Nuevamente Colombia fue escenario el día anterior, de la mirada mundial por la visita que realizó el presidente Gustavo Francisco Petro, al seno de la plenaria de la Organización de las Naciones Unidas, donde tuvo la oportunidad de intervenir ante los pocos miembros que quedaron en este auditorio, porque se retiraron las delegaciones de los Estados Unidos, acompañados de sus representaciones diplomáticas de los países aliados, para evitar escuchar las sandeces y el discurso incendiario que pronunció. Parece que estuviera disertando con las mingas indígenas y las organizaciones sociales, lo cual generó una reacción negativa, por la forma como se expresó de manera incoherente y sin guardar el mínimo respeto que se debe mostrar ante una audiencia, su pensamiento frente a las verdaderas problemáticas sociales, económicas y políticas que presenta Colombia. Es inaudito amenazar al presidente del país más grande del planeta para iniciarle un proceso penal, que conduzca a privarlo de la libertad. Seguir defendiendo lo imposible, buscando demostrar la inocencia del dictador de Venezuela, Nicolas Maduro y a los integrantes de su gobierno, que de manera ilegal se tomaron el poder del país vecino.
Abordó temas, defendiendo a ultranza las migraciones a los Estados Unidos, la política antidrogas, rechazando la intervención militar de Israel contra Gaza y culpando de todo lo malo a la Nación del Norte. Todo lo anterior, le generó en todos los medios de comunicaciones en los ámbitos nacional e internacional, convirtiéndose en el hazme reír, por la forma irracional como se dirigió a este Organismo Mundial. Igualmente tocó el tema del cambio climático, y como si fuera poco, ubicó a los delincuentes narcoterroristas del Tren de Aragua, como unos angelitos que no habían tenido una oportunidad en la sociedad. Ésto rebosó la copa de las risas de los pocos asistentes que lo escuchaban. Solamente los aplaudían la fronda de acompañantes pagados con nuestros impuestos. Pareciera que estuviera en campaña electoral. Esta clase de mensajes absurdos conduce a buscar réditos electorales, pero está generando un rechazo general entre la sociedad colombiana, por las implicaciones que se pueden venir por esa retórica barata presidencial.
Todos los actores de la opinión pública, el sector empresarial y los entes gubernamentales, se encuentran bastante preocupados por las consecuencias nefastas que se puedan presentar en los próximos días, por las medidas que adopte el país del Tío Sam contra los intereses de los integrantes del gobierno nacional, empresas y las familias colombianas, conociendo la forma temperamental del primer mandatario de los estadounidenses. Consideramos que el presidente Petro, debe moderar su lenguaje en lo que le resta de gobierno y evitar confrontaciones absurdas con la Nación más potente del mundo. Como afirmaban nuestros ancestros, “Es una pelea entre un elefante y una hormiga”. Siempre vamos a perder. Es una confrontación desigual. La decencia no pelea con nadie.







