Diario del Huila

Pacto por el Trabajo Decente

Abr 22, 2025

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Por: Oscar Eduardo Trujillo Cuenca

oscartrujillo79@gmail.com

“Las ideas cambian el mundo, pero solo si alguien se atreve a ejecutarlas”

#LaFraseDeOscarT

En Colombia, hablar de trabajo decente no es solo un tema normativo, es una prioridad, ya que nos encontramos en un país donde la informalidad laboral ronda el 58% y en departamentos como el Huila supera el 76%, según cifras del DANE,  siendo aún más crítica entre la población joven, donde 8 de cada 10 jóvenes se encuentran en condiciones de empleo inestable, es allí donde iniciativas como el “Pacto para cosechar trabajo decente” cobran importancia y trascienden de un  simple anuncio, a alternativas de solución a esta problemática.

Huila como referente nacional

Desde el “Huila, Corazón Cafetero” del país, se viene realizando un trabajo que lo ha posicionado como modelo piloto nacional de articulación institucional para transformar el empleo rural, especialmente en el sector cafetero, apostando por condiciones laborales más dignas, formación con sentido productivo y un tejido económico más inclusivo y sostenible, mediante  el “Pacto para cosechar trabajo decente”, el cual fue firmado en julio de 2023, entre la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Ministerio del Trabajo, la Gobernación del Huila – mediante sus Secretarías de Agricultura y de Desarrollo Económico y Turismo, el SENA, la Federación Nacional de Cafeteros y organizaciones sindicales como CUT y CGT, dicho pacto contiene siete pilares fundamentales que representan mucho más que compromisos, representa acciones concretas en el territorio orientadas desde el fortalecimiento del diálogo social y la formalización laboral hasta la cualificación del talento humano, sin dejar de lado la participación activa en el Acuerdo de Competitividad del Sector Cafetero.

Pero este pacto no avanza solo, viene siendo parte estratégica de unas políticas mucho más amplias con las que cuenta hoy en día el territorio, como lo es la Ordenanza No. 005 de 2021, que dio vida a la Política Pública de Emprendimiento, Empresarismo e Innovación y el Modelo de Inclusión de Empleo Decente y Emprendimiento Juvenil del Departamento del Huila, el cual establece la hoja de ruta para abordar el desempleo, la informalidad laboral y las barreras al emprendimiento que enfrenta la juventud huilense; modelo liderado por la Secretaría de Desarrollo Económico de la Gobernación del Huila junto con la Organización Internacional del Trabajo (OIT)y el apoyo de la Asamblea del Huila.

Según el diagnóstico técnico de la Política Pública de Emprendimiento, Empresarismo e Innovación (Hembuz et al., 2020), el 78,3% de los jóvenes huilenses ocupados lo están en condiciones de informalidad, cifra superior al promedio nacional. Pero lo más alarmante es que estos emprendimientos suelen ser de subsistencia, con un 99% concentrado en microempresas unipersonales, sin cobertura de seguridad social ni continuidad empresarial, en gran medida con bajo acceso a tecnología, financiamiento y redes comerciales.

Aquí es donde el Modelo de Inclusión de Empleo Decente y Emprendimiento Juvenil del Departamento del Huila busca revertir esa realidad mediante cinco ejes estratégicos, como lo son, el desarrollo empresarial integral, el apoyo a emprendimientos juveniles sostenibles, el diálogo social y fortalecimiento institucional, la inclusión con enfoque rural, étnico y de género y el emprendimiento rural como motor de formalización.

Ambos esfuerzos mencionados anteriormente —el pacto para cosechar trabajo decente y el modelo de inclusión juvenil— se encuentran en una confluencia poderosa, que son el reflejo de una misma visión, “que el desarrollo rural no puede seguir desconectado del trabajo decente, ni la juventud seguir marginada de los circuitos productivos formales.”

Dentro de los avances que se tienen, esta la priorización del enfoque territorial, construyendo desde las comunidades las soluciones a sus propias realidades; el fortalecimiento del diálogo social tripartito, alineando actores públicos, privados y trabajadores para la construcción colectiva de soluciones y la promoción de la formación, empleabilidad, formalización, innovación y fortalecimiento productivo.

Pero aún falta camino por recorrer, ya que el cambio no es solo una tarea del gobierno, ni de la OIT, ni de la cooperación internacional, ni de las cámaras de comercio, es una causa común que exige que todos pongamos de nuestra parte y aportemos nuestro grano de arena, debemos escalar estos modelos a otros sectores, como el turismo, el sector agropecuario o las industrias creativas y culturales; se debe asegurar la sostenibilidad política e institucional, trascendiendo más allá de los ciclos de gobierno; desde el sector educación, promover las habilidades técnicas y blandas desde la escuela, creando rutas vocacionales y formación pertinente que conecte con los sectores estratégicos de la región; los jóvenes deben apostarle al emprendimiento no como refugio ante la falta de empleo, sino como proyecto de vida con visión de impacto, innovación y sostenibilidad y desde la sociedad civil, se debe apoyar y exigir que las políticas de empleo y emprendimiento no se queden en el papel.

Hoy más que nunca, Colombia y el Huila necesitan sembrar futuro en los jóvenes, y ese futuro empieza con trabajo digno, con jóvenes empoderados y con políticas que dejen de ser promesas para convertirse en acciones verificables. Que no se nos escape esta oportunidad histórica de sembrar oportunidades donde antes hubo incertidumbre, y de cosechar progreso donde antes hubo informalidad.

¿Y tú, qué estás haciendo para que el trabajo decente deje de ser un discurso y se convierta en realidad?

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