Por: Luis Alfonso Albarracín Palomino
El abultado déficit fiscal que presentan las finanzas públicas nacionales, están generando una profunda preocupación del gobierno nacional, para atender las demandas sociales y el tren de gastos exorbitantes que mantenido durante los últimos tres años. Lo he afirmado en algunas columnas anteriores, que a pesar de las buenas intenciones que ha tenido el presidente Gustavo Petro Urrego, para satisfacer las inmensas necesidades insatisfechas que han tenido las familias colombianas, sus resultados han sido nefastos. Para ello, ha buscado nuevas fuentes de financiación para cumplir con lo establecido en los programas y proyectos del Plan Nacional de Desarrollo. Pero no hay plata. Todos los gobiernos anteriores han tenido la gallinita de los huevos de oro para desarrollar sus planes de inversión. Pero el presente gobierno, no ha podido equilibrar sus finanzas porque los ingresos no les han correspondido a sus expectativas que planearon en sus recaudos tributarios. Las autoridades económicas no conocen la palabra austeridad”. El derroche en los gastos de funcionamiento ha sido el común denominador.
Sin austeridad, Colombia no tendrá futuro. Es la triste realidad. Uno de los errores que cometió el ejecutivo, fue suspender la exploración y explotación de hidrocarburos en el país. Lo anterior generó la decisión de salir del país, 31 de las 41 empresas multinacionales que desarrollaban sus operaciones en este sector estratégico para el crecimiento económico del pais. Lo afirmaba el director de la Revista Portafolio, Francisco Miranda en la edición del fin de semana: por diez trimestres consecutivos Ecopetrol reporta números a la baja en sus resultados empresariales. Entre abril y junio de este año las ganancias de la petrolera estatal (1,8 billones) se desplomaron un 46,4% con respecto al mismo período del 2024. Frente a la primera mitad de 2025, las utilidades del primer grupo empresarial del país cayeron 33,2% ante lo obtenido entre enero y junio del año pasado. En cuanto a los ingresos operacionales de $29,7 billones, la caída registrada llega al 9,1%. En cuanto a la producción de 755 mil barriles diarios de petróleo en el semestre, son cifras positivas, pero lejanas de las ambiciosas metas de años pasados.
Para la dirección de Ecopetrol, los factores detrás de este desempeño negativo son múltiples: el comportamiento de los precios internacionales del crudo Brent, atentados contra la infraestructura y oleoductos, bloqueos sociales a campos, tensiones geopolíticas y sobrecarga de impuestos por parte del propio gobierno Petro. El desempeño mediocre de la empresa petrolera estatal, que antes era considerada la joya de la corona, por las transferencias que superaban los 40 billones de pesos anuales, en otrora, durante la presente vigencia el gobierno espera por lo menos con ansiedad, que reciba solamente 7,8 billones de pesos en dividendos petroleros, según el Marco Fiscal de Mediano Plazo.
Lo anterior, no debe considerarse como un ataque al gobierno del presidente Petro. Deben romper el sesgo ideológico que se tiene frente a la política petrolera del país. Así como van, van a acabar a la mayor empresa estatal, que tradicionalmente ha sido un orgullo para toda la sociedad colombiana y que presenta un reconocimiento en el contexto internacional. El mismo sindicato de esta empresa estatal, que le brindó un total respaldo a la campaña presidencial del actual primer mandatario de los colombianos, se encuentra muy preocupado, porque está en vilo su supervivencia laboral, para lo cual, está clamando que se vuelva a impulsar la exploración y explotación de hidrocarburos en el país. Es importante restaurar la confianza de dichas empresas multinacionales para que vuelvan a invertir en Colombia. Hay que revertir esta tendencia de acabar con Ecopetrol. El país, tiene muchas reservas plenamente comprobadas. Las finanzas públicas se lo agradecerían muchísimo.
