El Diario del Huila ha venido desarrollando una investigación profunda en torno a una denuncia presentada por estudiantes de la Facultad de Salud de la Universidad Surcolombiana. La situación que ha sido expuesta por los estudiantes y corroborada por diferentes voces dentro de la comunidad académica ha generado una creciente preocupación en torno a los métodos pedagógicos utilizados por una docente en específico, lo que ha resultado en altos índices de deserción y afectaciones emocionales entre los estudiantes.
DIARIO DEL HUILA, INVESTIGACIÓN
POR: ALEJANDRO POLANCO
Hace aproximadamente un mes, un grupo significativo de estudiantes de la Facultad de Salud se comunicó con el Diario del Huila para denunciar las prácticas docentes de una profesora en particular. Los estudiantes mencionaron que las estrategias empleadas para enseñar les parecían obsoletas, poco accesibles y carentes de comprensión hacia sus necesidades como futuros médicos. Según su testimonio, la estructura de las clases, así como la carga de trabajo impuesta, provoca que un número considerable de estudiantes pierda la materia cada semestre. En algunos casos, la cifra supera el 50% del total de la clase, generando una sensación generalizada de fracaso académico.
Según las denuncias, la docente habría mostrado comportamientos agresivos y habría violado los principios básicos de respeto. Aseguran que, en diversas ocasiones, la docente ha elevado el tono en clase y ha dirigido expresiones severas hacia ellos, siendo imponente e incluso ofensiva con los estudiantes, amparándose en su experiencia de más de 30 años. Esto ha generado un clima hostil que dificulta el aprendizaje y la interacción.
Impacto en los Estudiantes
La conversación con los estudiantes dejó en evidencia que las consecuencias emocionales de esta situación son considerables. Algunos jóvenes han reportado no solo dificultades académicas, sino también un deterioro significativo en su bienestar mental. La carga emocional de enfrentarse a situaciones de presión constante, sin una estructura de apoyo adecuada, ha llevado a varios estudiantes a presentar síntomas de ansiedad, insomnio, estrés y frustración.
A su vez, la deserción se ha convertido en un problema recurrente. No solo en el semestre actual, sino en periodos anteriores, los números revelan un patrón preocupante que solo parece intensificarse semestre tras semestre. Según datos suministrados por los estudiantes y corroborados por el área de registro de ciencias de la universidad, en cada periodo académico, la deserción supera el 50%, dejando a una gran cantidad de alumnos sin opciones para mejorar sus calificaciones y, en algunos casos, sin posibilidades de culminar sus estudios, pues ante la situación deciden abandonar la carrera.
Desde el inicio de la investigación, hemos dialogado con estudiantes que, a pesar de estar en semestres iniciales de la carrera de medicina, han visto truncados sus sueños debido al accionar de la docente. Los testimonios recabados muestran cómo, aunque la profesora no emplea un lenguaje vulgar ni ha cometido agresiones físicas, su trato autoritario y su método pedagógico arcaico generan un ambiente de presión y temor. Uno de los estudiantes, quien prefirió mantener el anonimato, expresó cómo enfrentarse a la profesora genera una sensación de temor, llegando incluso a afectarle físicamente. «Sentía ganas de temblar, me dificultaba hablar porque ella genera miedo en muchos estudiantes», comentó.
Patrón repetitivo
La situación ha llegado a tal punto que, hace un par de días, más del 80% del salón decidió no presentarse al examen final, como medida de protesta. Esto resultó en una pérdida automática de la materia para más de 50 estudiantes, dejando solo 10 para avanzar. Según el profesor Pedro Zúñiga, médico patólogo que ha venido investigando la situación, este fenómeno no es nuevo. En años anteriores, asegura, se ha repetido una “masacre estudiantil” cada semestre en las mismas materias.
La situación ha sido ampliamente investigada por el profesor, médico y patólogo, quien ha presentado múltiples derechos de petición desde 2022 para denunciar irregularidades académicas y psicológicas. En una reunión reciente celebrada en las instalaciones de la facultad, participaron más de 20 estudiantes de manera presencial y otros 30 en formato virtual. En este espacio, el profesor Zúñiga, junto con los estudiantes afectados, expuso los resultados alarmantes de los altos índices de fracaso en las materias Morfología e Histología impartidas por la profesora Alba Rocío, particularmente en los semestres recientes.
El profesor Zúñiga destacó que desde 2017, los resultados académicos han sido desastrosos. Por ejemplo, en el semestre pasado, 75 estudiantes matriculados, de los cuales 30 lograron aprobar, mientras que 45 no lo hicieron, lo que representa un 60% de estudiantes que no logran superar las materias. Estos datos reflejan un patrón sistemático, donde la mayoría de los estudiantes enfrentan dificultades serias para aprobar histología y morfología.
Zúñiga, en su labor investigativa, ha solicitado cambios inmediatos en la estructura pedagógica y la necesidad de incorporar una perspectiva más humana en la enseñanza. Según sus observaciones, la falta de capacidad pedagógica y la negativa a adaptarse a las necesidades emocionales de los estudiantes han exacerbado la crisis, afectando directamente su calidad de formación profesional.
Docente da su versión
En respuesta a las acusaciones, la profesora Alba Rocío Valencia Valderrama, coordinadora y docente denunciada por los estudiantes de las asignaturas involucradas, defendió su accionar bajo el argumento de que las decisiones tomadas son parte del cumplimiento de las normativas académicas. En diálogo con el Diario del Huila, la docente mencionó que los problemas que enfrenta con los estudiantes son recurrentes, señalando que estos buscan esquivar las responsabilidades académicas a través de mecanismos legales como tutelas. Asimismo, afirmó que el enfoque en su persona es una estrategia para desviar la atención del verdadero núcleo del problema, lo cual es rechazado categóricamente por quienes la acusan.
La docente abordó también las críticas relacionadas con las supuestas agresiones verbales, señalando que nunca utiliza un tono agresivo ni grita a los estudiantes. Afirmó que simplemente cumple con su deber de recordar las normas de bioseguridad y las reglas académicas, como el uso adecuado del equipo de protección y la prohibición del uso de celulares en clase. Afirmó que la actitud de algunos estudiantes refleja una falta de compromiso y respeto hacia las normas establecidas.
Asimismo, la profesora mencionó que se están realizando los procedimientos normativos necesarios y que no tiene nada que ocultar, a pesar de la presión externa y las situaciones complejas que se han presentado. Finalmente, dejó claro que, aunque se encuentra en periodo de vacaciones, continuará atendiendo su labor académica con seriedad y responsabilidad, a pesar de las dificultades actuales.
La decanatura reconoce mortalidad académica y da su versión
El Diario del Huila buscó respuestas en la decana de la Facultad de Salud, Dolly Arias Torres, y mediante un comunicado se pronunció y expresó lo siguiente: “En general, los cursos de Histología y Morfología reportan históricamente una alta tasa de mortalidad estudiantil, situación compleja y multifactorial que no puede ser atribuida a una sola causa. En el segundo período académico de 2024, los docentes manifestaron preocupación por los resultados observados, lo que llevó a la intervención del Comité de Currículo del Programa de Medicina y el Consejo de Facultad. La situación fue expuesta por la coordinadora del área, quien solicitó acompañamiento para abordar las distintas preocupaciones de los estudiantes.
A través de la Secretaría Académica y la Decanatura, se abrieron espacios de escucha a los estudiantes, quienes destacaron diversas causas como cursos extensos en contenido, exámenes complejos, espacios inadecuados para actividades prácticas y deterioro en las piezas anatómicas utilizadas en los laboratorios. Como respuesta, se definieron varias acciones, como la asignación de refuerzos por parte de docentes adscritos al área, la gestión de pares amigos para retroalimentación curricular y la recomendación de ajustar la programación a las 18 semanas del calendario académico.
El Consejo de Facultad, como máximo órgano académico administrativo, ha buscado actuar conforme a las normativas institucionales, siendo un canal de comunicación entre estudiantes y docentes para encontrar soluciones integrales a esta situación. Se espera que estas medidas contribuyan a mejorar la calidad educativa en estos cursos y a mitigar las dificultades presentadas por los estudiantes”.
Llamado a la Reflexión
En un contexto nacional donde la salud mental juega un papel fundamental en la formación académica de los futuros médicos, el caso se suma a otros en los que estudiantes de medicina han enfrentado situaciones similares, incluso llevando a algunos a tomar decisiones drásticas como quitarse la vida. Es importante mencionar que, entre los testimonios recopilados por este medio, una joven estudiante que al momento de la entrevista hace poco más de un mes se encontraba cursando la carrera, decidió abandonar la misma responsabilizando a la docente.
Los estudiantes de la Universidad Surcolombiana han exigido a la institución una posición firme y proactiva en la investigación, así como una revisión exhaustiva tanto de la versión docente como de sus propios testimonios. Ante la falta de respuesta por parte de las autoridades universitarias, los estudiantes han recurrido a distintas instancias, como la Defensoría del Pueblo y el Ministerio de Educación, además de adelantar una tutela.
La complejidad del caso y la ausencia de soluciones claras reflejan una necesidad urgente de cambio en los métodos pedagógicos y en la gestión de conflictos, con el objetivo de proteger la salud mental y el bienestar académico de los estudiantes de medicina en la Universidad Surcolombiana y en todo el país.









