Yamid Sanabria
Mover todos los días la opinión pública es la mejor táctica del presidente para conseguir votos. Estuvo demostrado en el pasado proceso electoral a la presidencia en 2022, donde el votante era petrista o antipetrista, ya que nunca se consolidó un candidato de derecha o centro político, y resultó siendo un “outsider” quien capitalizó el otro lado de la moneda. Ahora la agenda del país la colocará el presidente en búsqueda de conservar el poder.
Según la firma encuestadora INVAMER la imagen de favorabilidad del presidente remonta el 35 %, mientras que Cifras y Conceptos lo ubica en un 45%, lo cual alienta a sectores de izquierda para pasar a una eventual segunda vuelta en las próximas presidenciales, aunque deban buscar un candidato que refleje la imagen de Petro, una tarea nada fácil.
Este repunte en la mediciones se ha conseguido gracias a la consulta popular sobre la reforma laboral para retomar las movilizaciones en calles; y ahora reforzado con el nuevo proyecto “Gestores de Convivencia” liderado por el ministro del interior Armando Benedeti para vincular a 12 mil jóvenes con pagos mensuales para fortalecer sus militancias; además de mantener vigente el consejo de ministros por RTVC como canal propagandístico para mantener el discurso vigente del presidente, entre otras acciones que buscan fortalecer sus bases en regiones estratégicas.
El presidente es un experto para colocar a hablar al país sobre política, especialmente en tres aspectos en mi análisis, el primero profundizar la conciencia de clase que permita afinidad electoral con sus votantes ideologizados o afines; segundo reiterar las dificultades del “bloqueo institucional” del congreso para desgastar ante la opinión pública a las figuras opositoras, con el fin de ganar mayorías en las próximas parlamentarias; y tercero colocar temas controlversiales que muevan fibras de indignación colectiva, como por ejemplo la nueva reforma a los puertos comerciales, empezando por el aeropuerto El Dorado.
Finalmente, en nuestro país el conflicto armado y la política tienden a tener un común denominador, y es socavar en lo más bajo de la condición humana, hasta el punto de eliminar al otro, ya sea física, moral o judicialmente. La agenda está en el terreno de la inseguridad un campo de la derecha, pero el gobierno hará lo propio para llevarla al lado del desempleo con la reforma laboral, cada quien elige sus temas de interés.
