Diario del Huila

¿Qué país queda mejor parado tras los nuevos aranceles sobre el café?

Nov 20, 2025

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La semana pasada Estados Unidos volvió a mover todo el tablero del café. El 14 de noviembre, la Casa Blanca firmó una orden ejecutiva que saca al café del paquete de “aranceles recíprocos” que entraron en vigencia el pasado abril. ¿Y qué significa esto? Pues que para casi todos los orígenes, el impuesto extra desaparece inmediatamente desde ese día hasta nuevo aviso. Y todos celebramos, pero aquí hay un detalle clave a entender, y es que no esto no aplica de igual manera para todos los países.

Como siempre, adentrémonos primero el contexto general. Estados Unidos es el mayor comprador de café en el mundo, y también el principal cliente de café colombiano. Según el Departamento de Agricultura (USDA), cerca del 30 % de las importaciones de café verde provienen de Brasil, le sigue Colombia que pone algo menos del 20%, y luego Vietnam, con un aporte superior al 10%. Esto quiere decir que el tridente de Brasil, Colombia y Vietnam se encarga de llenar las tazas que los estadounidenses beben todos los días, así que si queremos identificar quién es nuestra competencia directa, no son las otras fincas o marcas colombianas, sino estos dos orígenes.

Con la guerra arancelaria que inició en abril, ese triángulo se distorsionó. A Colombia le aplicaron un 10 % e incluso quedamos expectantes a que este arancel subiera. A Vietnam le aplicaron un arancel cercano al 20% y a Brasil, el castigado del salón, un arancel del 50%. Esa medida encareció el desayuno del ciudadano (y votante) americano, y obligó a los ‘roasters’ a replantear sus blends, pausando sus compras en Brasil y dándole prioridad a otros orígenes, entre los cuales Colombia y algunos países de centroamericanos se vieron beneficiados.

Pero esta novela acaba de tener un nuevo giro. La orden ejecutiva expedida por la Casa Blanca la semana pasada reajustó otra vez todas las fichas del tablero, anunciando que el café entraba inmediatamente en la lista de más de 200 productos agrícolas exentos de esos aranceles recíprocos. Excelente, pero ¿qué significa esto?

Para Colombia y para la mayoría de países productores, el impuesto adicional se reduce ahora a 0 % y esto tiene a la industria nacional saltando en una pata. Pero ojo, lo mismo ocurre con los productores asiáticos como Vietnam, que pagaban tarifas más altas que Colombia, y que también vuelven a entrar libres de arancel en el mercado americano. Es decir, frente a los asiáticos salimos en desventaja.

Pero, por otro lado Brasil, el hermano mayor de toda la industria del café y, nuestro rival más directo, tuvo un resultado peor. Aunque se les quitó el componente del 10 %, se les mantuvo el recargo del 40 % ligado a la disputa política de julio de este año. Lo que significa que, mientras Colombia y Vietnam pueden vender café en Estados Unidos sin arancel, el principal proveedor mundial sigue enfrentando un impuesto prohibitivo. Aunque en mi opinión, tras las recientes reuniones entre los presidentes Lula y Trump, esta novela tendrá un nuevo capítulo más temprano que tarde. 

Ahora analicemos dónde queda Colombia en esta nueva foto. Por un lado, respiramos. Y respiramos muy profundo; apenas hace un mes llegamos a pensar que la disputa entre Petro y Trump iba a conllevar a aranceles hasta del 50%. Exportar nuestro café sin el 10 % devuelve margen a cualquier negocio en un contexto en el cual los costos aún permanecen altos tanto para productores como para exportadores. Y, frente a Brasil que es quien históricamente ha dominado este mercado, nuestra ventaja relativa aumentó, pues la brecha arancelaria entre ellos y nosotros ya no es de 30 sino de 40 puntos. El problema es que frente a Vietnam la historia es distinta, porque pasamos de tener un competidor con 20 % de arancel a que ahora tenga un 0 %.Vietnam es hoy un gigante del robusta barato, ideal para bajar el costo de los blends, y más aún si consideramos el complicado contexto económico que viven los ciudadanos americanos. Así que si esto afecta a Colombia, sí, pero aún más a los exportadores de robusta brasileña.

Colombia, como ha sido su esencia en las últimas décadas, compite principalmente con cafés arábigos suaves y una narrativa de origen que no se puede imitar con cafés de baja calidad. Y aquí entra el trabajo comercial de los exportadores y la Federación Nacional de Cafeteros, porque si dejamos que las negociaciones de nuestro café se reduzcan sólo al precio por libra, el pulso lo va a ganar siempre quien tenga más volumen y menores costos, competencia donde Vietnam opaca a Colombia.   

Analizando este nuevo tablero, que seguramente cambiará pronto, mi mensaje para las regiones cafeteras colombianas como el Huila, sus productores y exportadores, no es tan triunfalista, sino más bien reflexivo. La ventana que abrió el castigo a Brasil no estará abierta para siempre, y hay que aprovecharla pues ambos países ya han demostrado su interés de llegar a un nuevo acuerdo comercial. Por eso, en lugar de celebrar los aranceles del momento, debemos usar este nuevo aire para consolidar a más marcas propias que resalten el valor del café 100% colombiano en el mercado estadounidense, que son a mi parecer los vehículos idóneos para potenciar el posicionamiento del café de Colombia en este destino.

Con el aroma de un café Entorno, los saludo,

Santiago Ospina López.

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