En menos de un mes, tres menores de edad han sido asesinados en trágicas circunstancias en Neiva y otros municipios del Huila, dejando al descubierto la creciente vulnerabilidad de la niñez frente a la violencia. Los casos de Juan Esteban, Jordan Alexander y el pequeño de La Plata conmocionan a una sociedad que exige respuestas urgentes y eficaces por parte del Estado y las autoridades.
DIARIO DEL HUILA, ANALISIS
El Huila se viste de luto. Tres historias recientes, desgarradoras y llenas de dolor, han sacudido la conciencia de un departamento que ve con alarma cómo la niñez se ha convertido en blanco de la violencia más cruel. La muerte violenta de tres menores en menos de un mes ha encendido todas las alarmas. El caso más reciente ocurrió el pasado viernes 2 de mayo, cuando un ataque sicarial en el norte de la ciudad cobró la vida de Juan Esteban Valderrama, un niño de apenas 12 años. Días antes, en La Plata, otro menor de cinco años murió tras sufrir presuntos maltratos por parte de su tío. Y un mes atrás, Jordan Alexander, de tan solo dos años, llegó sin vida a un hospital, víctima de tortura.
Juan Esteban Valderrama: un niño silenciado por las balas
El viernes por la noche, Juan Esteban se desplazaba junto a su madre en motocicleta por el sector de Alto Mirador, al norte de Neiva, cuando fueron interceptados por dos hombres armados. Sin mediar palabra, les dispararon. El niño recibió cinco impactos de bala; llegó sin signos vitales al centro de salud. Su madre, Maryuri García, fue impactada dos veces y permanece en estado delicado en el hospital CAIMI.
La tragedia estremeció a la comunidad. Juan Esteban era un niño alegre y querido por sus vecinos. “Era todo un amor, educado, cariñoso… no entendemos cómo le pudieron hacer algo así”, expresó entre lágrimas una vecina del sector.
La Policía Metropolitana de Neiva, encabezada por el coronel Héctor Jairo Betancourt Rojas, lamentó el hecho y aseguró que se han desplegado operativos de inteligencia para dar con los responsables. Sin embargo, hasta ahora, no se han reportado capturas.
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“La seguridad y protección de los menores es una prioridad fundamental para la Institución”, dijo el coronel. La Gobernación del Huila y la Alcaldía de Neiva activaron protocolos de atención para acompañar a la familia y coordinar las labores investigativas. No obstante, la comunidad exige resultados, justicia y acciones efectivas para evitar que más niños caigan en medio de la violencia.
La Plata: un niño de 5 años asesinado por quien debía cuidarlo
La historia de Juan Esteban no es un caso aislado. Días antes, en el municipio de La Plata, Huila, otro niño de apenas cinco años perdió la vida tras ingresar al Hospital San Antonio de Padua con signos evidentes de maltrato físico. El pequeño estaba bajo el cuidado de su tío materno, ya que su madre se encuentra privada de la libertad en Bogotá.
El hombre fue quien lo llevó al hospital, pero no pudo justificar las graves lesiones. Tras su captura, habría confesado a las autoridades haber golpeado al menor en repetidas ocasiones. Un juez lo envió a prisión por el delito de homicidio agravado.
Las autoridades también revelaron que el capturado tenía antecedentes por tráfico de estupefacientes y porte ilegal de armas. El niño, lejos de encontrar protección en su entorno, vivía inmerso en un ambiente de violencia que terminó cobrándole la vida.
Este caso ha generado repudio nacional. Sectores sociales y ciudadanos exigen mayor control del ICBF y seguimiento a los hogares sustitutos o familiares a cargo de menores, especialmente cuando hay antecedentes criminales.
Jordan Alexander: víctima de tortura a los dos años
Un mes antes, la historia de Jordan Alexander conmovió por su crudeza. El niño, de apenas dos años, fue llevado sin vida al hospital CAIMI envuelto en una cobija por una vecina. Su cuerpo presentaba rigidez, livideces y múltiples lesiones que indicaban signos de tortura.
El dictamen de Medicina Legal fue claro: homicidio agravado. El niño tenía fracturas en las costillas, lesiones en el estómago y otras señales de violencia prolongada. Su madre, Karol Méndez, y su padrastro, Wilson Guerrero, fueron capturados y hoy enfrentan un proceso judicial por homicidio y tortura. Ambos presentan antecedentes por violencia intrafamiliar, lesiones personales e inasistencia alimentaria.
“La muerte de un niño tan pequeño, completamente dependiente de los adultos, entristece y preocupa profundamente. No podemos permitir que estas tragedias sigan ocurriendo”, declaró Clara Eugenia Peña, secretaria de la Mujer, Infancia y Desarrollo Social de Neiva.
El ICBF asumió la custodia de otro hijo de la mujer, un niño de 10 años, mientras que ella permanece en prisión en condición de madre gestante.
Una infancia en riesgo: ¿quién está protegiendo a los niños?
La seguidilla de homicidios infantiles en el Huila ha puesto en evidencia una realidad preocupante: los niños están desprotegidos, no solo ante la violencia criminal, sino también en sus propios hogares. Según organizaciones defensoras de la niñez, el abandono institucional, la falta de seguimiento psicosocial y la ausencia de justicia oportuna contribuyen a que estos casos se repitan.
Las autoridades locales han respondido con comunicados y operativos, pero la ciudadanía reclama más que reacciones. Exige prevención, vigilancia, justicia y políticas integrales que pongan la protección infantil como prioridad real y no como un discurso de ocasión.
La Gobernación del Huila, a través de su Secretaría de la Mujer, Familia e Inclusión Social, expresó su más enérgico rechazo a estos crímenes y aseguró que se mantendrá el acompañamiento a las víctimas y sus familias. No obstante, los niños siguen muriendo.
“Reafirmamos nuestro compromiso de seguir trabajando por un entorno seguro y protector para todos los niños del Huila”, se lee en su último comunicado. La pregunta es: ¿llegamos tarde?
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¿Dónde están los sistemas de alerta?
Expertos señalan que se requieren rutas claras de denuncia, atención inmediata a reportes de maltrato y seguimiento institucional continuo. En muchos casos, como el de Jordan Alexander, ya existían señales de alerta desde diciembre de 2024. ¿Por qué no se actuó a tiempo?
La violencia contra los niños no solo se manifiesta en golpes o balas. También es violencia la negligencia, la indiferencia, la falta de seguimiento de las instituciones y la normalización de contextos familiares peligrosos.
Una llamada a la acción
Estos tres casos, ocurridos en apenas semanas, son un llamado urgente a la sociedad, a las instituciones y a los gobiernos. Los niños no pueden seguir muriendo en medio de la violencia urbana, el abandono familiar o el silencio institucional.
Hoy, el Huila llora a Juan Esteban, a Jordan Alexander y al niño de cinco años cuya vida fue truncada por el propio entorno que debía cuidarlo. Mañana no puede ser otro nombre. La infancia necesita algo más que discursos. Necesita protección real.








