Ahora ocurrió en el Huila, otra humillación contra las Fuerzas Militares de Colombia en la zona rural del municipio de la Plata el fin de semana, cuando 500 personas aproximadamente residentes en los centros poblados de Belén, Gallego y Villa Losada, fueron presionados para expulsar a las tropas que estaban haciendo presencia en esta zona, para contrarrestar la presencia del grupo narcoterrorista de las disidencias de las Farc, que se denomina Grupo Armado Organizado Residual Hernando González Acosta, obligándolos a subirse en vehículos particulares para abandonar esta región que se encuentra bajo el control de la criminalidad. Con ello, se buscan despejar los corredores estratégicos provenientes del Cauca, para tener libres las vías que les permitan sacar la cocaína y la marihuana hacia los mercados de los vecinos países del sur del continente. Lo inaudito, es que son las comunidades que piden la presencia permanente de los organismos de seguridad del Estado, para evitar la creciente ola de asesinatos, secuestros y extorsión de estas organizaciones subversivas que los tienen asolados y amenazados.
Allí no existe control del Estado Colombiano. Y desde la Casa de Nariño, que ya conocen la problemática, hace caso omiso del clamor general liderado por el gobernador del Huila, de los alcaldes municipales, sector gremial y de la ciudadanía en general, para que se pueda recuperar la presencia gubernamental que ya se perdió durante el presente gobierno nacional. Mientras el presidente de la República cumple la 71 salida al exterior a los Estados Unidos acompañado de una amplia fronda burocrática pagada con nuestros impuestos, deja al país sometido a la voluntad de las organizaciones narcoterroristas que tiene bajo su control a dos terceras partes de los municipios del país, sin que se tomen medidas correctivas para evitar estas humillaciones a que son sometidas las Fuerzas Militares y la Fuerza Pública. Diariamente son asesinados soldados y policías, sin que exista una política pública que contrarreste estos actores armados asesinos.
Pareciera que el ejecutivo viviera en la estratosfera y no se diera cuenta de estos abusos que frecuentemente se están cometiendo en algunas regiones del país. Inclusive, son las mismas comunidades que se agrupan para impedir la captura de peligrosos cabecillas de la guerrilla, como el que ocurrió el sábado anterior. En medio de una operación conjunta entre la Fuerza de Tarea Omega, la fiscalía general de la Nación y el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), la comunidad de la vereda la Samaria jurisdicción del municipio de la Macarena del departamento del Meta frustró lacaptura de Oliver Lozano Serna, alias ‘Chimbo de Oro’, señalado como coordinador logístico de la estructura Éver Castro delbloque Jorge Suárez Briceño. Así, la población civil, se encuentra inerme ante el avance criminal de estas organizaciones, que la mantienen azotada y amenazadas sin que se vislumbre en el corto plazo, una solución estructural.







