Tras la muerte del Papa Francisco, 138 cardenales entrarán en cónclave para elegir al nuevo líder de la Iglesia Católica. Entre italianos, africanos y asiáticos, se tejen alianzas en una contienda que define el rumbo espiritual y político del Vaticano.
DIARIO DEL HUILA, ESPECIALES
La madrugada del 21 de abril de 2025 quedará marcada en la historia de la Iglesia Católica como el final de una era. El Papa Francisco, el pontífice argentino que lideró la institución por más de una década, falleció dejando un legado reformista y una Iglesia en plena transición. Ahora, con la Sede Apostólica vacante, los ojos del mundo se vuelcan hacia el Vaticano, donde 138 cardenales electores menores de 80 años deberán decidir quién será el próximo líder espiritual de más de 1.300 millones de católicos.
Pero más allá del nombre, lo que está en juego es el rumbo de la Iglesia Católica: ¿seguirá por la senda progresista que impulsó Jorge Mario Bergoglio? ¿Habrá un giro conservador? ¿Se apostará por un pontífice europeo, o será el momento de que África o Asia den su primer Papa? Las respuestas se definirán en los muros sagrados de la Capilla Sixtina.
El peso del cónclave
El cónclave es un proceso riguroso, solemne y cerrado. En él, los cardenales votan de forma secreta hasta alcanzar una mayoría de dos tercios. Aislados del mundo exterior, celebran misas, rezan y deliberan buscando discernimiento espiritual. Este ritual milenario culmina con la fumata blanca que anuncia al nuevo pontífice, y el esperado “Habemus Papam” desde el balcón de San Pedro.
Con 138 cardenales con derecho a voto de un total de 252, el perfil geográfico y doctrinal del nuevo Papa dependerá de complejas alianzas internas. Aunque Europa sigue siendo el continente con mayor representación, los cardenales de África y Asia ganan terreno. América Latina, tras haber tenido a Francisco, podría quedar relegada.
Candidatos principales y sus perfiles
Pietro Parolin (Italia, 70 años)
Actual secretario de Estado del Vaticano, Parolin es un diplomático con gran experiencia. Representa una continuidad del estilo de Francisco, pero con un enfoque moderado y de consenso. Su desventaja: históricamente los secretarios de Estado no han sido elegidos como papas.
Peter Erdö (Hungría, 72 años)
Cardenal conservador, fue presidente del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa. Defiende una moral tradicional y es crítico de las posturas inclusivas hacia la comunidad LGBTQ+. Aunque fue un fuerte candidato hace unos años, su protagonismo ha disminuido.
Luis Antonio Tagle (Filipinas, 67 años)
Progresista, inclusivo y pastoral. Tagle fue el primer cardenal de Filipinas y es un firme defensor de una Iglesia cercana a los marginados. Tiene gran carisma y una visión pastoral moderna. Sin embargo, su juventud relativa podría hacer que algunos cardenales duden, ante la posibilidad de un pontificado largo.
Matteo Zuppi (Italia, 69 años)
Muy cercano a Francisco, Zuppi ha promovido el diálogo con las comunidades LGBTQ+ y ha trabajado en misiones de paz. Su perfil pastoral y ecuménico lo hacen atractivo para sectores progresistas, aunque podría enfrentar resistencia entre conservadores.
Fridolin Ambongo Besungu (República Democrática del Congo, 65 años)
Presidente del Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar. Conservador, se ha opuesto a la aplicación de la Fiducia Supplicans en África. Sin embargo, su conservadurismo tiene un matiz cultural propio del contexto africano.
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Peter Ebere Okpaleke (Nigeria, 62 años)
Considerado el «tapado», es un pastor equilibrado con una historia de superación eclesiástica. Nombrado por Benedicto XVI, solo pudo ejercer gracias a Francisco. Representa una continuidad con matices más tradicionales y una perspectiva pastoral sólida.
Charles Maung Bo (Myanmar, 76 años)
Arzobispo de Yangón, ha sido un fuerte crítico del régimen militar en su país. Con una vida dedicada a la defensa de los derechos humanos y de las minorías cristianas, su liderazgo regional y su trabajo humanitario destacan. Aunque su edad podría jugarle en contra.
Pierbattista Pizzaballa (Italia, 60 años)
Patriarca latino de Jerusalén, tiene una amplia trayectoria en Medio Oriente. Aunque es italiano, se le considera una figura puente entre Europa y las Iglesias del sur global. Experto en diplomacia interreligiosa, su perfil misionero atrae a quienes buscan equilibrio y visión internacional.
¿Y los latinoamericanos?
Con el reciente papado de Francisco, América Latina no aparece como favorita en este cónclave. Sin embargo, hay figuras destacadas entre los cardenales electores:
- Ángel Sixto Rossi (Argentina): Jesuita, con fuerte trabajo social. Enfocado en la justicia social.
- Mario Aurelio Poli (Argentina): Ex arzobispo de Buenos Aires. Aunque criticado por su gestión, se le reconoce por su labor pastoral.
- Vicente Bokalic Iglic (Argentina): Recientemente nombrado cardenal. Destacado por su trabajo en comunidades vulnerables del norte argentino.
- Víctor Manuel Fernández “Tucho” (Argentina): Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, fue una figura clave del círculo de confianza de Francisco. Progresista, ha sido controversial por su apoyo a bendiciones de parejas del mismo sexo.
A pesar de su visibilidad, ninguno de ellos figura entre los favoritos para suceder a Francisco, debido al reciente papado latinoamericano y a la complejidad del contexto político-religioso actual.
¿Qué busca la Iglesia?
El debate de fondo en este cónclave gira en torno a qué tipo de liderazgo necesita la Iglesia. Hay quienes consideran necesario consolidar la línea reformista y pastoral de Francisco, mientras que otros buscan un regreso a valores más tradicionales. También se analiza el perfil administrativo, clave en un Vaticano que enfrenta desafíos estructurales y financieros.
“La clave será determinar cuál es la prioridad: ¿que el nuevo Papa sea pastoral, liberal, conservador, o un excelente administrador?”, explica Inés San Martín, experta en temas del Vaticano.
Un nuevo capítulo por escribirse
La elección del nuevo Papa marcará no solo un relevo espiritual, sino un mensaje claro al mundo sobre el camino que la Iglesia quiere recorrer en las próximas décadas. Con nombres fuertes tanto en Europa como en África y Asia, y con un equilibrio delicado entre tradición y modernidad, el próximo pontífice deberá unir, guiar y renovar la fe católica en un mundo profundamente transformado.
Mientras el humo blanco se hace esperar, los católicos y el mundo aguardan, con esperanza y expectación, la llegada de un nuevo Pastor universal.
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