Desde que emprendimos con nuestra comercializadora internacional hace 6 años, una de las cosas más difíciles ha sido manejar la volatilidad del mercado. Hace apenas un mes la carga de café superaba los 3 millones de pesos, y hoy ronda los 2 millones 300. En estos años, y sobre todo en estos últimos meses, he seguido de cerca los factores que alteran la evolución del mercado y he aprendido que la volatilidad del café no es casualidad ni producto de una sola variable. En esta industria los movimientos de precios obedecen a pequeños conceptos que, cuando se combinan, afectan a toda la cadena.
Antes de hablar de los factores globales, es importante identificar uno que está afectando directamente en el precio de carga en Colombia: el valor del dólar. Como el peso colombiano es una de las monedas que más se ha fortalecido frente al dólar este último mes, y dado que la Federación Nacional de Cafeteros fija el precio diario multiplicando el valor del $USD por el precio del café en la Bolsa de Nueva York, cuando el dólar cae, la carga de café baja automáticamente. Por eso también estamos viendo esta caída tan fuerte en el precio de carga a nivel nacional.
Analizando ese conjunto de variables que definen el precio del café en la Bolsa de Nueva York, del cual se basa la Federación Nacional de Cafeteros para establecer el precio de carga, he visto que siempre aparecen los mismos protagonistas: ‘clima’, ‘oferta’, ‘demanda’, ‘inventarios’, ‘Colombia’, ‘Brasil’ y ‘Vietnam’.
Empecemos por el gigante. En los últimos meses el clima favorable en Brasil, especialmente en regiones productoras como Minas Gerais, ha reducido la preocupación del mercado por heladas y daños a los cultivos. Cuando el miedo a problemas en la cosecha disminuye, los precios reaccionan. Esto provoca una ola de ventas porque los vendedores se apuran a asegurar sus ganancias antes de perder la oportunidad, ofreciendo al mercado más café a menor precio.
Algo curioso que he aprendido es que los inventarios certificados en las bolsas internacionales pesan más que el mismo flujo físico del café, y en los últimos 3 meses estos inventarios vienen aumentando considerablemente. Aunque las existencias globales aún están bajas comparadas con años anteriores, al haber más café en los inventarios, los compradores se sienten tranquilos y los precios bajan en las bolsas internacionales. Esto pasa porque se reduce la especulación que mantenía los precios altos, algo que venía sucediendo de manera drástica desde noviembre del año pasado.
Otro aspecto que está presionando los precios a la baja es que la moneda de Brasil, el real, se ha debilitado frente al dólar, haciendo que exportar café desde Brasil sea más rentable ya que las ventas internacionales por costumbre mercantil se realizan en dólares americanos. Esto motiva a los grandes vendedores brasileños a sacar más café al mercado, y al haber más café disponible, los precios bajan por el principio de oferta y demanda.
Las proyecciones de producción también son clave para definir la expectativa del mercado, y en las últimas semanas el USDA afirmó que se puede esperar un ligero crecimiento en Brasil y un aumento considerable en Vietnam para la próxima cosecha. Estas expectativas llevan a los grandes compradores y vendedores a redefinir su estrategia de compra y venta. En Brasil, para mediados de mayo ya se había vendido el 97% de la cosecha, superando al año anterior y, al ser el mayor productor mundial, esto hará difícil que regrese pronto esa tendencia alcista que vimos en los últimos 8 meses.
La caída de otros productos agrícolas como el azúcar y el cacao, que también cotizan como commodities en los mercados de valores, arrastran al café a la misma tendencia bajista, y teniendo en cuenta todo esto, será difícil que esa tendencia cambie mientras estos factores principales se mantengan como están hoy.
He aprendido a aceptar que la volatilidad nunca desaparecerá y que solo con información podemos prepararnos para tomar mejores decisiones. Los riesgos que la volatilidad trae seguirán activos tanto para quienes apuestan al alza del café como para quienes lo hacen a la baja. Mi recomendación es que tanto productores como comercializadores intenten proteger sus precios siempre que sea posible mediante acuerdos, coberturas, o ventas anticipadas, y que los productores especialmente controlen con cuidado sus costos de producción, diversifiquen sus ingresos y no dependan exclusivamente de un solo canal de venta. En esta época de volatilidad, la información y la toma de decisiones serán los mejores aliados para quienes vivimos del café.
Con el aroma de un café Entorno, los saludo,
Santiago Ospina López.








