguna manera, de esa disputa entre los actores armados”.
Un aumento del 7%
Recordando la Alerta Temprana que emitió la Defensoría del Pueblo, que establece, el escenario de riesgo que se encuentra caracterizado por el comienzo y la expansión de la disputa armada entre las facciones disidentes del antes Estado Mayor Central, ahora divido en las unidades bajo el mando de alias ‘Calarcá’ y las leales a alias ‘Iván Mordisco’.
“El aumento de grupos armados tiene que ver más que todo con los grupos, en particular, y es el Clan del Golfo, Ejército Gaitanista de Colombia, que ha venido aumentando su presencia, sobre todo hacia el sur del Chocó, donde ha estado en una disputa abierta con el ELN, que ha terminado, permitiéndole una avanzada sobre la zona. Digamos que también sus intenciones se han visto en ciudades principales, pero esto no es nuevo, como Cali, como algunas zonas de Nariño, pero sin intenciones de entrar como con ejércitos armados y decididos a disputar las zonas, sino más bien a realizar o a tener relación con otros actores armados para tener rutas que les permitan su avanzada. Caso contrario a lo que sucede en el sur de Bolívar, donde sí hay, digamos, un dispositivo entrenado combatiendo al ELN y a las disidencias de las FARC y que buscan quedarse con toda esa zona, abriendo una ruta hasta Norte de Santander”, expresó la funcionaria de Indepaz.
A su vez, agregó qué: “Sí hay una expansión de este grupo armado. Los otros, como las disidencias que tienen que ver con la segunda marquitalia, con la coordinadora guerrillera, con también las disidencias de Iván Lozada y las que hoy se encuentran en la mesa de diálogo, como es el Estado Mayor de Bloques y Frentes, lo que tienen hoy son disputas abiertas que no les han permitido concretar o consolidar algunos territorios. Más bien están en un proceso de confrontación con otros actores armados y con la misma, en algunos casos, con la Fuerza Pública para lograr el control territorial, pero esto no significa que tengan una consolidación de su poder en los territorios donde hoy se ubican o donde tienen algún tipo de actividad”.
Asimismo, enfatizó que estas acciones son sobre todo actividades puntuales, como grafitis, como la instalación, por ejemplo, de banderas, algunos retenes claramente, alguna colocación de explosivos, “pero esto no puede medirse o entenderse tan bien como una presencia del todo de estos grupos en esas zonas”, manifestó.
Alerta por violencia
Caqueta y Huila tienen una alerta por el incremento de casos de asesinatos de líderes sociales y en algunos casos como Huila firmantes también del acuerdo que han sido asesinados, sobre todo con un aumento en 2024.
Sin embargo, para el caso de Putumayo, que venía presentando unas cifras ascendentes y que llegaban casi a los 20 líderes asesinados anualmente, por ejemplo, en 2020 y los 17 en 2022, sí hay una disminución en casi el 70%.
En 2024, por ejemplo, fueron cuatro personas asesinadas líderes sociales. “Y en 2025, aunque digamos puede ascender esta cifra y llegar a sobrepasar la 2024, pues de alguna manera debe medirse en positivo porque frente a los otros años sí hay una reducción notable”.
Este año la preocupación es que se llevan dos asesinatos de líderes sociales y eso tiene implicaciones también en los procesos que vienen desarrollando las comunidades en sus territorios, porque precisamente no se asesina un líder social por ser líder social, sino por el proceso que lleva a cuestas y a las comunidades a las que representa.
“En el caso de firmantes del acuerdo ya hemos visto que hay unos actores que están decididos también a asesinarlos, vinculándolos además con los grupos disidentes. Y en el caso de las masacres obedece más a una dinámica urbana y en Huila, por ejemplo, hemos visto algunas intenciones también de generar como tensión en ese sentido, pero digamos que sí hay una medida positiva o una relación positiva de disminución en los últimos dos años por lo menos”, concluyó la investigadora.
Masacres año 2016 2024
Se han presentado 14 masacres donde 53 personas han sido asesinadas, en 8 municipios como son: Acevedo, Hobo, Pitalito, Algeciras, Garzón, Campoalegre, La Plata y Neiva.
De los cuales 36 eran hombres, 5 mujeres, 12 personas sin identificar y un menor de edad.
Firmantes de paz año 2016- 2024
Se registró 20 asesinatos en 9 municipios. Por año: 2019 fueron 2, 2020 cinco, 2021 un firmante asesinado, para el año 2022 fueron dos, 2023 subió de nuevo la cifra a 5, 2024 dos y para lo que va del año 2025 se han reportado 2 homicidios.
Líderes sociales
Son 43 asesinatos, en 16 municipios. De los cuales el 91.8% son hombre y 8,2 mujeres.
De los sectores sociales se distribuyen así: uno ambiental, 8 campesinos, 18 comunales, comunitarios 3, cultural 2, indígenas 4, lgtb 1, político 3, servidor público 2 y victimas 1.
Por año correspondientes 2016 dos casos, 2017 un caso, 2018 2 casos, 2019 7 casos, 2020 se registraron 11 casos, 2021 cinco casos, 2022 dos casos, 2023 7 casos, 2024 cinco casos y 2025 un caso.
