La muerte de dos auxiliares de Policía en un accidente de tránsito en Neiva desató una ola de conmoción y rechazo ciudadano. Mientras familiares y motociclistas exigen justicia en las calles, la Personería abrió una indagación contra agentes de tránsito y la Alcaldía enfrenta críticas por la gestión de la Secretaría de Movilidad.
DIARIO DEL HUILA, PRIMER PLANO
El siniestro ocurrido en la madrugada del sábado 6 de septiembre en el norte de Neiva dejó dos jóvenes muertos y una más herida. Mientras las autoridades adelantan investigaciones para establecer con certeza cómo ocurrieron los hechos, en redes sociales y entre la ciudadanía circulan versiones que apuntan a una posible persecución por parte de agentes de tránsito. La situación ha derivado en protestas, cuestionamientos institucionales y un clima de tensión en la capital huilense.
En la madrugada del sábado 6 de septiembre de 2025, un grave accidente de tránsito en la avenida 26 con calle 42, en inmediaciones del conjunto Bosques de Tamarindos, en el norte de Neiva, dejó como saldo la muerte de dos jóvenes y una persona más herida.
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Las víctimas mortales fueron identificadas como Wilmer Santiago Fuyar y Yuly Andrea Quinayas, quienes se movilizaban en una motocicleta junto a Ana María León, que resultó con heridas de consideración y fue trasladada a la clínica Emcosalud, donde permanece bajo observación médica.
De acuerdo con la información conocida, los tres jóvenes habían prestado servicio militar durante un año como auxiliares de la Policía Nacional y se encontraban en periodo de descanso. Su retorno a la institución estaba previsto para este mismo fin de semana.
El choque, que se produjo en horas de la madrugada, generó gran conmoción en la ciudadanía debido a que los dos fallecidos eran reconocidos en sus comunidades y porque el accidente está rodeado de versiones contradictorias que hoy son materia de investigación.
Hipótesis sobre la persecución
De manera preliminar, trascendió que los jóvenes habrían estado departiendo en un establecimiento antes del accidente. Sin embargo, lo que ha acaparado la atención pública es la hipótesis sobre una posible persecución por parte de agentes de tránsito, la cual se ha difundido ampliamente en redes sociales y medios locales.
Según algunos testigos, la motocicleta en la que viajaban los tres auxiliares habría sido seguida por funcionarios de la Secretaría de Movilidad en el marco de un operativo. Incluso, circula la versión de que uno de los agentes habría utilizado un objeto similar a un palo o bastón de defensa para frenar en seco la llanta del vehículo, lo que habría provocado la caída.
Estas afirmaciones, no obstante, no han sido confirmadas oficialmente por las autoridades, que insisten en que el caso se encuentra en investigación. La Fiscalía, el CTI y la Policía Metropolitana de Neiva adelantan la recopilación de pruebas, entre ellas registros de cámaras de seguridad de la zona y declaraciones de testigos presenciales.
La conmoción ciudadana
El accidente despertó de inmediato expresiones de dolor, indignación y solidaridad en Neiva. Familiares, compañeros y vecinos de las víctimas acudieron al lugar de los hechos, mientras que en redes sociales se multiplicaron los mensajes de rechazo.
El gremio de motociclistas convocó un plantón el mismo sábado en horas de la tarde, en el lugar del siniestro, con el objetivo de rendir homenaje a los fallecidos y exigir claridad sobre lo sucedido. A la protesta se sumaron mototrabajadores y ciudadanos del común, quienes bloquearon algunas vías cercanas como señal de inconformidad.
Ya en la noche, en el mismo sitio, se llevó a cabo una velatón en memoria de Wilmer Santiago y Yuly Andrea.
Sin embargo, el ambiente de tensión derivó también en hechos de violencia. En el barrio Luis Carlos Galán, un grupo de personas atacó con piedras una camioneta de la Secretaría de Movilidad, que posteriormente fue perseguida hasta el conjunto residencial Macadamia, donde nuevos disturbios obligaron a que el vehículo fuera retirado en grúa bajo custodia policial.
La Personería entra en escena
La Personería Municipal de Neiva, como órgano de control y en su calidad de agente del Ministerio Público, anunció el inicio de una indagación preliminar para determinar si existió extralimitación de funciones o abuso de autoridad por parte de agentes de tránsito.
En un comunicado oficial, la entidad explicó que se busca establecer la veracidad de las denuncias ciudadanas, identificar a los funcionarios comprometidos y, de ser el caso, dar apertura a una investigación disciplinaria.
La Personería recalcó que su labor será garantizar transparencia y verdad en torno a lo sucedido, recordando además que ya existían antecedentes de denuncias similares contra algunos funcionarios de tránsito en hechos ocurridos en julio pasado.
El antecedente del 19 de julio
El comunicado de la Personería hizo referencia a un hecho registrado el 19 de julio de 2025, cuando dos jóvenes denunciaron haber sido víctimas de una persecución presuntamente injustificada por parte de agentes de tránsito, cerca del restaurante Las Vegas.
Según los denunciantes, habrían sufrido maltrato físico y la caída de su motocicleta en medio de un procedimiento. Uno de ellos, incluso, volvió a pronunciarse tras el accidente del 6 de septiembre, asegurando que la forma de actuar de los funcionarios había sido similar a la que él denunció semanas atrás.
Este testimonio reavivó el debate sobre los límites de las funciones de los agentes de tránsito y sobre si han venido asumiendo roles que corresponden a la Policía Metropolitana.
Los agentes de tránsito, entre el miedo y las amenazas
Mientras familiares de las víctimas reclaman justicia, los agentes de tránsito involucrados enfrentan un ambiente hostil. En redes sociales han circulado sus nombres y fotografías, lo que ha derivado en amenazas de agresión e incluso de muerte.
“Debemos mantenernos escondidos, como si fuéramos delincuentes”, relató a un medio local uno de los guardas vinculados al operativo, quien expresó temor por su seguridad y la de su familia.
La administración municipal ha señalado que, junto a la Policía, evalúa medidas de protección para los funcionarios, al tiempo que hizo un llamado a la ciudadanía a permitir el curso de las investigaciones y a no tomar justicia por mano propia.
El pronunciamiento de la Alcaldía
Tras casi 18 horas de silencio, la Alcaldía de Neiva emitió un comunicado en el que expresó condolencias a las familias de las víctimas y aseguró que colaborará plenamente con las investigaciones.
“La administración no tolera bajo ninguna circunstancia que se ponga en riesgo la vida de los ciudadanos en ningún tipo de procedimiento”, señaló la misiva, que no fue bien recibida por buena parte de la ciudadanía, que la consideró evasiva y carente de autocrítica.
El domingo en la tarde, el alcalde Germán Casagua Bonilla se pronunció directamente, lamentando los hechos y anunciando medidas. El mandatario solicitó al control interno disciplinario analizar la viabilidad de separar del cargo a los agentes vinculados, pidió a la Procuraduría General de la Nación asumir la acción disciplinaria y al CTI de la Fiscalía llevar la investigación penal.
“De encontrarse responsabilidad penal o disciplinaria en estos servidores públicos, exigiré que todo el peso de la ley recaiga sobre ellos”, puntualizó Casagua, quien llamó a la ciudadanía a confiar en las instituciones.
Una marcha hacia la Alcaldía
Para hoy lunes 8 de septiembre se convocó un plantón frente a la Alcaldía de Neiva, previsto a las 10:00 a.m., en el que mototrabajadores, líderes sociales y ciudadanos buscan expresar su rechazo a la gestión de la Secretaría de Movilidad y exigir respuestas claras sobre el accidente.
Este nuevo acto de protesta refleja el creciente descontento ciudadano y la percepción de que los hechos del 6 de septiembre son parte de una problemática más amplia de presunto abuso de autoridad en la ciudad.
Otros casos denunciados
El accidente también abrió la puerta a que salieran a la luz otros episodios recientes de confrontaciones entre ciudadanos y agentes de tránsito en Neiva.
Entre ellos se mencionan:
- Una mujer en estado de gestación que habría resultado lesionada en un procedimiento de tránsito.
- Un hombre que sufrió un infarto en medio de una intervención de tránsito y que no habría recibido atención oportuna.
- Jóvenes perseguidos y golpeados en distintos sectores de la ciudad en episodios vinculados a controles de movilidad.
Estos antecedentes alimentan la percepción de que existen prácticas que podrían estar sobrepasando los límites legales, aunque cada uno de los casos requiere verificación y análisis independiente.
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Un clima de caos social
Lo sucedido el 6 de septiembre no solo dejó el saldo trágico de dos vidas perdidas y una joven herida, sino que desató un clima de tensión en Neiva. Entre la indignación ciudadana, la desconfianza hacia las instituciones y las amenazas contra los funcionarios, la ciudad atraviesa una coyuntura compleja que requiere respuestas claras y oportunas.
Las investigaciones deberán determinar con precisión cómo ocurrió el accidente, si existió persecución, si se utilizaron métodos irregulares para detener la motocicleta y cuál fue el grado de responsabilidad de los agentes de tránsito.
Mientras tanto, la ciudadanía exige justicia y garantías de no repetición, en un escenario en el que la transparencia institucional será clave para recuperar la confianza.
El accidente en el que murieron Wilmer Santiago Fuyar y Yuly Andrea Quinayas, y resultó herida Ana María León, no puede analizarse únicamente como un hecho aislado de tránsito. La magnitud de la reacción ciudadana, las versiones encontradas y los antecedentes de denuncias similares revelan un problema más profundo sobre la relación entre la autoridad de tránsito y la ciudadanía en Neiva.
El reto para las autoridades locales y nacionales será no solo esclarecer los hechos con rigor, sino también revisar protocolos, garantizar que no se repitan procedimientos irregulares y reconstruir la confianza de una comunidad que hoy se siente golpeada y vulnerable.
El proceso está en curso, y de su resultado dependerá no solo la justicia para las víctimas, sino la credibilidad institucional en una ciudad que exige respuestas.
