Seguimos insistiendo desde esta tribuna de opinión la mayúscula preocupación por el incremento de accidentes de tránsito que se están presentando en el departamento del Huila durante el presente año, donde diariamente los medios de comunicación y redes sociales nos informan sobre la gravedad de éstos, por las muertes, lesionados y daños materiales que afectan el bienestar de las familias. Según el Código Nacional de Tránsito, la conducción de un vehículo o una moto, se considera una actividad peligrosa y es importante que cada persona tenga conocimiento de algunos datos que lo harán reflexionar sobre la responsabilidad que tiene a la hora de manejar un vehículo y transitar por la vía pública. Cuando circulamos por las vías del departamento, se observa la irresponsabilidad de algunos motociclistas, que no respetan las señales de tránsito, no respetan las líneas continuas y la impericia de estos desadaptados sociales, están aumentando los riesgos de accidentalidad en el departamento.
Tal es el caso ocurrido en la noche del lunes anterior, cuando un motociclista fue arrollado por una tractomula y cuando los demás vehículos que circulaban por la vía, sus ocupantes bajaron para prestarle auxilio, fueron arrollados por otra tractomula que presentó fallas mecánicas, los embistió, provocando un choque múltiple donde salieron comprometidos seis vehículos y el fallecimiento de cinco personas y de un número indeterminado de heridos que fueron traslados al hospital de Garzón. Igualmente, Un motociclista murió al sufrir un accidente de tránsito en Garzón. A lo anterior se suma las dos motos que chocaron en la vía al Juncal el domingo anterior.
De acuerdo con la Agencia Nacional Vial, el año anterior fallecieron en el país, 4.551. En lo que va corrido el presente año, han fallecido 4.760, representando un aumento del 4,59%, sin haber terminado el año 2025. En el Huila, murieron por esta causa, 185. En el presente año, van 25. En un país acostumbrado a cuantificarlo todo y a quedarse solo con las estadísticas, este panorama exige medidas urgentes, de corte intersectorial. No se puede ser laxo con las normas. Manejar bajo efectos del alcohol, el exceso de velocidad, el irrespeto a los estatutos de tránsito y la no revisión de los vehículos deben ser sancionados con mayor severidad. Pero, de igual manera, el estado de las vías, la señalización, los controles, las exigencias para expedir una licencia, la regulación del parque automotor, así como la transparencia de todos los funcionarios, tienen que ser una constante en las oficinas de tránsito. Todo esto, envuelto en sólidas y permanentes campañas de educación para la prevención a todo nivel, lideradas por estas dependencias, alud, Educación, los gobiernos locales, y bajo la lupa de los organismos de control. Aquí sí, la velocidad debe ser máxima, porque estas muertes exigen frenos.







