Diario del Huila

Perseverar como el agua contra la roca

Dic 18, 2024

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Alfredo Vargas Ortiz
Orgullosamente abogado y docente de la Universidad Surcolombiana
Doctor en Derecho, Universidad Nacional de Colombia

Durante mis años como estudiante universitario, viví solo algún tiempo, donde pudiera, porque no tenía ni para pagar el arriendo. Muchas personas me tendieron la mano en esos momentos difíciles. Recuerdo que mi querida madre siempre me enviaba una bolsa grande de pan, un pequeño mercado y unos pesos para comprar el almuerzo, desayuno y cena en el restaurante de la USCO. En esa época pesaba apenas 54 kilos, y les aseguro que no era por falta de ganas de comer, sino porque, tanto física como económicamente, muchas veces me tocó aguantar hambre. A veces, amigos me ayudaban a sobrellevar esa situación.

Uno de esos domingos, mientras me desplazaba en bicicleta desde el barrio Las Palmas hasta el centro para recibir el apoyo de mi madre, este no llegó. Revisé mis bolsillos y solo tenía $200, apenas suficientes para hacer una llamada desde un teléfono público. Marqué a mi vecina para que le avisara a mi madre que no había recibido el tan esperado mercado y que yo estaba en la Plaza de San Pedro esperándolo. Sin embargo, como era de esperarse, mi vecina no alcanzó a llegar en los tres minutos que duraba la llamada, y esta terminó abruptamente.

Miré al cielo lleno de rabia por esa injusticia y golpeé el teléfono con el puño. Al hacerlo, noté que en la ranura de las monedas había una pequeña piedra atascada. La moví y, para mi sorpresa, cayeron numerosas monedas: más de $10,000. Agradecí a Dios porque con ese dinero pude resolver la comida de esa semana.

El largo camino hacia mi sueño de ser abogado estuvo lleno de obstáculos, como los paros internos en la universidad y los paros nacionales. Solo quería terminar mi carrera para poder ayudar a mi familia. Cuando finalmente lo logré, me di cuenta de que no tenía dinero para pagar la libreta militar. Entonces, junto con un grupo de amigos, organizamos una fiesta y logramos reunir los recursos para pagarla. Por fin, vi la luz al final del túnel: me gradué con tres matrículas honoríficas.

En 2005, inicié una maestría en Derecho en la Universidad Nacional de Colombia y me gradué con tesis meritoria. En 2020, terminé el doctorado en Derecho con igual distinción. En 2016, fui designado secretario de Gobierno y Convivencia Ciudadana de Neiva, y en 2017, secretario de Educación hasta 2019. Durante ese tiempo, tuve la oportunidad de contribuir a la transformación de la educación en nuestra ciudad, gracias a la voluntad política del exalcalde Rodrigo Lara y al trabajo de un magnífico equipo, en el que destaco a mi compañero Aldemar Macías. Estos logros fueron reconocidos en la Noche de los Mejores por el Ministerio de Educación.

La regla detrás de todos estos éxitos personales y profesionales fue simple: perseverar como el agua contra la roca. Aunque débil y transparente, el agua logra desgastar incluso la piedra más sólida. En este año que termina y en el que viene, los invito a continuar con ese propósito de vida. Entendamos que los obstáculos son oportunidades para forjar nuestro carácter, porque el acero se forja en el fuego ardiente. Trabajemos cada día en hacer el bien, en ayudar al prójimo, y en recordar que nuestras manos, nuestras palabras y, sobre todo, nuestro ejemplo pueden ser el impulso que necesita alguien que está clamando por ayuda.

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