Diario del Huila

Paz, porque inalcanzable

Jul 7, 2025

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Por: Mario Solano

El narcotráfico y actividades ilegales en Colombia han encontrado que no solo deben dedicarse a las actividades ilegales, sino que se extienden a atacar a la población civil, a extorsionar, secuestrar y reclutar niños, porque han visto que los gobiernos de turno les dan el perdón judicial porque la «paz» es un bien superior. Esta lógica ha transformado la violencia en una moneda de cambio. Los ataques contra la población civil ya no son solo una consecuencia colateral de sus operaciones, sino una estrategia calculada para aumentar su poder de negociación. Cada acto de terror, cada familia desplazada y cada joven reclutado a la fuerza se convierte en un activo político, una ficha que se pondrá sobre la mesa cuando se hable de desmovilización, beneficios jurídicos y participación política. Es un cálculo perverso: a mayor el sufrimiento infligido a la sociedad, más valiosa se vuelve su promesa de detenerlo. Este ciclo fomenta una peligrosa normalización de la criminalidad como vehículo para legalizar los capitales ilegales. Se crea un precedente en el que la ruta más efectiva para no ir a la justicia y no ser perseguido por el Estado, es a través de la intimidación y el crimen atroz. El mensaje para otros grupos emergentes es claro: la violencia extrema garantiza un asiento en futuras negociaciones. Así, la paz se convierte en una tregua transaccional en lugar de una transformación real de las condiciones que originan el conflicto, por lo que vivimos alargando el anhelo de la paz, tornándose incansable. El resultado es una profunda erosión de la confianza en la justicia y en el propio Estado. Para las víctimas, esta dinámica es devastadora. Ven cómo sus verdugos pueden lavar sus crímenes en nombre de un bien mayor que no se traduce en seguridad ni en justicia para ellas. La paz que se negocia bajo estos términos no es paz, es algo que se debe tener claro, porque una supuesta paz construida sobre cimientos de impunidad que, más temprano que tarde, volverán a para dar paso a nuevos ciclos de violencia, estamos envueltos en ese círculo vicioso y, los políticos o no se han dado cuenta, o se dan cuenta para sacar provecho. Se sacrifica siempre a la justicia, por la ilusión de una tranquilidad a corto plazo, dejando una herida abierta en el corazón de la sociedad.

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