La falta de liderazgo en el departamento es evidente. Los partidos políticos no encuentran cómo armar listas competitivas, no solo desde lo electoral, sino con personas que representen un verdadero propósito de país. Hoy estamos ad portas de iniciar una campaña congresional con más grises que luces de futuro.
Empecemos por la izquierda, que anuncia con bombos su consulta para octubre de 2026, una jugada con gran significado estratégico y de poder. Los senadores del Pacto Histórico llegan al Huila a cazar votos, no con resultados, sino con la fuerza de la burocracia, la contratación y los recursos de los colombianos. Son igualitos a lo que han criticado históricamente, pero sin logros que mostrar —así se emberraquen. En las aspiraciones a la Cámara por el Huila, encontraremos pasiones que se fundirán en idealismo, pero terminarán hundidas por la mermelada. Lourdes, quien debería representar el fervor de la izquierda, estará —ahora sí— de frente con la realidad de los juegos del poder. Inflar al Pacto Histórico es un riesgo país, para que todos lo tengan claro: si superan los 4 millones de votos, reforzarán su posición para mantenerse en el poder.
Los Verdes, por su parte, aún no entienden que para lograr un escaño se necesita trabajo conjunto, serio y sin zancadillas. Su lista es una incógnita. Todos quieren estar al lado de Lara porque creen que será el próximo gobernador. Faltan dos años y mucha agua correrá bajo el puente. En esa lista, donde la señora Monje parece más interesada en poner trabas, podría terminar quedándose sola. El concurso de Camilo Durán, William Alvis y Natalia Caviedes —exalcaldesa de Palermo, quien además cuenta con el apoyo del senador Ariel Ávila, un peso pesado tan real como los que dice tener la señora Monje dentro del partido— está en riesgo. Si no corrige, que intente lograr ella sola los 50.000 votos que se necesitan para ser congresista. Por más Lara que tengan, esa lista necesita el trabajo de todos.
Cambio Radical, en cabeza del representante Julio César Triana, solo necesita tiempo y depuración. Con eso, seguramente construirá el camino para volver a representar, con merecimiento, el antipetrismo del Huila, que debería ir en ascenso.
El mismo camino tiene la representante Flora Perdomo, quien, con organizar bien su lista, en teoría no tendría problemas para repetir su curul. Eso sí, no creo que logren las dos curules como ella misma lo afirmó a principios de año.Hasta ahí, lo poco que hay medianamente organizado. En ciernes están las listas del Nuevo Liberalismo, Mira, y Dignidad y Compromiso: una fórmula que podría fortalecer la democracia y canalizar el descontento, aunque hoy no encarna argumentos identitarios sólidos en el departamento.
Los Conservadores están a punto de enterrar esta etapa de un cuarto de siglo de liderazgos desgastados. Esperamos que, luego del 2026, se reconstruya la agenda de este partido histórico con nuevos liderazgos, alejados de los intereses mezquinos que hoy definen su accionar. Nombres como Sandra Hernández, Franky Vega, Edgar Muñoz, Sergio Losada o Johan Steed Ortiz —todos de origen conservador— no están hoy interesados en hacerle el juego a los actuales jefes.
El Centro Democrático sigue en “periodo de exploración” —como dicen los políticos cuando tantean el terreno—, sin definir aún su rumbo.El exalcalde de Neiva, Gorky Muñoz, los puso a hablar a todos. Sin embargo, parece que su interés mayor sigue siendo la Alcaldía. A él le gusta el lapicero. Es un político hábil, que hoy puede ser amigo de un partido y mañana de otro. Sus votos aún pesan en cualquier lista.
Y les dejo una sola pregunta: ¿Cuántos de estos nombres tienen verdadero propósito por el Huila?
