Los habitantes del municipio de la Plata se encuentran muy preocupados por el avance significativo de la presencia de los grupos narcoterroristas que han buscado mantener el dominio territorial de esta región que se ha convertido en un corredor estratégico para el transporte de drogas del departamento del Cauca hacia los países vecinos. En la zona rural se ha impuesto medidas que deben acatar sin discusión alguna las familias que residen en esta zona. Horarios, pago de vacunas, desplazamientos, invasiones de predios, secuestros, asesinatos selectivos, autorizaciones para el desarrollo de algunos eventos sociales y políticos, son entre otras determinaciones que han impuesto por la fuerza, sin que exista autoridad alguna que los contrarreste. Las mismas comunidades exigen la presencia del Estado para que los proteja. Pero es contradictorio, porque ellos mismos son los que lideran el accionar violento para desalojar a los organismos armados del Estado, cuando llegan a ejercer controles, como ha sucedido recientemente. Las disidencias de las Farc, los presionan para que cometan estas asonadas. Este panorama está sucediendo en otras regiones del país, sin que exista una política pública impulsada por la Casa de Nariño. El gobierno del cambio se ha convertido en cómplice de estas atrocidades que atentan contra las instituciones democráticas del país.
Todo lo anterior, está exasperando a todas las familias. Se pueden provocar un desplazamiento masivo hacia la zona urbana del municipio. A pesar de los esfuerzos y del clamor general del gobernador, de los alcaldes, gremios económicos y demás actores de la opinión pública regional ante las instancias nacionales, ha sido insuficiente la respuesta del gobierno nacional para frenar estos abusos. Mientras el presidente Gustavo Petro Urrego se encuentra viajando a los Estados Unidos para participar en la reunión anual de la ONU, el país se encuentra al garete y sumido en la más profunda violencia patrocinada por los narcoterroristas. Son juicios de valor positivos, que se emiten desde esta tribuna de opinión, sin sesgos ideológicos.
Se necesita una fuerte reacción gubernamental para frenar estos desbordamientos. Esta temática se ha vuelto el foco de atención de todos los precandidatos presidenciales. Así como están las cosas, los áulicos del ejecutivo y los grupos subversivos afectos al gobierno nacional, se han convertido de manera gratuita en los jefes de debate del candidato que escoja el expresidente Alvaro Uribe Vélez para que participe en la próxima contienda electoral. Igualmente, los sectores políticos regionales afectos al gobierno nacional están muy preocupados por las consecuencias nefastas que puedan obtener en los resultados para la elección de los próximos congresistas. Se ha generado un panorama adverso a sus aspiraciones, así no lo quieran aceptar los dirigentes en las regiones del país. El constituyente primario está hastiado y hasta la coronilla del presente actuar presidencial que ya presenta el sol en las espaldas.







